Con una simple cama, un crucifico y ni un solo lujo: Así es por dentro la austera habitación en la que murió el Papa Francisco – GENTE Online
 

Con una simple cama, un crucifico y ni un solo lujo: Así es por dentro la austera habitación en la que murió el Papa Francisco

Las fotos y la intimidad del austero cuarto de 40 metros cuadrados en el que eligió vivir Jorge Mario Bergoglio. Todos los detalles de su última morada en Santa Marta, la casa de huéspedes del clero de 129 suites en el Vaticano.
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La austeridad de Jorge Mario Bergoglio hizo historia en la Iglesia Católica. No sólo prefería usar una simple sotana blanca: también conservaba los viejos zapatos que, como buen jesuita, prefería mandar a arreglar en lugar de encargar un par nuevo.

Ni hablar del contraste con Benedicto XVI, su antecesor, quien fue célebre por sus mocasines colorados que lo llevaron a ser elegido por la revista Esquire como una de las personalidades que mejor complementaba accesorios.

En la habitación 201 de su residencia de Santa Marta, adyacente a la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco (1936-2025) tenía todo lo que necesitaba. Una cama individual, un perchero, una silla, un baño con ducha y una ventana por donde entra la luz de Roma.

Suite 201 de la Casa de Santa Marta, donde eligió vivir Francisco de los pobres durante sus 12 años de Papado. Tiene 40 metros cuadrados.

Su escritorio estaba justo al lado, con libros en italiano, alemán y francés, una mesa de madera, una cruz sin ornamentos y un sillón rígido (obligado por la ciática). Sus únicos lujos: una escultura de San José, otra de la Virgen de Luján, su mate y discos de Gardel y Beethoven. También contaba con una pequeña heladera.

El Papa Francisco también contaba con su propio despacho, un estudio sencillo pegado a su dormitorio. En esta sala, realizaba sus labores diarias y daba sus entrevistas.

Con la decisión de convivir con otros curas y en comunidad y no con los lujos con los que lo esperaba el departamento pontificio, Bergoglio rompió con la tradición de 110 años de afincarse en el Palacio Apostólico romano, la residencia oficial papal, repleta de mármoles, frescos de Miguel Ángel y oro.

Argentino hasta la médula, mate en mano y contemplando la imagen de la Virgen.

Eligió el único apartamento dentro del complejo de 129 suites que verdaderamente es una simple "habitación de huéspedes". Ubicada en el segundo de los cinco pisos, fue construida por el difunto Papa Juan Pablo II para brindar comodidad a los cardenales durante el cónclave.

El mundo privado del Sumo Pontífice en el austero hotel donde eligió vivir “para estar cerca de la gente”. Recibió a GENTE dos veces: una a nueve meses de haber asumido y otra, cuando ya había cumplido 120 días de papado.

"Que un Papa haga vida normal ya es un hecho extraordinario”, repetía Monseñor Guillermo Karcher, su mano derecha. Bergoglio quería estar cerca de la gente. Él mismo solía explicar que sin gente no podía vivir y que necesitaba vivir su vida junto a los demás.

Una imponente imagen de la Virgen se ubica contigua a la puerta que da a la capilla.

Las costumbres del Papa Francisco en sus aposentos de Casa Santa Marta

Su austera habitación era el lugar donde dormía y amanecía a las 4.45AM cada día. Allí mismo, en sus aposentos, los mismos en que falleció el 21 de abril pasado a los 88 años, era adonde regresaba cada tarde a eso de las 15 horas. En esa hora sagrada para él, solía tomar mates amargos y cebados con un termo que le había regalado un sacerdote argentino.

Una sala de estar de la suite transitoria del próximo Papa en Domus Sanctae Marthae.

Entre mate y mate, siempre al lado de la escultura de la Virgen, abría y leía las infinitas cartas que recibía y respondía correspondencia. Por las noches, cuando marcaban las 21.30 regresaba a su cuarto para leer. Solía revisitar La Divina Comedia (de Dante Alighieri, uno de los más citados por él) o recurrir a alguno de sus adorados libros de Jorge Luis Borges, uno de sus autores favoritos y de quien fue amigo.

La residencia cardenalicia, Casa de Santa Marta, ubicada al lado de la Basílica de San Pedro en el Vaticano. La foto data del 14 de marzo de 2013, un día después de la elección de Jorge Mario Bergoglio como Papa.

Su pasión por la literatura estaba relacionada con sus estudios. Además de haber cursado química, era profesor de literatura y psicología, licenciado en teología y filosofía y hablaba varios idiomas. Mientras leía podía escuchar a Mozart o Beethoven. Pero era a las 23 cuando se disponía a descansar. Según relataron desde el Vaticano a los enviados de revista GENTE, el Papa apagaba la luz después de observar su crucifijo y solía dormirse rezando.

El Papa Francisco, sentado como uno más en la capilla de Santa Marta.

La historia de Santa Marta, la residencia en la que eligió vivir el Papa

En un rincón discreto del Vaticano, se levanta la Domus Sanctae Marthae, mejor conocida como la Casa de Santa Marta. No tiene frescos de Miguel Ángel ni balcones imperiales. Santa Marta es un ex hospicio nacido del cólera, mandado a construir en 1881 por León XIII para alojar enfermos cuando Roma colapsaba.

A nueve meses de Papado, así recibía el Sumo Pontífice a Hugo Martin, enviado especial de GENTE.

Durante la Segunda Guerra, sirvió de refugio para judíos perseguidos y diplomáticos exiliados. Pero fue Juan Pablo II quien la transformó en lo que es hoy: un hotel para cardenales que también funciona como lugar de tránsito para distintas figuras del clero. Allí es donde se celebrará el próximo cónclave, que tendrá lugar en mayo.

La Guardia Suiza, la protectora a ultranza de Francisco. En la foto, la entrada a la Casa de Santa Marta.

Todas las fotos de la intimidad del Papa en Santa Marta

Francisco ofrecía a diario misa en la moderna Capilla de Santa Marta, conectada con el edificio, que se destaca por su techo irregular y casi futurista. Fue en este santo recinto, en el que cuando daba misa se sentaba en los bancos como uno más, donde se ofició el velatorio privado a cajón abierto.

Así es capilla de Santa Marta, el sitio donde el Vaticano mostró las primeras imágenes de los restos mortales de Bergoglio en un simple ataúd de madera. Con esa decisión, el Papa simplificó los ritos funerarios papales de tener tres féretros de ciprés, plomo y roble.

A continuación, las imágenes que dan cuenta de la rutina diaria del Papa en Santa Marta y GENTE registró en dos memorables visitas en las que el 266º Papa de la historia tuvo la deferencia de recibirnos.

La hermana Samuela y el desayuno del Papa: yogur descremado, galletas de gluten, café y dulce de leche.
El comedor de Santa Marta. Aunque no solía pedir reserva allí, se sentaba en la mesa al centro de la imagen o elegía cualquier lugar que estuviera libre.
“Al Papa le preparamos pastas, carnes y pescados, y le cocinamos sin sal. Ah... Todos los días come dos bananas, por el potasio”, le relató el mozo Alessandro, al equipo de GENTE.
La acción en la cocina de Santa Marta. La hermana Samuela, el mozo Alessandro y la camarera Luisa Tocco. Ésta última le contó a GENTE: "El Papa es de una sensibilidad única. Me recuerda a un vecino de mi pueblo. Mucha gente viene a verlo. Creo que si dependiera de él, recibiría a todo el mundo”.
Otra de las salas de estar de Casa de Santa Marta, el hogar del Papa.
Capturada por el equipo de enviados especiales de GENTE, la recepción de la residencia de Santa Marta, el simple hotel que eligió como morada Francisco.
El 16 de marzo de 2013, el Papa Francisco caminando hacia el Aula Pablo VI tras salir de la Casa Santa Marta. Ese mismo día (a tres de haber sido elegido como Sumo Pontífice) y al dirigirse ante miles de periodistas internacionales, pidió "una Iglesia pobre para los pobres".
Una monja de la congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul consigna y organiza audiencias y cronogramas. Santa Marta es un lugar de tránsito, en la que los sacerdotes van y vienen, y además es donde los candidatos a suceder a Francisco permanecerán en el cónclave hasta la nueva fumata blanca.
“Francisco tiene una humanidad desbordante. Sólo me gustaría que saliera a caminar un poco más por los jardines. Pero él no para de trabajar: es incansable”, solía decir Monseñor Guillermo Karcher.
Fabián Uset, reportero de GENTE, junto al Papa Francisco, en Casa de Santa Marta.
La foto de Francisco I en uno de los pasillos de la austera morada de Jorge Bergoglio.
Así posó en exclusiva el Papa Francisco en Santa Marta y ante la lente de GENTE. En su testamento dejó asentado que deseaba descansar en una tumba sencilla, en una capilla de la basílica romana de Santa María la Mayor.

Fotos: Diego García, Fabián Uset y Archivo Grupo Atlántida

Archivo y tratamiento de imagen: Gustavo Ramírez

 
 

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