La desaparición de Alejandro Ainsworth, un turista argentino de 54 años, mantiene en vilo a su familia y a las autoridades de Río de Janeiro. El hombre, oriundo de Villa Urquiza, había viajado a la ciudad carioca para descansar en las playas de Copacabana y fue visto por última vez el domingo por la noche, cuando las cámaras del hospedaje registraron su salida a las 23:44.
Lo que en un principio parecía una ausencia inexplicable se transformó en una investigación por posible secuestro. Mientras sus hijos intentaban contactarlo, comenzaron a aparecer movimientos financieros alarmantes: retiros de dinero, cambios de contraseñas y pedidos de préstamos. Según denunciaron, de su cuenta extrajeron alrededor de US$3.500 y tomaron un crédito por 4 millones de pesos, además de intentar otro que pudo ser bloqueado a tiempo.

La investigación reveló que el lunes por la mañana apareció una fotografía tomada con el celular de Ainsworth en la que se veía una camioneta estacionada en un descampado similar a una favela. Ese rastro, junto con la actividad del teléfono hasta las 21 de ese día, es analizado como parte central de la causa.
El alerta se encendió el lunes a la tarde, cuando el personal del hotel llamó a la familia porque Alejandro no se presentó para hacer el check out. Sus hijos viajaron de inmediato a Brasil, radicaron la denuncia ante la Policía de Turistas y activaron la colaboración del Consulado argentino en Río de Janeiro. También se desplegaron rastrillajes en hospitales y dependencias policiales, sin resultados hasta el momento.
Qué se sabe de Alejandro, el argentino desaparecido en Río de Janeiro
Conocido como “Alex” entre sus amigos, Ainsworth nació en Campana y residía en el barrio porteño de Villa Urquiza. Licenciado en Administración de Empresas con orientación en Salud por la Fundación ISALUD, trabajaba como gerente administrativo en Laboratorios LIACE y como cotizador comercial en CROSMED, con una extensa trayectoria en el área de la salud. En redes sociales solía compartir fotos de viajes y momentos en familia junto a sus hijos.
Mientras las autoridades brasileñas avanzan en la investigación, la hipótesis de un secuestro extorsivo se impone como la más firme. El resultado de los peritajes sobre las cuentas bancarias y el celular del argentino será clave para reconstruir sus últimas horas y dar con su paradero.

