Samanta Casais está en el ojo de la tormenta una vez más, ya que a su reciente descalificación de Bake off Argentina –el concurso lo ganó finalmente Damián "Pier" Basile– se le suma ahora una denuncia por estafa, que teniendo en cuenta a la que ya tiene por homicidio culposo la deja al borde de la cárcel.
A la participante se la acusa de ser responsable de la muerte de Alfredo Olguín, de 74 años, luego de que éste impactara con su moto contra el auto que conducía ella y que se había detenido en la banquina, en un lugar prohibido, por un desperfecto en uno de sus neumáticos.
Y ahora, según la versión de Abel Cancela, concuñado de Casais, ella y su novio le vendieron un fondo de comercio que ya pertenecía a otra persona, a pocos días del accidente. Aparentemente, esta maniobra habría sido realizada para declarar la insolvencia económica y no hacerse cargo de la pena de $ 20.000 que se le había impuesto por el homicidio culposo de Olguín en noviembre de 2017.
"Hay documentos y testimonios que avalan que Samanta estafó, no cumplió la pena por homicidio y podría ir a la cárcel", dijo el periodista Diego Estévez en Informamos de todo (América).
Luego, en diálogo con el ciclo que conduce Guillermo Andino, Leo Charlon, abogado de Cancela y Lorena Olguín, hija de la víctima del accidente. explicó: "Había un fondo de comercio perteneciente a Samanta Casais, el cual luego del accidente de Alfredo Olguín, a los 28 días, ella se desprende del bien. No solo se desprende de esto sino que también arregla el auto del accidente y lo vuelve a vender, sin avisar que el vehículo estaba involucrado en un siniestro. Se empieza a desprender de los bienes. Es un engaño moral".
Por su parte, Cancela contó que él y su pareja querían poner un local de comida, entonces Samanta y Juan Cruz Recchimuzzi, su cuñado, le ofrecen el que tenían ellos ubicado en Piedras 828, en la Capital Federal. “Como era para la hermana y para mi, nos daban facilidad de pago para que no me metiera en deudas ni nada de eso. Acordamos un pago en efectivo y cheques”.
“A consecuencia de todo esto yo termino cerrando el local, porque aparece un verdadero dueño que es a quien se lo habían vendido antes”, agregó el hombre. Y dio algunos detalles del engaño de su cuñado y su novia, cuando él tenía total confianza en ellos.
“Yo estaba adentro del local, cuando ya casi lo había pagado en su totalidad, y me llama una persona diciendo que era el verdadero dueño. Me dijo que en 48 horas iba a estar ahí con un oficial de Justicia para el desalojo. Ahí le explico que yo se lo compré a Juan Cruz y él me envió un documento que demostraba que se lo habían vendido antes y que era el verdadero dueño”, relató.
Ante esta situación el hombre se comunicó con Recchimuzzi, pero nunca tuvo respuesta: “Él en ningún momento reconoció el engaño. Incluso dijo que a él lo habían estafado”.
Finalmente el letrado sostuvo que ante la unificación de la vinculación de las dos causas y de comprobarse la estafa, la pastelera podría enfrentar una pena de prisión, ya que ella nunca cumplió con el curso de manejo de tres meses y las cuatro cuotas de $ 5.000 pesos que se le impusieron por el homicidio culposo de Olguín.