Cómo Fernanda Iglesias superó una infidelidad y encontró en los gatos su refugio – GENTE Online
 

Fernanda Iglesias atraviesa su separación y confiesa: "Todavía estoy muy triste para pensar en una nueva pareja"

Fernanda Iglesias en íntimo con Gente
La periodista se separó después de 14 años de matrimonio y con una infidelidad como detonante. Mientras intenta "resetear su vida", en una charla íntima con GENTE cuenta cómo trata de entender lo que pasó y lidiar con el dolor puertas adentro.
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La vida de Fernanda Iglesias (50) cambió por completo después de un viaje que hizo a España en el mes de marzo: un viaje con el que soñaba, al que apostaba todo, y, que vivió con su hija mayor, Ema (18).

Un par de meses después regresó a casa: el desarraigo y la angustia en el pecho se hacía cada vez más fuerte, además, no podía estar un segundo más lejos de su hijo menor, Jeremías (12), por lo que -sin importar el qué dirán- tomó el primer vuelo que encontró y volvió a la Argentina.

Aunque no resultó ser como lo había planificado, se dio cuenta que también, este viaje, fue una oportunidad para estar lejos y buscar respuestas sobre muchos temas, en especial, sobre cómo se sentía.

"Verme lograr cosas por mí misma, me hizo sentir súper poderosa".

Fernanda Iglesias sobre su viaje a España.

Dos semanas después de su regreso, se separó de su marido, Pablo Nieto, tras casi 14 años juntos y luego de enterarse de una infidelidad. Aún siente dolor, pero sabe dejarlo de lado -por ratos- para sonreír y darnos la bienvenida a un lugar que se ha convertido en su espacio favorito en la ciudad de Buenos Aires, donde conecta con una energía diferente y también aporta como figura en el área de marketing.

Aunque la angelita tuvo meses difíciles, busca levantarse y continuar con la mejor energía.

En la zona de Abasto y con un privilegiado clima que anuncia la llegada de la primavera, Fernanda recibe al equipo de Revista GENTE a las 14 horas con un cálido abrazo y con una sonrisa que no se desdibujó ni un instante.

Tocamos el timbre de planta baja en un edificio que por fuera pareciera no dar señales de algún "Cat Café", pero al entrar nos encontramos con un universo de gatos, en un departamento diseñado de principio a fin para los felinos: desde una cartelera con sus fotos y nombres, hasta cojines, tazas, platos y todo relacionado a estos animalitos, y donde a diario -con reserva previa- reciben a un grupo de personas a las que le ponen el título de "michitíos", que tienen un plazo de una hora para compartir con ellos.

Además de Lili -una de las encargadas del lugar- nos acompañan 11 gatos, todos rescatados y felices en su espacio, en un patio pintoresco a cielo abierto y rodeado de plantas. Como dice la dueña: 'esto es un human friendly'. Es su lugar, y son ellos quienes nos dan la bienvenida a nosotros, para tomarnos un café, sentarnos a charlar y repasar las historias de la angelita que está de lunes a viernes en LAM, por la pantalla de América TV.

- ¿Con qué cualidad de los gatos te identificás?

- Que yo soy buena, pero cuando me atacan soy mala. Así son los gatos, cuando los molestas atacan. Yo soy igual, me hacés algo y agarrate. (carcajadas).

Mientras espera que el set esté listo, nos cuenta que su hija Ema, está por mudarse por primera vez sola, algo que la tiene muy emocionada, y que la enorgullece de verla crecer y acompañarla en este momento. "Cuando vivís solo, ahí comienza verdaderamente tu vida", opina.

Fernanda Iglesias visita constantemente el Cat Café. Apoya al lugar con su imagen, y además, se desconecta en este espacio.

La panelista escucha atentamente las indicaciones del fotógrafo, y posa con total naturalidad "Me voy a ir de acá con el ego bien arriba", dice entre risas, mientras le piden que sonría en un plano más cercano. Se divierte, y en paralelo, Pipi, Peque, Kiki, Princesa, Luana, Rubio, Silver, Coñita, Bebé, Nigari y Chiqui, también posan al lente, acostumbrados a estar rodeados de gente se suman también a las fotos, disputándose el protagonismo del momento.

Fernanda se considera muy intuitiva, aunque también cree mucho en la energía de la astrología. Le interesa el tema, de hecho confiesa que un par de veces fue con una amiga que leía el tarot, y está interesada en hacerse pronto una revolución solar.

Cumple años el próximo 26 de octubre, es de signo Escorpio con ascendente en Aries. Y asegura que su mayor cualidad como escorpiana, es que siempre quiere saber la verdad, que la verdad salga a la luz, y que no es negadora. "Por ahí decimos algo que duele, pero es para tu bien. Por eso el escorpiano tiene mala prensa (risas). Eso estoy tratando de cambiarlo porque hay gente que no tiene ganas de escuchar".

Sin poner ningún tipo de filtro, nos permite conocer esa versión más cercana de la periodista a la que se ve en un rol mucho más combativo cada noche. Durante una hora y media se dispone a charlar con un café de por medio, en un salón del lugar. Solo interrumpe por una llamada que recibe de su hijo Jeremías por un asunto importante del colegio, pero se concentra en responder todo.

Desde muy joven soñaba con ser periodista, más no se imaginaba ocupando el sillón de panelista, con idas y vueltas bastante picantes y protagonizando incluso varias polémicas.

La panelista se considera muy intuitiva, y actualmente cuida sus vínculos, para sentirse bien.

"En realidad al principio creo que soñaba con ser actriz. Me gusta expresarme, lo hacía en los actos de la escuela. Y después, a los 18 años me anoté a estudiar inglés y periodismo. El traductorado lo dejé al mes y seguí con periodismo".

Empezó en una revista, y al año siguiente al ver su gran compromiso y habilidad para buscar la noticia, la llamaron de Clarín y, ahora trabaja en La Nación. A LAM llegó hace un año cuando fue contactada por uno de los productores para ser angelita por una semana, y luego de su buena participación, le ofrecieron quedarse.

- Hace días decías que una persona podía mostrarse bien por fuera, sonriente en redes y estar mal en realidad, ¿es tu caso?

- Si, soy una persona cuando me despierto y soy otra en la noche. Me cambia mucho el humor, cuando me empiezo a arreglar para trabajar en LAM. Soy otra persona cuando comienzo a vestirme para ir al canal. Cuando me despierto estoy muy triste, no tengo ganas de nada.

La mañana me estaba costando un montón. Me despierto muy triste, no tengo ganas de salir y hace dos semanas comencé a jugar padel. Mi hijo comenzó a ir solo al colegio y eso también me retuvo, la casa me chupaba.

Fernanda habló de lo que significó su ingreso a LAM

Ya había estado por unos días como angelita y antes de irse de viaje dejó una propuesta abierta. Cuando recién llegó de España le ofrecieron el trabajo formalmente, y hoy, reconoce que la oportunidad llegó en el momento justo. "Dije: 'buenísimo', porque fue a la semana de volver y a las dos semanas de regresar, yo me separé. Fue justo. Me vino bien, además que me encanta el programa. Me gusta y me gusta tratar de aportar cosas", dice.

"LAM me salvó la vida te diría. Me cambia mucho el humor estar en el estudio. Estoy contenta, me saco fotos, sonrío".

Fernanda sobre su experiencia como angelita.

Aunque de las 20 horas en adelante siente que se le olvidan sus problemas, reconoce que sigue latente la tristeza por todo lo que le pasó este año. "La idea es que el dolor no me arrase, sino yo, arrasar con el dolor encima".

Fuera del estudio de grabaciones y de su rol de angelita, Fernanda asegura que es una persona totalmente diferente. "Yo soy nada que ver a lo que soy en la tele... cuando se encienden las cámaras es como que digo: 'acá estoy yo, y no me importa nada y voy a decir todo lo que pienso. Voy a ser fuerte y no voy a ser tibia. Lo que yo diga, le va a molestar a la gente, pero no me importa', pero después, soy buena amiga, soy solidaria, trato de ayudar, si hay alguien que necesita ayuda, le escribo.

Actualmente Fernanda es parte de las angelitas de LAM, y confiesa que el programa "le salvó la vida".

- ¿Es como un personaje para vos?

- Mi faceta de ruda es en la tele, al aire, porque me gusta ese personaje, me divierte a mí. Me parece que no paso inadvertida, y puedo generar algo. Soy funcional en ese rol. Eso me trae problemas después porque la gente se enoja (risas), pero yo estoy tranquila, porque ese es mi trabajo.

- Claro, pero también tenés ese lado sensible que no se te ve en la tele...

- Si, tengo eso. Y lo descubrí después de grande porque siempre pensé que yo era dura, y como a los 30 años descubrí y entendí que yo también era lo otro, y eso no me hacía más débil, por ser sensible.

Aprendí que ser sensible no es sinónimo de ser débil. Tengo una frase que dice: "Nunca sabes quién te puede ayudar".

El viaje a España: un antes y un después en su vida

Primero se fue de vacaciones por unos días a España, y al regresar, se dio cuenta que tenía ganas de irse, de probar, aventurarse a lo nuevo y ¿por qué no? de vivir un nuevo comienzo, o reiniciar un poco su vida.

El plan inicial era viajar con Ema -su hija mayor- y a fin de año, las alcanzarían Jeremías -su hijo menor- y su marido, sin embargo, los planes fueron cambiando. Aunque las cosas no salieron como esperaba, y, en el medio hubo dolor, por estar lejos de su hijo y a la vez, por enterarse de la infidelidad de su pareja, recuerda esta experiencia como un capítulo con grandes aprendizajes.

Trabajó en una inmobiliaria en sus días en Europa, se mostraba muy entusiasta pero con el pasar de las semanas apareció la angustia.

"Extrañaba mucho a mi hijo y mi rutina: mi casa, mi marido, mi trabajo... Pensé que no me iba a pasar, pero sí, extrañaba mucho. Llegó un punto que no me importaba ya Europa, el mar, Marbella ni nada, era todo hermoso, pero yo quería estar en mi casa. De hecho el día que regresé a Argentina, dormí una profunda siesta, creí que todavía estaba en España y me desperté mirando para arriba, y cuando vi mis cosas, suspiré diciendo: 'ay qué suerte que estoy en mi casa, por dios'.

Viajó a España con la idea de comenzar una nueva vida, pero un par de meses después regresó porque no soportó estar lejos de su hijo, Jeremías.

- ¿Cómo definirías tu paso por España, ese viaje? ¿Te cambió en algo?

- Fue espectacular, verme a mí misma conseguir cosas. Sentí que subí de nivel en la vida. Cosas que conseguí siendo "nadie", comenzando de cero, en ese sentido. Me sentí súper poderosa.

Yo cuando regresé, sentía que era la misma, pero a la vez era otra persona. Me pasó todo esto, y me di cuenta que era capaz de lograr todo. Antes, cuando me criticaban por ejemplo, sufría, ahora, no me importa.

Ya sé quién soy, cómo soy, lo que valgo, lo que logro... En ese sentido me reforcé a mí misma, y me gustó haberlo hecho. Era una fantasía que yo tenía de que iba a estar mucho mejor viviendo afuera y claramente no fue así. Estoy bien acá.

- Pero, ¿te arrepentís de haberte ido?

- No, fue lo mejor que pude haber hecho. Si no me iba, me iba a quedar mal. Fue una experiencia hermosa, re lindo, la gente que conocí y me ayudó. Logré amistades entrañables, que hicieron cosas por mí casi sin conocerme.

Cuando me di cuenta que Jeremías y su papá no iban a ir, me di cuenta que tenía que volver. Le dije a mi hija que no estaba bien, y ella se quedó un tiempo más.

- ¿Te pasó esto de sentir golpeado el ego por tener que trabajar fuera de los medios?

- Mirá, me pasó algo muy curioso. Me pasaba que era reconocida por las personas. Los de la inmobiliaria se preguntaban sorprendidos, ¿y está quién es?, porque la gente me saludaba a los gritos, con cariño. Me abrazaban, era rarísimo.

En ese sentido no me pasó, me llamaban. Los argentinos querían que fuera a sus negocios, que conociera. Lo que sí me aburría el trabajo, porque no me gustaba.

- ¿Cuándo volvías a ese departamento, cómo convivías con la soledad? Porque Ema no siempre estaba con vos

- Lo bueno es que hay mucha diferencia horaria entre España y Argentina, entonces me ponía los programa de acá, me ponía a cocinar, o salía... Me hice muchas amigas allá. Amigas entrañables, que me dan ganas de verlas al menos una vez al año, porque fueron fundamentales en mi proceso ahí.

- Pero, ¿te fuiste a España y ya estaban mal las cosas en tu relación?

- No, pero ahora con el diario de lunes, te diría que me parece que sí. Evidentemente, me fui como buscando respuestas, algo pasaba. Porque es raro que digas: 'mi marido no me interesa". Yo hubiese seguido con él cuando volví si hubiese estado todo bien, porque lo extrañé.

Quizás me fui a probar eso, qué me pasaba estando lejos. Pero, en el medio él me engañó con otra, le reclamé y no le gustó. Nos peleamos y decidimos separarnos, que creo que está bien la decisión, aunque duela.

- Las tres últimas semanas entiendo fueron las más difíciles para vos en este viaje...

- Empecé con una angustia en el pecho, y durante tres semanas corrido, fue así. Cada vez era peor, yo me daba cuenta que estaba mal, hasta que detonó en una crisis total en la que me faltaba el aire... no podía respirar, y una amiga vino a acompañarme, se sentó conmigo y me preguntó: '¿qué querés?' y le dije: 'quiero volver'.

Nos sentamos en la computadora, sacamos el pasaje a las cuatro de la tarde, subimos al auto y ya a las nueve estaba arriba del avión, fue así de rápido.

- ¿Te había pasado antes esto del ataque de pánico?

- Me había pasado antes, había tenido un pico de estrés, dos años atrás. En aquella ocasión fue por estrés del trabajo. Fue tan fuerte que me tuvieron que contar todo lo que había pasado ese día porque yo no me acordaba de nada. Terminé muy mal.

- ¿Cómo fue ese regreso a casa, cuando finalmente llegaste?

- Cuando yo volví de España, vine muy deprimida y mi marido no ayudó en nada, vivíamos peleando. En ese momento hablé con un psiquiatra, me dieron antidepresivos, no quería salir de mi casa, por eso LAM me sirvió tanto, porque ahí tuve que salir. Tuve que poner mi mejor cara y hacer mi trabajo, eso me vino muy bien.

Ya la angustia en el pecho me había pasado, pero estaba como entendiendo que todo esto iba a ser un proceso y que lo tenía que transitar. Me resistí, lloré, de todo, pero, hasta ahí llegamos.

Aunque tenía un mundo de oportunidades por descubrir en España, sentía en su pecho la necesidad de regresar a casa.

- ¿Seguís haciendo terapia? Hace días mencionaste que sentías que no te estaba ayudando

- Tengo a una terapeuta que también hace Reiki, y además, es psicólogo. Desde que volví, voy con ella una vez por semana, y después, cuando hablé en la salud mental de mi obra social, les dije que quería hacer dos sesiones por semana.

En realidad quería hacer terapia todos los días. Les dije que necesitaba todos los días, y bueno, me aceptaron dos veces por semana (risas).

"Me enojo cuando me dicen: 'tenés que ir a terapia', porque es algo tan íntimo, que es como si a una persona gorda le decís que tiene que ir al nutricionista. Es violento".

Fernanda Iglesias sobre el cuidado de la salud mental.

La angelita cuestiona que de forma frecuente reciba mensajes preguntándole si hace terapia o diciéndole que haga. "No está bueno, me parece un poco fuerte. Me molesta, yo no se lo diría a nadie. Lo diría como consejo si alguien me lo pide, pero no decirle así, me parece violento la verdad, y la gente no se da cuenta de eso".

- Y, hoy, ¿cómo te sentís?

- Siento que estoy vulnerable. Que tengo que cuidarme mucho de que no me pase algo que me haga desestabilizar. Trato de elegir bien a dónde voy, con quién estoy, las personas que veo. Trato de estar mucho con mi familia, pasar tiempo de calidad con mi hijo. Nos abrazamos, y charlamos. Él, pobre no tiene muchas herramientas para ayudarme, pero le digo que con su presencia es más que suficiente.

Todavía me falta para estar bien como yo quiero.

- ¿Te está costando este proceso?

- A veces uso una frase que es: "Me tengo a mí", porque uno tiene que esforzarse por estar bien. Es un esfuerzo diario. Yo me despierto y es pensar otra vez en todo. Pero voy agarrando fuerzas a medida que pasan las horas, pero no es fácil.

Todavía estoy tratando de entender por qué pasó todo esto. Qué me quiere decir la vida con todo esto, porque seguramente algo es. Sufro bastante pero trato de hacer las cosas y de ocuparme de mí.

Cómo transita la separación después de 14 años de matrimonio

Aunque se ha mostrado muy enojada en varias ocasiones al hablar del tema en televisión, confiesa en íntimo que extraña compartir todo con quien hasta hace poco era su marido. Desde cosas sencillas como hablar de las tareas del hogar, preguntarle cosas de rutina, contarse sus días de trabajo, hasta relajarse juntos después de una jornada agotadora.

El detonante fue una infidelidad, pero -como toda pareja- durante todos esos años juntos tuvieron otros cruces, desacuerdos y varios ida y vueltas, con la diferencia que antes sí pudieron manejar en lo privado y avanzar en la relación. "Si fuera por él, lo podría seguir teniendo, pero como yo todavía estoy enojada, no quiero tener ese tipo de relación porque me confunde también. Si fuera por él, vendría, charlaríamos y estaría todo lindo estando separados, pero para mí, eso me hace ruido", reconoce.

- También decías que querías recuperar tu vida...

- Si, quería que estemos en casa, que mi marido prepare un wok de pollo, que ponga Calamaro y que cantemos juntos. Extraño eso, la cotidianidad, que él me cuente lo que le pasó en el trabajo y yo también, que veamos una serie. Todo eso lo extraño.

Entonces claro, todavía me falta resetear eso de que eso no va a pasar, y tengo que buscar alternativas para tener una vida que me guste, tanto o más que como me gustaba esa.

Sigue trabajando en "resetear" la idea de que su vida volverá a ser como era antes, luego de su separación.

- Claro, porque al principio decías que todo había terminado en buenos términos y después vino el enojo

- Buenos términos dentro de lo que se pudo. Pero todavía yo sigo enojada. A veces lo logro y charlamos, y otras veces no. Él siempre está bien conmigo.

- Entonces, sí hay charla, hay vínculo...

- Si, el tema es que a veces yo me enojo y siento que no soy tan importante, y me enojo. A veces él viene y está con Jere, que tienen todo armado ahí con la play, la tele, ven partidos juntos.

Pablo ya tiene un lugar, pero todavía no lo tiene armado, entonces yo no me hago problema. Yo me encierro en mi cuarto, ellos la pasan re bien, y él va todos los días que yo voy a LAM a quedarse con mi hijo, le hace la comida, y después se va.

A veces me cocina incluso a mi (risas) Me dice te hago tal cosa, tiene re buena onda, me cocina cuando vuelvo de LAM.

- Muchos pensarían que después de lo que contaste no se podían ni ver...

- Si fuera por él estaríamos genial. Yo soy la que cada tanto me acuerdo y me enojo, o no le hablo o no le contesto.

- Pero, ¿hay posibilidades de volver?

- No, no hay forma. Costó mucho separarnos, y me parece que es lo mejor, porque él tiene una personalidad en la que yo nunca voy a poder confiar, y no puedo estar con alguien en el que no puedo confiar.

Y él no quiere que le pregunte o le reclame, y eso es feo también vivir así. No me da paz a mí y no le da paz a él. Quizás él también extraña eso, pero prefiere tener la libertad que tiene ahora.

"No me gusta el término mujer despechada. Me parece que detrás de eso, hay mucho dolor, así que me parece horrible".

Fernanda Iglesias en íntimo con GENTE.

- Si cuando viajaste a España estaba todo bien con ustedes ¿qué cambió en el medio?

- Pasó que yo volví deprimida, y además le reprochaba de lo que me había enterado estando allá. Y él no se lo bancó. Nos peleábamos mucho. Un día yo dije: nos vamos a separar. Y él se fue esa noche a donde un amigo, y a partir de ahí, quedó todo en un limbo.

Así que un día pensé que todo tenía que definirse y lo conté en LAM.

- ¿Él se entera de la separación por la televisión?

- Él me dijo: 'me enteré por la tele', pero en realidad lo veníamos hablando claramente, que nos íbamos a separar, solo que no habíamos tenido la charla final y yo me adelanté.

No me dijo nada nunca, no creo que le haya gustado, pero hacía mucho tiempo que habíamos quedado que yo iba a decir en la tele lo que quisiera, y que él no me diría nada.

- En medio de todo eso, le escribiste a varias mujeres de las que sentías desconfianza...

- Sí, lo necesité hacer... Era gente que yo conocía y decía: '¿qué pasó?'. Se charló y ahí quedó. Aunque me arrepiento un poco de eso, porque yo tendría que haberme quedado en el molde y chau. Lo que pasó pasó, además quién te va admitir que estuvo con tu pareja, fue innecesario.

Yo como soy, siempre quiero saber la verdad, escorpio hasta que no encuentra la verdad, no se queda tranquila. (risas)

Fer confiesa que sigue dolida, y que no sabe si llegue el perdón a su ex pareja.

- ¿Qué fue lo que más te dolió?

- Siento que en algún punto me arruinó todo el proyecto del viaje a España. Yo me desmoroné cuando me enteré allá de todo eso. Eso es lo que más bronca me dio. Que era el sueño de mi vida, y enterarme de la infidelidad claramente me hizo mal.

Yo me desmorono, pero yo no sé qué hubiera pasado si no me enteraba de eso. Había cosas que no me cerraban, en las redes veía comentarios que le ponían otras mujeres.

"Sentía que cada vez estaba más lejos de él. Y no hablo de la distancia física, porque vos podés estar lejos y a la vez estar presente. Había cosas que no me cerraban".

Fernanda Iglesias sobre su separación.

Eso me dolió, que no pudiera bancarme realmente, porque me dijo: 'sí , te banco, cumplí tu sueño', pero en lo concreto no fue así.

- ¿El divorcio está planteado?

- No, por ahora no. Seguramente se hará en algún momento pero por ahora no. Incluso con los gastos y todo, seguimos igual que antes.

- Y el perdón, ¿llegará?

- ¿A él? No, yo no lo voy a perdonar nunca. Nos podemos llevar bien y todo, pero es como me pasó con mi papá, que no lo perdoné nunca por lo que me hizo, por haberme separado de mi mamá.

Soy de perdonar, de hecho a Pablo le perdoné bastantes cosas, pero hay ciertas cosas que no puedo, y esto es algo que yo creo que no le voy a perdonar.

La nueva etapa de soltera de la angelita

Hablar abiertamente de su ruptura, la hizo conectar también con muchas mujeres a través de las redes sociales. Y, esa libertad con la que decidió ponerle punto y fin a su relación por televisión, es la misma con la que habla de su etapa de soltería.

- Hace unos dijiste en LAM a modo de broma, que estabas caliente...

- Fue un chiste, lo hice para provocar y generar cosas. Lo dije porque, por qué no podemos decirlo las mujeres, qué tiene de malo. Pero, no estoy tan caliente. (risas)

Fernanda se toma el tiempo de leer todos los mensajes que le llegan a sus redes, y contesta a quienes puede. Al finalizar nuestro encuentro se dispone a ver sus notificaciones de Instagram, mientras asegura que disfruta tener ese vínculo con quienes la acompañan a través de esa ventana.

Muchas mujeres se sintieron identificadas con su historia, con el tema de su separación a raíz que contó abiertamente -y sin filtros- lo que le sucedía y cómo se venía sintiendo. Fue entonces, que la angelita decidió unirse con estas chicas y juntas darse apoyo, contenerse, pero también pasarla bien. Sacar del llanto, lo mejor y aprender a volver a sonreír.

La periodista planea un encuentro para pasarla bien y acompañarse con otras mujeres. Ya se suman 133 convocadas.

Creo un grupo al que ya se suman al menos 133 convocadas y está planificando un encuentro que les permita reconectar con ellas mismas, pasar un día diferente y sentirse valiosas.

"No sé cómo habré contado todo que me empezaron a escribir muchas mujeres. Y comencé a pensar: 'La gente necesita como contarse las cosas, ver que a uno le pasó lo mismo', y ahí dije: listo, ¿qué hacemos? ¿nos reunimos todas? Recibí más de 100 mails, de mujeres que quieren hacer la juntada. Les gustó la propuesta porque no es solo para quienes estén pasando un momento de crisis, es una especie de networking", adelantó.

Esta idea viene de una movida que vio en Málaga, donde los argentinos se juntan para ver qué planes hacer juntos para pasarla bien. "Y eso te potencia, porque en vez de estar solo en tu casa, conectás con otra energía", insiste.

"Yo propuse, hacer una merienda, comer cosas ricas. Charlar, y convoqué a Josefina Pouso, es muy resiliente porque le pasó algo mucho más fuerte que a mí. Y le dije: vos con tus herramientas de coaching y yo con mi stand up, podemos armar algo para que pasemos un buen momento, y nos vayamos con esperanzas".

No tiene aún definida la fecha ni el lugar, pero cree que serán varios encuentros, porque quiere que sean grupos reducidos para poder tener vínculo con todas de forma cercana.

- Con esta misma apertura de conocer gente nueva y compartir, también estas abierta al amor?

- Ahora si me invitan a salir, yo no estoy lista. Quiero estar en una versión más linda de mí como para conocer a un hombre. Y, todavía falta un poco, falta un caminito por recorrer para yo sentirme bien. Porque aún estoy triste, quiero por lo menos andar un poco mejor, antes de pensar en una nueva pareja. El tiempo todo lo cura, entonces uno tiene que estar bien primero, para enlazarse con un otro.

- Más allá del dolor, cómo vivís esta etapa de soltería... ¿sos de descargar aplicaciones de citas, por ejemplo?

- Noo, aplicaciones jamás. Eso no lo voy a hacer nunca (risas). Tampoco quiero salir con nadie que me escriba por Instagram, a ninguno le doy bolilla. Digo: bueno ya aparecerá, conoceré a alguien. Tampoco estoy apurada, aún estoy procesando que me separé y de extrañar todavía.

No quiero seguir extrañando todo eso, porque sino no lo voy a encontrar en nadie. Todo eso que yo tenía no me lo va a dar otra persona. Así que quiero primero dejar de extrañar eso, porque sino, no me va a gustar nadie.

Fueron 14 años, era mi familia, mi casa, mi hogar. Desprenderse de eso cuesta, a futuro espero estar desprendida eso, con la cabeza limpia para que me guste alguien de verdad.

- Pero, ¿te han escrito? ¿algún famoso?

- Famosos no, sí he hablado con gente. Han pasado algunas cosas de ese estilo, pero me resisto mucho. (risas)

Fotos: Chris Beliera

Video: Martina Cretella

Productora y estilista: Carolina Gagliardini

Make up y Pelo: @Liz.hairmakeup para @estudioolivera

Agradecimientos a: Café con Gatos @cat.cafe.buenosaires

Mirta Armesto: www.mirtaarmesto.com.ar

Adidas: @adidasar

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