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Juana Repetto habló de las herramientas que utilizó para que su hijo pierda el miedo al agua

Juana contó de los temores de su hijo y de los métodos que llevó adelante para que los superara. 

Publicado por
Ever Correa

Desde que fue mamá, Juana Repetto se ha mantenido cerca de sus seguidores a través de sus redes sociales. Incluso desde que anunció que estaba gestando a Toribio a través de fertilización asistida, fue compartiendo sus sensaciones y novedades de este mundo nuevo para ella. Alegrías miedos y todo lo que la viene rodeando.

Juana Repetto con su hijo Toribio en la pileta (Foto: Instagram)

Días atrás, Juana posteó fotos y videos de Toro en una pileta, realizando diferentes ejercicios e interactuando con el agua de una manera muy divertida. Junto con el material, contó que el nene le tenía mucho miedo al agua y que hubo que hacer un trabajo para que se permitiera disfrutar.

“Los que me siguen de hace rato saben que Toro es bastante mandado y poco temeroso en lo que respecta a lo corporal. Es un niño que tiene un muy buen manejo y conciencia acerca de su cuerpo. Era impensado para nosotros (su familia) que el agua le diera tanto miedo”, comentó como para introducir en tema a sus lectores.

A continuación, Repetto profundizó aun más: “Les hablo de miedo a nivel de no meter un pie en el primer escalón de una pileta, literalmente. Como siempre está la ansiedad y la expectativa personal, en este caso se suma que el que sepa nadar es una gran tranquilidad para nosotros a nivel seguridad y ni hablar de la mirada del resto, que como siempre es un grano en el culo”.

Toribio disfrutando de la pileta (Foto: Instagram)

“La cuestión es que yo (que a veces caigo en todo lo anterior, pues soy humana) le insistía en que se metiera al agua, él me decía claramente que le daba miedo y no quería. Por suerte, como generalmente logro ver cuando estoy forzando algo al pedo, confío, acompaño y espero. Pero... quería que le perdiera el miedo al agua y le propuse empezar natación en lo de unos amigos y le encantó la idea”, comentó.

Luego agregó cómo fueron estos primeros instantes, hasta perder el miedo: “Tomamos esas primeras clases en las que no lo obligamos a hacer nada que no quisiera o que le diera inseguridad, y empezó a divertirle meterse en la pileta pero con la profe nomás. Ni a upa mío, ni solo, ni con los bracitos. ¡Pánico! Busqué herramientas que lo ayudaran a poder disfrutar sin sentir miedo y entre el  flota flota, más las clases, más unos bracitos... de a poco se fue mandando”.