El humorista estuvo en 'Podemos Hablar' este sábado y se refirió como nunca antes a su dura historia familiar. "Lucas es un ser sensacional y un ángel de luz que Dios me lo mandó, pero es difícil...", expresó.
Sergio Gonal abrió su corazón, este sábado, en 'Podemos Hablar' y se refirió al síndrome que padece su hijo Lucas. El humorista estuvo invitado al ciclo de Andy Kusnetzoff junto a Rusherking, Lito Vitale, Silvina Luna y Tamata Pettinato.
Gonal comenzó hablando de sus tres hijos, pero luego profundizó acerca de uno de ellos y lo que le tocó vivir hasta saber exactamente su diagnostico: "Yo soy papá de un chico de una condición especial que es Lucas, que tiene Síndrome de Asperger. Lo que aprendí con él fue que me cuestiono cosas a morir porque siento que siempre hice todo lo posible y que también me faltaron muchas cosas".
Y agregó: "En Mar del Plata me han dicho que tenía un retraso madurativo o que era sordo, y yo les decía que no. Fue todo un laburo porque yo lo veía crecer como cualquier nene, pero si hoy lo trajera acá y no habla nadie se da cuenta que tiene esa condición. Lucas es un chico hermoso y fachero, pero que no puede entablar una conversación. Conmigo sí porque yo lo entiendo".
En ese sentido, el actor relató quién le advirtió sobre lo que podía tener su hijo: "Fue una serie de hechos porque una vez cae con una gastroenteritis cuando tenía 5 años y el doctor me dijo que él hablaba poco y que lo hiciera ver y ahí arrancamos un camino horrible. Era ir a un lugar para que te digan una cosa, después a otro para que te digan otra cosa".
"Cuando ingresé a Showmatch en el año 95 comencé a buscar el mejor doctor de Buenos Aires. Para que se den una idea mi sueldo de bolsillo en ese momento era de 840 pesos y la consulta con el médico era 600 pesos... era una consulta de tres días y recién ahí dio con el diagnostico", agregó.
Luego, Sergio Gonal se quebró al recordar cómo fue descubriendo de qué se trataba este síndrome: "Yo quería llevarlo a todos lados porque veía que en Cuba decían que había una cura y quería viajar con él, pero me agarró este señor que me dijo 'esta es una condición de vida que la va a tener siempre'".
Por último, expresó sincero: "Es duro siempre porque la satisfacción de un padre es ver a su hijo desarrollado y siendo pleno. Lucas me enseña a tomar la vida de otro modo. Él es un ser sensacional y un ángel de luz que Dios me lo mandó, pero es difícil siempre... La preocupación de uno es qué pasará cuando uno ya no esté".