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En la playa del amor

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Lo planearon en secreto y con todos los detalles: ella no podría olvidar el
equipo de mate, él debería acordarse de llevar la cámara fotográfica. Agustina
Cherri (20) y Nicolás Cabré (23) partieron el jueves a las 6:30 de la mañana
desde Ezeiza. ¿El destino? Buzios, Brasil, donde pasarían cinco días completos a
solas y al sol… Un lujo que sus apretadas agendas rara vez les permiten. Ese era
el plan.

REALITY LOVE. Una vez más, la ficción formó una pareja real. El romance empezó
en los estudios de Pol-ka y durante las filmaciones de Son amores, cuando Anita
(el personaje de Agustina) y Pablo (el de Nicolás) se enamoraban. Así, comenzaba
también una historia entre ellos que iría más allá de la pantalla: repasar
libretos en las horas libres, compartir almuerzos y alguna que otra cena después
de las doce horas de grabación fueron los primeros pasos. Así, llegaron las
noches en que ella empezó a dormir en el departamento de él (ubicado en el
populoso barrio de Mataderos) y él en el de ella (en la zona fashion de Las
Cañitas). Cabré venía de romper una pareja, la que había formado con Celeste
Cid. Cherri hacía siete meses que se había separado de Luis Scalella (hijo del
productor de cine), su último novio. Estaban solos, se hacían buena compañía. Y
el 20 de junio, a sólo tres meses de estar juntos, se animaron a más:
aprovecharon el feriado y se tomaron tres días para escaparse a Cariló. Esa mini
luna de miel, cuentan hoy quienes más los conocen, les sirvió para afianzar la
relación. Ahora, a cinco meses del primer beso que se dieron fuera de cámaras,
fueron por una segunda vuelta.

Cuentan que la idea fue de Nico: la tiró cuando supo que en el verano no tendría
vacaciones porque en septiembre empezaría a ensayar la obra de teatro que
protagonizará junto a Alfredo Alcón. El lugar lo propuso Agustina: navegó por
Internet y ni lo dudó cuando leyó que Brigitte Bardot había llegado a esa aldea
de pescadores en los años sesenta y se había encontrado con una península que lo
tenía todo, aguas cálidas y frescas, olas calmas y bravas, playas encantadas y
morros de vegetación abundante. Hacia allí, entonces, partieron.

TIERRA DE ENAMORADOS. Pablo Echarri iba con Natalia Oreiro, Mariano Martínez y
Marcela Kloosterboer fueron este verano, Julieta Ortega e Iván Noble pasearon
por allí dos semanas atrás, Gustavo Bermúdez y su mujer, Andrea, hicieron una
excursión en barco hace unos días. Buzios, definitivamente, es el lugar que
eligen los enamorados. Y a ellos también les resultó el paraíso ideal. Llegaron
a Río de Janeiro en un vuelo de Varig, en bus hicieron los 192 kilómetros hacía
el noreste y antes del mediodía se encontraron con las 23 playas de arenas
blancas de la península de Buzios.

Para entonces, ya tenían su cuarto reservado en el Ville La Plage, un exclusivo
hotel de 24 habitaciones con vista al mar, ubicado sobre el morro que baja a la
playa Joao Fernandes. El clima de los primeros días no los ayudó, estaba fresco
y lluvioso. No les importó. Se entretuvieron con largas caminatas, salidas a
comer (el viernes vieron en directo por DirecTV Son amores en Estancia Don Juan,
un restó que ofrece carne argentina), paseos en buggy (el sábado alquilaron uno
para recorrer la península), y sacarse alguna que otra foto (ese mismo sábado
por la tarde revelaron el primer rollo en un laboratorio de la Rua das Pedras).

Recién el domingo pudieron hacer su primer día de playa. Se despertaron bien
temprano, 9:30 de la mañana, y para aprovecharlo decidieron quedarse en las
arenas de Joao Fernandes, frente el hotel. Pidieron dos reposeras y una mesa.
Con lona y equipo de mate, se instalaron allí dispuestos a pasar el resto del
día. Ninguno se atrevió a entrar al mar porque oyeron que alguien comentaba que
las aguas estaban todavía demasiado frías. Hubo besos y mimos, la lectura de
algún libro, pero poca charla. Y el bronceado duró hasta que algunos turistas
argentinos invadieron las playas y empezaron a sentirse intimidados por las
miradas. Instante en que Cabré y Cherri decidieron levantar campamento.

VOLVER…
El martes a las 7:30 se terminó la aventura. En Pol-ka los esperaba la
rutina: doce horas de grabación y las escenas en que Ana (Agustina) y Pablo
(Nicolás) se aman, pero para la ficción. El libreto que día tras día van
escribiendo para sus vidas dice que prácticamente están conviviendo y que
planean irse a vivir juntos muy pronto. Mucho antes de lo que todos imaginan.

Domingo 17, 10 horas. Sobre las arenas de Joao Fernandes, Nicolás Cabré y Agustina Cherri pasan su primer día al sol. A la playa llevaron equipo de mate, un libro de José Saramago y muchos besos.

Domingo 17, 10 horas. Sobre las arenas de Joao Fernandes, Nicolás Cabré y Agustina Cherri pasan su primer día al sol. A la playa llevaron equipo de mate, un libro de José Saramago y muchos besos.

El domingo arrancó bien temprano: 9:30 de la mañana. Nicolás y Agustina pidieron reposeras y mesa, con la intención de pasar el día frente al mar. Con el equipo de mate completo, que ella se encargó de traer de Buenos Aires, se instalaron al sol. Hubo besos, muchos mimos y algo de paz. Paz que duró hasta que algunos turistas argentinos los descubrieron y se sintieron intimidados por las miradas.

El domingo arrancó bien temprano: 9:30 de la mañana. Nicolás y Agustina pidieron reposeras y mesa, con la intención de pasar el día frente al mar. Con el equipo de mate completo, que ella se encargó de traer de Buenos Aires, se instalaron al sol. Hubo besos, muchos mimos y algo de paz. Paz que duró hasta que algunos turistas argentinos los descubrieron y se sintieron intimidados por las miradas.

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