El mercado inmobiliario no se condice con las necesidades de los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires. Al igual que en las grandes ciudades del mundo, el turismo se volvió más redituable a la hora de ofrecer una propiedad. Es por eso que la mayoría de los dueños eligen destinar sus viviendas a alquileres temporarios, con precios extravagantes y hasta en dólares.
Los monoambientes son los departamentos más difíciles de conseguir. Y es paradójico, ya que si alguien busca alquilar un lugar chico es porque algo más grande se escapa de sus posibilidades. Según pudo recopilar la inmobiliaria Maure en base a los datos aportados por ZonaProp, la oferta se redujo en un 30%.
Muchos jóvenes extranjeros deciden vivir en la ciudad porque, trabajando remotamente y cobrando desde el exterior, pueden tener una vida de lujos a un número que les cierra. Pero esa no es la realidad de la mayoría de los argentinos.
A la situación habitacional y a la inflación, se le suma que la Ley de Alquileres no logró ayudar ni a los inquilinos ni a las inmobiliarias, y es por eso que hoy por hoy algunos dueños deciden ofrecer un contrato por fuera de la ley o ponerlos a la venta.
Es por eso que el consejo que dan desde las inmobiliarias es reservar apenas encontrás algo de tu interés, teniendo en cuenta que muy pocos cumplen con las expectativas que quieren todos y están por debajo de los $100 mil pesos.
Parte de la urgencia por encontrar una casa apta para vivir hace que muchos terminen firmando contratos sin poder negociar los pormenores del mismo. Los martilleros aseguran que ya es habitual publicar un departamento y tres horas después haber encontrado a su nuevo habitante.
