Hace una participación en la película de Paula de Luque “La forma de las horas”, junto con Jean Pierre Noher y Julieta Diaz.

A ocho años de su última ficción, Paula de Luque (Cielo azul, cielo negro; El vestido; Juan y Eva; Néstor Kirchner, la película) armó una suerte de cooperativa para volver a filmar y, sin subsidios ni créditos, concretó el rodaje en los nueve días libres que permitía la cargada agenda de su amiga Julieta Díaz y se sumó también Jean Pierre Noher que venía de filmar una telenovela de Brasil.

La forma de las horas transcurre en un único espacio, pero en varios tiempos. Una pareja se encuentra un año después de haberse separado, pero ese encuentro podría ser vivido, imaginado o soñado. O todas esas cosas. Ella es escritora, y algunas referencias dan a pensar que lo que vemos está siendo escrito, reescrito a veces. Abundan las segundas versiones de escenas, con ligeras variantes de una a otra, y los regresos en el tiempo, con la protagonista viéndose a sí misma en el pasado. En una escena ella llega a dialogar consigo misma, desde la serenidad que dan el paso del tiempo, la cicatrización de las heridas, la distancia. El dolor es uno de los grandes temas de La forma de las horas.
La música compuesta por Leo Sujatovich, ejecutada por él mismo al frente de la Filarmónica de Buenos Aires, refuerza el aire de “cosa importante” del que se inviste la película, y que sólo alguna sonrisa de ella y alguna broma de él quiebran. Fragmentos aislados dejan ver a Paula Robles -amiga personal de Paula de Luque -bailando en medio del bosque.