A principios de la década de 1980, la marca británica Lotus presentó uno de sus modelos más emblemáticos: el Lotus Esprit S3, uno de los últimos deportivos en los que trabajó el propio Colin Chapman, fundador de la compañía que trascendió por sus éxitos en la Fórmula 1.
Chapman, que falleció en 1982 poco después de la presentación del modelo, mantuvo en el Esprit S3 la filosofía “menos es más” que hizo grande a su empresa. Para el británico era mejor un auto ligero con una excelente puesta a punto a uno pesado, grandote y con mucha potencia, pero incontrolable.
Propulsado por un motor de cuatro cilindros de 2.2 L turbo de 215 CV, el Lotus Esprit S3, la tercera versión del vehículo que había sido presentado en 1976 (S1) y mejorado en 1978 (S2), era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en seis segundos y rozar los 250 km/h de velocidad máxima gracias a un bajo peso inferior a los 1.100 kilos.
El equipamiento incluía un interior forrado en cuero, llantas BBS, pomo de palanca de cambios de madera, equipo de sonido Panasonic, aire acondicionado y dirección hidráulica.
El deportivo fue un símbolo de la industria automotriz de las islas en la década de 1980. Tal es así que la propia Margaret Thatcher, por entonces primera ministra del Reino Unido, quedó fascinada y orgullosa cuando lo vio por primera vez durante una visita al cuartel general de Lotus.
El propio Chapman fue un usuario del Lotus Esprit S3. Después de su muerte en 1982 el auto fue vendido a un particular y desde entonces ha pasado de manos varias veces. El último dueño pagó 157.000 dólares, un precio elevado por tratarse de la unidad personal del creador de la marca.
El auto se encuentra en perfecto estado y en el cuentakilómetros cuenta con 16.000 km, de los cuales poco más de 7.000 fueron realizados por el propio Chapman.