Paul Newman, la leyenda de Hollywood que desafió a las pistas: cómo le fue como piloto y qué premios ganó – GENTE Online
 

Paul Newman, la leyenda de Hollywood que desafió a las pistas: cómo le fue como piloto y qué premios ganó

Paul Newman
El famoso actor demostró su destreza detrás del volante en todo tipo de autos y lo hizo muy bien ya que triunfó en varias carreras.
Autos y Motos
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Reconocido por su carisma inigualable en la gran pantalla, Paul Newman trascendió los límites de Hollywood para convertirse en una destacada figura del automovilismo. Su pasión por las carreras de autos, más que un simple hobby, fue una devoción que lo llevó a desafiar los circuitos más exigentes y conquistar la gloria en múltiples disciplinas, tanto detrás del volante como siendo dueño de equipo.

Paul Newman
A diferencia de muchos actores que se contentan con su éxito en la actuación, Newman desafiaba los límites sobre el asfalto.

Mientras muchos actores se conformaban con interpretar roles en la pantalla, Newman se lanzó a la pista con determinación y habilidad. Su récord en las carreras no fue simplemente el de un aficionado con recursos, sino el de un competidor tenaz y verdaderamente talentoso.

“No soy una persona muy elegante. Fui un esquiador torpe, un jugador de tenis desgarbado, un jugador de fútbol descuidado y un bailarín torpe, a excepción de Joanne. La única cosa en la que encontré gracia fue pilotando un auto”, dijo alguna vez.

Durante el rodaje de Winning, en 1968, Newman no sólo actuó, sino que también se sumergió en el mundo del automovilismo, aprendiendo los fundamentos en la escuela de alto rendimiento de Bob Bondurant. Esta experiencia marcó el inicio de una pasión que lo acompañaría de por vida.

Paul Newman
El Nissan 300ZX que utilzó Newman en 1988.

Aunque Newman no fue el único actor en incursionar en el automovilismo, sí fue el que alcanzó mayores logros en la pista. A diferencia de sus colegas, como Steve McQueen o James Dean, logró destacarse en una variedad de formatos de carreras, acumulando trofeos y campeonatos en eventos como SCCA, Can-Am, Daytona y Le Mans.

En 1986, el mismo año en que ganó su único Oscar como mejor actor, Newman se alzó con la victoria en el podio de Trans-Am en Lime Rock Park, su trazado predilecto. Repitió esta hazaña en 2003 y nuevamente en 2007, al volante de un Corvette en la clase GT1. Siempre luciendo en los laterales de su auto el número que reflejaba su edad, una tradición que reflejaba su espíritu competitivo y su sentido del humor.

A medida que Newman envejecía, su enfoque en las carreras se desplazó hacia el rol de dueño de equipo. En colaboración con Carl Haas, fundó el Newman/Haas Racing en 1984, un equipo que cosechó ocho campeonatos en CART, ChampCar e IndyCar, consolidando su legado en el deporte del motor.

Además de su influencia en las pistas, el nombre de Newman dejó una huella en diversos ámbitos. Desde una galleta orgánica con el nombre de Fig Newman hasta una edición especial del Nissan Skyline Turbo, su impacto se extendió más allá del automovilismo.

Paul Newman falleció en 2008, a los 83 años, pero su legado perdura en la memoria de los aficionados al automovilismo en todo el mundo. Su humildad y su pasión por las carreras lo convirtieron en un ícono, recordado no solo como un gran actor, sino también como un intrépido piloto y un visionario del deporte motor.

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