De Arrecifes al Martín Fierro: cómo Mariel Di Lenarda venció sus prejuicios y ganó el premio a mejor panelista – GENTE Online
 

De Arrecifes al Martín Fierro: cómo Mariel Di Lenarda venció sus prejuicios y ganó el premio a mejor panelista

Mariel Di Lenarda, producción de GENTE. Foto: Diego García.
Tiene más de 25 años de carrera en radio, pero este año le llegó un nuevo reconocimiento por su trabajo en Nosotros a la mañana (eltrece). De soñar con trabajar con grandes figuras a obtener su bendición, de celebrar un premio que hubiera enorgullecido a sus padres a tener que defenderlo, esta es la historia de la Tota, una periodista que consiguió cuando era casi imposible la voz de Alfonsín y que fue quien anunció la renuncia de Fernando de la Rúa.
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Mariel Di Lenarda está dispuesta a entregarse a horas de diversión. No vino sola, la acompañan Sole, una amiga de su Arrecifes natal, y uno de los estilistas que trabajan con ella en eltrece. Las fotos son una excusa para probarse diferentes outfits, posar y sacar la parte más espontánea de la periodista y locutora que después de muchos años siendo una de las voces de la radio, decidió incursionar en la televisión.

En sus más de 25 años de carrera, Mariel protagonizó muchos hitos: entrevistó a cuanto político pudo –desde presidentes argentinos a primeros mandatarios extranjeros, Pinochet, Fidel Castro, Hugo Chávez, por nombrar a algunos–, cubrió varios de los hechos que marcaron el país: fue la primera en tener confirmada la renuncia de Fernando de La Rúa y en leer el comunicado para todo el país; también en estar en Cromañón cuando todavía se desconocía la magnitud del incendio.

Ahora levanta con emoción su primer Martín Fierro televisivo (ya tiene uno de radio) y lo hace con orgullo: este 2023 fue reconocida como mejor panelista. Premio que luego de recibirlo le trajo su primer escándalo mediático. Un móvil de LAM, una sugerencia por parte del notero de haberle “robado” la estatuilla a Yanina Latorre y muchas repercusiones la pusieron en boca de todos. Y no sólo eso: estuvo en cama un par de días. A veces el cuerpo pasa factura.

“Me dio bronquitis y levanté fiebre. Soy la anti estrella. Te juro que se movieron muchas pero muchas emociones y, bueno, supongo que a lo mejor aflojé”, cuenta la Tota, y confiesa que a los pocos días y tras dos años de relación se separó de su novio, quien la acompañó a la entrega, porque “necesitaba espacio”.

Recuperada de ese ida y vuelta, Mariel se ríe con ganas de todo lo que pasó, de ser la ladrona que opacó a otra panelista, de lo que se dijo y no se dijo. Pero lo que más celebra es el amor que recibió de la gente que le mandaba mensajes felicitándola y validando que ese premio tenía que ser de ella. Con su Martín Fierro en mano, la locutora que lleva más de dos décadas en radio Mitre y que mostró su otro costado en Nosotros a la mañana pasa del dorado al verde loro, se calza un conjunto de jeans con botas rojas y admite que quizá su desembarco en la tele se dio tanto tiempo después por algo que hizo clic en ella cuando murieron sus padres. Tema que le saca algunas lágrimas cuando lo menciona; también sugiere que había algo de ella, de su cuerpo y de su mirada hacia ella misma que le daba inseguridad exponer.

Mariel, quien desde chica supo que no quería tener hijos, ya pasó los 50, logró aceptarse y el mostrarse ya no es un problema. Así se enorgullece de ser parte por primera vez de una producción de GENTE y sigue con frescura cada una de las indicaciones del fotógrafo. “Tenía pánico del rechazo hasta que en algún momento empecé a hacer un laburo conmigo que tuvo que ver con aceptación y con cuestiones propias de mi vida. Entendí por dónde pasaba lo importante”, dice, y recalca que no era una cuestión de la tele hacia ella sino de ella y su miedo a lo que iba a verse reflejado en la tele.

Mariel Di Lenarda, producción de GENTE. Foto: Diego García.
Entre las hazañas de Mariel Di Lenarda se encuentran la de haber hecho hablar a Alfonsín y haber anunciado la renuncia de De la Rúa.

–¿Cómo fue el paso de la radio a la televisión?

– Ahora me siento cómoda haciendo tele. Me parece un medio fascinante del que aprendo todo el tiempo. Tiene una exposición diferente. Suelo andar con amigas que son mucho más famosas que yo, como Sandra Borghi o Karin Cohen, y las reconocían a ellas y yo quedaba medio de costado. Ahora, a partir de esto, me pasa que la gente me toca bocina o me paran o me piden fotos y digo: “Wow”. Hace bastantes meses que estoy sintiendo esta cosa de que ya saben quién soy yo. Antes me pasaba sólo cuando hablaba que algunos reconocían mi voz. Me decían: “Mariel, de Mitre”. Hubo un jefe que me dijo que me tenía que cambiar de apellido porque era muy largo y no era mediático, pero no quise hacerlo.

–¿Por qué no?

–Mi apellido viene conmigo y con toda una historia: la mina del interior, con viejos laburantes, la cultura del esfuerzo. Yo decía: “Si algún día me conocen, quiero que sea por mi apellido y que mis viejos estén orgullosos”. Bueno, toda la explosión por ahí más mediática no la pudieron ver, pero yo sé que ellos están ahí.

–¿Murieron hace mucho?

–Se murieron en 2013 y 2016, o sea que hace un tiempo. Lo que pasa es que no creo que haya sido casual. A partir de que no hay nada más arriba te queda la obligación, el derecho… de vivir por y para vos. Fue un golpe fuerte porque murieron jóvenes de un infarto y un ACV, nada raro. Se fue primero él y pasó un tiempo y mi vieja era: “Ya está…”, “Yo quiero que tu hermano y vos sean felices y no quiero ser una carga y además tu papá me dice que vaya”. Después empezó con un tema de movilidad. Y bueno, agradezco todo lo que fui construyendo. Mis amigas dicen que soy su mejor plan y ando por todos lados de plan en plan. Pero los menciono porque a partir de eso empezó una cosa de expansión. A veces uno reparte las energías en el cuidado y después se encuentra con uno mismo y eso se traduce en esto. Yo vengo laburando hace millones de años, pero por alguna cuestión a lo mejor no me mostraba o no me hacía ver. Ahora estoy en GENTE, ¡mi vieja se volvería a morir!

–¿Te sorprendió estar ternada como panelista?

–Sí, porque por ahí yo no soy mediática o súper famosa, entonces ya estar con Sol Pérez, que la amo con toda mi alma, y con Yanina Latorre, con otro perfil mucho más alto… fue una sorpresa. Me encantó, pero pensé: “Se lo va a ganar Yanina”. A medida que se iba acercando la fecha decía: “¿Por qué no?”. Pero no es que fui trabajando en pos de conseguir exposición o el premio, lo que pasa es que trabajamos en un medio y entonces estás expuesta.

–También venís de una generación que no contó con las redes sociales como herramienta de difusión.

–Totalmente. Y de verdad desde mi laburo periodístico tengo millones de logros y de coberturas. Tengo grabada la voz de Fidel Castro en un mano a mano en el Congreso. Yo nunca renegué de las reglas del medio. Cuando apenas me recibí en el ISER de locutora, iba a castings y capaz me rebotaban porque el conductor quería una rubia. Tardás hasta que entendés que no es con vos, porque el rechazo muchas veces lo sentís para con vos y decís: “Capaz no sirvo”. En el camino hay mucha frustración, pero es aceptar que es así porque si te enganchás, perdés un montón de energía y las cosas no cambian.

Lo injusto o justo de ser la mejor panelista

Mariel Di Lenarda, producción de GENTE. Foto: Diego García.
“Soñé con trabajar con Magdalena Ruiz Guiñazú y Betty Elizalde: y con el tiempo hasta tuve su bendición”, dice Di Lenarda.

La Tota bajaba muy feliz con su premio: había ganado en una terna en la que quizá no tenía tanta experiencia. Agradeció, saludó y se frenó ante el primer móvil con el que se topó, el de LAM. Y llegó el balde de agua fría. “Nos parece injusto que lo hayas ganado vos. ¿No te parece que se lo robaste a Yanina?”, pronunció Santiago Sposatto. Lo que siguió fue la tele retroalimentándose de la tele. Las redes sociales bancando o no bancando la decisión de APTRA, Yanina exponiendo lo sucedido. “Dije en varios móviles que no sé jugar el juego pero en realidad no es que no lo sé jugar. No quiero jugarlo, ¿eh? Juego hasta donde yo quiero”, aclara después de rememorar el momento en que recibió el comentario que amargó su gran noche. “En el escenario agradecí y mencioné a las dos ternadas y después las saludé. Incluso Yanina me dijo: ‘Gracias por nombrarme. Fuiste muy generosa’”, suma.

Al otro día Sposatto le dijo al exconductor del ciclo Nosotros a la mañana, Pollo Álvarez, que le quería pedir perdón a Mariel, pero ella estaba dolida. Igual, ante la insistencia de la producción, hubo una conversación al aire. También, tuits del conductor Ángel De Brito y una invitación: había dicho que sí a visitar el programa de radio de Latorre, algo que le pareció divertido para “jugar el juego”. Decisión que cambió después de que a la noche en LAM pasaran el tape. Desde la empresa en la que trabaja le aconsejaran que se bajara del programa para no seguir avivando la llama.

Canceló pero no le avisó a Yanina, lo que le dio más tela para cortar al tema y en lugar de hablar de su merecido premio, todos hablaban de si se lo había robado o no a la reina del panelismo de espectáculos. Pero ellas, según la Tota, no tuvieron nunca un problema ni cuando Latorre aterrizó en Mitre en el horario en que ella estaba haciendo Con todo respeto, con Horacio Pagani y Adrián Ventura. Según cuenta, la recibió con los brazos abiertos y son esos mismos oyentes que la acompañaron casi 20 años quienes más la apoyaron con mensajes de cariño. “Ellos me conocen y se identifican con mi historia, con el pueblo, con el esfuerzo”, dice.

–¿Qué fue lo que más te molestó de lo que se generó con Yanina?

–Es lo que dije cuando agradecí el premio: hago periodismo en un panel e intento ser funcional como panelista al programa porque hay un producto. Tenés que sostener el rating, una entrevista, tenés muchas veces que aceptar reglas que a lo mejor no aceptarías y tenés que hacerlo, como cuando el productor te dice por cucaracha: “Es por ahí, seguí”. Hay un montón de cosas que hacen al panelismo, porque, en definitiva, la tele es un show. Yo no creo estar por arriba de nadie, me parece que hay diferentes tipos de programas y que hay lugar para todas. Yo se lo dije, ¿eh? Por privado. Me parece que Yanina Latorre es un producto fantástico para la tele y para lo que ella hace y cómo lo sostiene: tiene el cuero duro para bancársela, porque ella juega fuerte, y no cualquiera se banca ese juego. Le encanta. Quizá yo me la juego en política: a mí no me importa plantarme pero porque es mi palo. He estado frente al presidente y he preguntado cosas que eran difíciles de preguntar.

–Es que lo que no queda claro es qué es ser panelista. Según dijo Tomás Dente, jurado de APTRA, es tener la espalda para abordar cualquier temática, haber pateado la calle… no sólo saber hacer show.

–Es que es un poco así. Nosotros, por ejemplo, en el programa, abordamos temas como la inseguridad y la actualidad, que a veces lindan con lo político. Entonces por momentos te metés, opinás y va fluyendo. Después está el tema de que somos 6 panelistas y no todos podemos pensar lo mismo, tiene que haber un equilibrio. Yo estoy aprendiendo.

Mariel Di Lenarda, producción de GENTE. Foto: Diego García.
Divertida, la periodista cuenta durante la producción algunas de sus aventuras profesionales.

Los inicios de la Tota, una rebelde arrecifeña que conquistó la ciudad

Mariel, hija de un gráfico y una docente, habla de su vida en el pueblo y se recuerda como una persona “más barroca”.  Tuvo permanente, flequillo tipo “caniche toy” y se ponía todo, colores, estampados, no le tenía miedo a nada: ni al taco, ni al brillo. También, según cuenta, era más guerrera y tenía un sentido de la justicia extrema. Aries con ascendente en aries, puro fuego. Trabajé porque he hecho cada quilombo”, se ríe. “Siempre tratando de defender causas que yo consideraba justas. Era muy líder. Vestía al esqueleto con el que estudiábamos, cortaba la luz. Fui al colegio de monjas, que era el único privado que había en el pueblo, iba porque tengo un tema respiratorio, entonces mi vieja no quería que me levantara temprano”, detalla y destaca entre sus cualidades la perseverancia.

–¿Desde chica sabías que te querías dedicar al periodismo?

–Mi papá venía de la gráfica, pero en un momento tuvo lo que era el circuito cerrado, una cosa prehistórica. Te vas a morir… el tema era así: la radio como tal en ese momento no se escuchaba, entonces era un aparatito, como una cajita de madera con un parlante adentro, que se instalaba en las casas con cable y vos pagabas un abono mensual. Se llamaba La voz de Arrecifes. Yo ya iba a aprender locución y quería entender cómo se hacían los avisos. Muchos años después me vine con mi hermano. Mis viejos nos criaron con mucha libertad: “Querés ir para acá, vamos para acá”. A los 26 años me instalé en la ciudad. Yo sabía que quería vivir de esto, sentía que quería ver hasta dónde llegaba. Me acuerdo que pensaba: “¿Podré trabajar con…?”. Soñé años con trabajar con Magdalena Ruiz Guiñazú, con Betty Elizalde… y terminé trabajando con ellas y hasta tuve su bendición.

–¿Cómo te interiorizaste en el mundo de la política?

–Fue rarísimo. Laburé en distintas radios… Hacía las noticias en Radio Horizonte en su momento con Carlos Clerici, como locutora. Habíamos hecho un espacio muy lindo. Después se armó una radio en ese momento que había puesto la cadena Musimundo. En el medio un operador me dice: “Hay una prueba de Deportes en radio Mitre y están buscando una mina”. Yo estaba estudiando periodismo deportivo después de haber hecho locución. Fui a la prueba y entré al equipo, estaban Ale Fantino y un relator uruguayo. En un momento me encontré con que había que ir a cubrir el lanzamiento de una camiseta y no tenían gente. Yo estaba sentadita en la oficina como diciendo: “Hola”. Pero, bueno, finalmente alguien me vio: en un operativo de elecciones faltaba gente. Me dijeron a mí: “Andá a cubrir la votación de Alfonsín a Chascomús”. Raúl Alfonsín no era presidente en ese momento.

–¿Y entonces?

–A Alfonsín no le gustaba salir por teléfono porque no escuchaba bien y le costaba. Hacía mucho que no hablaba. Yo tenía a la uno en el piso que era Magdalena pero así y todo me costó. Creo que estuve dos horas internándolo, le decía: “Por favor, por favor, si usted me da la entrevista este es el comienzo de mi carrera”. Era medio cascarrabias, entonces primero me dijo que no, pero de a poco se aflojó. Le decía a su secretaria que yo era parecida a Sandra Bullock. Bueno, tanto hice que me dio la nota y nadie entendía nada. Era la pibita que había salido de la nada, de los vestuarios, haciendo una súper cobertura y que hablara Alfonsín. Ahí arranqué.

–Viviste el cambio de estar en donde se desarrollaba la noticia al de enterarte todo por redes sociales.

–Sí, lamentablemente, porque me parece que no suma enterarme de lo que piensa nuestro presidente sobre un hecho por un tuit. Sobre todo cuando de pronto tenés estructuras enormes de voceros que se supone que deberían estar para eso. No hablo de este gobierno, hablo de todos.

Mariel Di Lenarda, producción de GENTE. Foto: Diego García.
“Yo no creo estar por arriba de nadie, me parece que hay diferentes tipos de programas y que hay lugar para todas”, sostiene luego del escándalo con Yanina Latorre.

–¿Cuáles fueron las 3 coberturas más desafiantes que tuviste en estos 25 años de carrera?

–La llegada de Pinochet a Chile. Fue mi primera cobertura afuera… yo era muy tiernita y no tenía contexto de cómo estaba la sociedad chilena, de lo que implicaba su regreso. Lo veo cuando él baja del avión y revolea el bastón, no había redes sociales. Yo relato lo que veo como algo loco y ese relato fue recogido porque él había dicho que llegaba convaleciente y salió caminando. Me rodearon cuando estaba saliendo al aire y dije: “El exdictador” y me vinieron a increpar. Era no tener conciencia. Bueno, Cromañón fue muy difícil. Y después el 2001, lo que fue dar la renuncia. El 20 de diciembre estoy adentro y salgo al aire diciendo que Fernando de la Rúa iba a renunciar y me dijeron: “Mariel, fíjate”. Nadie me quería dar mucho crédito y yo tenía la confirmación de una fuente muy buena de adentro, sabía que iba a renunciar. Y cuando vienen con la renuncia, fui la primera en leerla. No había redes, no había cámaras adentro en el Salón de los Pasos Perdidos. Era yo solita con mi alma, con el teléfono, diciendo por Radio Mitre: “Renunció De La Rúa”.

–¿E internacionales?

–Hay una anécdota muy divertida que estábamos con un compañero de Radio Continental, cuando en una cumbre el rey se hinchó y lo mandó a callar a Hugo Chávez.

–¿Sentís que ser mujer te limitó en un ambiente donde la mayoría son hombres?

–A mí no me gusta victimizarme, pero una cosa es no victimizarte y otra cosa es no contar las cosas como son: siempre ganamos menos, no somos precisamente las elegidas al momento de conducir en radio o en tele y no estoy diciendo nada que no sea así. Lamentablemente es así. Insisto: yo no tengo una carrera marcada por eso, pero han habido muchas etapas de mi carrera donde eso apareció. Lo bueno es que hoy las mujeres estamos intentando tomar otras armas. Tampoco por el simple hecho de ser mujer, vos tenés merecido el cielo o la conducción de un programa o el sueldo más alto. Ni un extremo ni el otro. También hay momentos en que estás arriba y otros que te bajan y hay que aprender a no bajar los brazos.

–También pasa por tener bien clara la vocación.

–Yo amo poder vivir de lo que me gusta hacer. Vivo tranqui, no soy millonaria. No seré nunca millonaria, no me interesa. Pero siempre entendí que además de mi vocación era mi medio de vida, entonces nunca me aparté del camino.

–¿Cómo hiciste todos estos años para informar en medio de la grieta?

–Siendo medida. Esta cosa de no posicionarte en un extremo o en el otro de la grieta hace que se complique más, porque yo tengo que contar lo que hace el presidente y si a vos no te gusta, cuánto lo lamento. A quién le importa mi opinión. Yo te cuento un hecho y después si querés buscá a editorialistas.

Mariel di Lenarda en el Martín Fierro
Mariel di Lenarda, en la entrega de los Martín Fierro.

“Me gusta estar en pareja pero no que me limiten”

Semanas atrás, la Tota se mostró feliz con su vestido verde y su novio en la noche de los Martín Fierro. Ahora, está de vuelta soltera: se separó de Gaby, el productor de 41 años con quien estuvo dos años de novia, dos días después de la ceremonia. “Estuve en pareja saliendo con Gaby que me acompañó al Martín Fierro. Él es un divino, más joven que yo. Pero tenía la necesidad de un vínculo y de una concepción de la pareja que yo no compartía”, cuenta Mariel. Ella es una mujer independiente que tiene un gran círculo social: sus amigas ocupan un papel muy importante en su vida y, más allá de haber elegido no tener hijos, sí disfruta de la vida en pareja. “Yo soy rara. No es que me cueste el compromiso desde el lugar de lo afectivo o desde la fidelidad. En eso soy como muy tranquilita, muy convencional, pero los vínculos me llevan energía y por alguna cuestión elijo hombres que me piden más de lo que yo siento que puedo dar y empiezo a desesperarme”, suma.

 –¿Te sentías atrapada?

–Yo no tengo hijos por una decisión personal, pero no me toques a mis amigas, no me toques a los hijos de mis amigas… no me toques el combo con el que yo vengo. El que se pone a salir conmigo sabe que sale con Sandra, con Sole, con Kari. Es así. Tengo muchos planes, soy showoff, no de la joda, sino de salir a comer, de estar con amigas. Sé que es difícil de bancar.

–¿De chica eras más Susanita?

–No. Fui re noviera siempre. Tengo novios de tiempo pero cero Susanita de voy a tener hijos… Tuve una pareja 12 años y lo conocí a él con sus niños que tenían 8 y 10 y hasta la adolescencia estuve. De hecho, Victoria fue mamá y me dice: “La abuela”.

–¿Te imaginás volviéndote a enamorar?

–Yo creo que me voy a volver a enamorar. No me gusta la dependencia, esta cosa de depender afectivamente, pero me gusta dejarme cuidar. Lo que pasa es que cuando el cuidado implica esta cosa de te quiero para mí”, soy rara en eso.

Fotos: Diego García
Retoque: Gustavo Ramírez.

Video: Miranda Lucena. Edición de video: Rocío Bustos.
Estilismo: @bygrucha, @puchetaceciliaa Maquillaje: @sol_lunardi
Peinado: @lukas.gomezz con productos @hairssime
Accesorios: @lunagarzonaccesorios
Agradecemos a @lasoreirooficial y @adrianaconstantini

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