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La batalla que tuvo que librar la "plebeya argentina" Máxima Zorreguieta para ser aceptada en la realeza holandesa

Cuando se conoció que estaba saliendo con el entonces príncipe Guillermo, todo fue escándalo. Pero esos mismos aspectos que le criticaron en un inicio, fueron los que la ayudaron a conquistar el corazón de todo un pueblo.

Publicado por
Leandro Mazza

Si bien en Argentina tuvo una vida llena de comodidades dentro de una familia de clase alta, a Máxima Zorreguieta (52) le tocó combatir en una dura batalla desde el minuto cero de su relación con Guillermo Alejandro de Países Bajos. El mote de plebeya, por no venir de una “familia noble”, fue un estigma que cargó y que logró eliminar con un largo trabajo instalándose como una de las más queridas de la escena local.

Si bien no fue la primera ni la última que va a llegar a una Casa Real sin un título nobiliario, se puede decir que cuando se oficializó el noviazgo del príncipe todo fue escándalo. Analizando la irrupción de la argentina en este escenario, el experto en realeza Rubén de Gavaldá y Castro recuerda en diálogo con Revista GENTE lo que significó este romance para la opinión pública...

Una de las fotos del álbum prohibido de Máxima Zorreguieta, ésas que la realeza de Países Bajos siempre quiso esconder.

“Lo que pasó con Máxima fue un punto de inflexión. Se trataba de un futuro rey que se estaba relacionando con una mujer que no era de la realeza, era extranjera y tampoco era de la nobleza como puede ser el caso de Diana Spencer”, sostiene.

“Después de eso, muchas otras casas reales -entre las cuales está la de España con Letizia Ortiz- tuvieron matrimonios morganáticos (como se llama a las parejas que son de disparidad de condición) que fueron aceptados”, agrega.

Gavaldá y Castro remarca en diálogo con GENTE que “Máxima trajo nuevos aires, un resurgir y un nuevo posicionamiento”

Una joven Máxima Zorreguieta.

Pero se puede decir que todo es una paradoja: su sencillez y calidad de latina, que la condenó en un inicio, fue la que le terminó abriendo puertas, batallando contra los prejuicios con sus ideales. La sociedad de Países Bajos realmente se enamoró de su figura por la calidez con la que siempre se manejó y los gestos austeros que impulsó.

“El más rotundo de los matrimonios morganáticos estratégicos fue el de Grace Kelly y el príncipe Alberto de Mónaco”, ejemplifica el especialista.

La vida de plebeya de Máxima Zorreguieta

Hija de Jorge Zorreguieta, secretario de Agricultura de la Nación Argentina durante el mandato de facto de Jorge Rafael Videla, y de María del Carmen Cerruti, Máxima se crió en un departamento de 120 metros cuadrados en el coqueto barrio porteño de Recoleta. Transitó sus estudios en el Colegio Northlands, establecimiento en el que se destacó por su buen desempeño académico.

La pasión por el deporte, uno de los detalles curiosos de la vida de Máxima Zorreguieta.

En más de una oportunidad quienes la conocieron desde niña la definieron por su feliz infancia. Máxima siempre fue aficionada al esquí y a la serie La familia Ingalls. Además, se desempeñaba muy bien en la cocina conquistando paladares de la mano de sus conocimientos en repostería. 

Pero hay que destacar otros aspectos de la vida de la actual reina de Países Bajos. Y específicamente se trata de decisiones que su madre tomó: la obligaba a hacer deportes y la sometía a dietas estrictas con el objetivo de que bajara de peso. Lo cierto es que esto no terminó bien ya que aunque no llegó a sufrir anorexia como Inés, su hermana, las dietas marcaron su adolescencia.

De qué forma se enteró la sociedad de Países Bajos del romance entre Guillermo y Máxima Zorreguieta

Corría 1999 cuando el hijo de Nicolás de Amsberg y Beatríz de los Países Bajos se presentó en la boda de Vanessa Loudon Janus Smalbraak con una rubia de su mano, en un claro símbolo de confirmación de romance. Sí, esa fue la primera vez que se mostró junto a Máxima Zorreguieta, aunque su identidad era todo un misterio.

Zorreguieta y Guillermo se conocieron en Estados Unidos.

El evento tuvo una cobertura exclusiva de Telegraaf avalada por los novios. Fueron ellos los que registraron a Guillermo con una joven de nacionalidad argentina cuyo nombre, hasta ese momento, era desconocido. Los medios se pusieron a trabajar rápidamente para descubrir su identidad, pero cayeron en un error: la llamaron “señorita Herzog”.

La propia Vanessa Loundon terminó poniéndole fin al misterio, afirmando que se trataba de Máxima Zorreguieta. De esa forma, dejó al descubierto una larga historia de rivalidad entre ambas familias que se encontraba camuflada por el rotundo éxito de los negociados millonarios que habían gestado.

“Que uno de los solteros más codiciados tenga novia era una noticia curiosa. Hasta el momento no se sabe por qué, desde el seno de la familia Loudon hicieron esto: siendo vasallos de la Casa Real, deberían haberse manejado con otro tino”, comienza diciendo a Revista GENTE el experto en realeza y Ceremonial y Protocolo Gavaldá y Castro.

La boda de Máxima Zorreguieta.

Y destaca: “Algunas fuentes dicen que la noticia fue vendida a los medios, y esto ya es mucho, ahí sí podremos denominarlo traición completa, y de una bajeza humana y lamentable. De una forma o de otra, con venta o no de la noticia, sí se supo es que Vanessa Loudon dio a entender que el príncipe estaba con una novia a quien denominó de una forma peyorativa como una rubia”.

Lo cierto es que esta situación causó un verdadero revuelo y fue considerada una actitud de despecho por parte de Vanessa, que debería estar concentrada en la celebración de su propia boda.  

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