“Gracias a mi hija, que me recuperó las fotos”, le concedió Miguel Romano (84, de Villa Urquiza), como buen padre, el mérito a su hija, Paola, antes de mostrar aquellas fotos que le remiten a una de sus tantas y grandes anécdotas como peluqueros de las estrellas.
Sucedió en 1981, cuando Queen vino de gira a la Argentina, por primera y única vez, para presentarse en el estadio de Vélez Sarsfield.
“Un día me llamaron para que fuera al Sheraton y le cortara el pelo a Freddie Mercury”, relató él, quien le preguntó a una amiga si le “sonaba, porque yo no lo conocía”. Luego de que le revelaran de quién se trataba, Romano tomó sus elementos de trabajo y partió hacia Retiro.
“Me encontré con un hombre con ondas, rulos y el cabello largo, por debajo de los hombros. Entonces le dije: ‘Mirá, lo mejor es hacerte un corte moderno o dejarte largo, como se usa ahora, y acomodártelo’”. Pronto Miguel comenzó a cortarle la melena, y ahí quedó.
Sin embargo, al día siguiente lo volvieron a llamar para que avanzara "con el rebajado". Como a Romano no le terminaba de agradar, pensó que “cuanto más corto, mejor le iba a quedar, y más gracioso, porque... tenía los dientes un poquito para afuera”.
Al mismo tiempo, el baterista Roger Taylor, “no sé para qué” (en palabras del estilista de Susana), tomaba y guardaba el cabello que iba cortando y cayendo en la alfombra del hotel.
Conclusión: “Se lo corté cortito, y así actuó. No volví a verlo”, contó Miguelito, antes de cerrar: “Lo loco es que con ese cambio de look fue que con él continuó hasta el final de su días”, cierra orgulloso Romano.