Afuera llueve con fuerza. Adentro, en el tercer piso del Concejo Deliberante de Lomas de Zamora, Silvia Pérez Vilor (55) recorre la exposición de cuadros pintados por su hija –Anahí Benítez, víctima de un femicidio a un año atrás–, que se encontrará abierta al público durante un mes. Vestida de negro, Silvia camina despacio. Mira los dibujos, los toca.
“Este lo hizo en cinco minutos. Fue un sueño que tuvo, de una chica que se perdía…”, explica. Avanza unos pasos, señala otra pintura y agrega: “Hecha con lápiz. Mirá lo que es. Acercate, mirá. ¿No ves que es lápiz?”, muestra orgullosa. Y sigue: “Este lo dejó a medio pintar... ¿Por qué? Iba a tirarlo a la basura; no le gustaba”.
Silvia puede pasar horas hablando de los cuadros de su hija: fue testigo silencioso de cómo los pintaba, qué materiales usaba, las técnicas con que experimentaba... “Anahí tenía un talento infinito. La mejor forma de recordarla es a través de sus obras. Esta es una mínima expresión de lo que podría haber hecho”, reflexiona.
La cita estaba pautada para las 12 del jueves 19 de julio. Sin embargo, debido al mal tiempo, la inauguración de la muestra se demoró media hora. Finalmente, ante la presencia de algunos familiares y varios medios locales, hablaron las impulsoras de la iniciativa: la concejal Silvia Sierra y María Carla Policicchio, de la ONG Lomas Segura.
El cierre quedó en manos de la propia Silvia Pérez Vilor, que dio un emotivo discurso: “No tengo palabras para agradecer este homenaje. Es raro ver los cuadros de mi hija acá. Ella pintaba porque era su vocación y también, me animo a decir, por un presentimiento. Es difícil de explicar. Era una persona tan especial... Es el día de hoy que no sé por qué pasó lo que pasó. Jamás voy a entenderlo. Duele mucho”.
PRIMER ANIVERSARIO. Anahí desapareció el 29 de julio de 2017. Seis días más tarde fue hallada asesinada en la Reserva Santa Catalina, ubicada a unas veinte cuadras de su casa. “Me comentó que iba a dar una vuelta por el Parque Municipal Eva Perón. Lo único que le pedí fue que no tardara, porque eran las 17.30 y estaba por oscurecer. Me contestó: ‘Voy y vengo enseguida’. Cuando vi que eran las 19 y no llegaba empecé a llamarla, pero no me contestaba. A las 22 hice la denuncia en la comisaría”, recuerda Silvia. A partir de ese momento, su vida cambió para siempre. “No soy la misma persona”, le confiesa a GENTE.
En estos casi 365 días sin su hija –asegura– se aferró al cariño de la gente (“Sin él no hubiera podido hacer nada”) y, fundamentalmente, a la espiritualidad. “Somos mucho más que un cuerpo. Somos un espíritu. Yo no creía en esto, pero la conexión con el dolor me hizo ver más allá”, explica.
–¿Alguna vez sentiste la presencia de Anahí?
–Muchísimas. Nos comunicamos a través del equipo de música que, cada vez que le hablo, se enciende solo. Entonces empecé a preguntarle por “Sí” o por “No”. Si la respuesta es “No”, queda apagado. Si es “Sí”, se prende. Hemos tenido charlas en las que el equipo se prendió más de diez veces. No me da miedo, sino todo lo contrario. Sé que ella está bien, sé que la voy a volver a encontrar, y eso me llena de alegría.
–Muchas personas destacan tu fortaleza. ¿Qué te sostiene?
–No me siento tan entera como parece. En realidad, estoy partida al medio. Es como si me hubiesen matado. Desde el 4 de agosto del año pasado nada más puede hacerme daño, porque ya me lo hicieron todo. Mi hija está y va a estar siempre en cada una de las cosas buenas. Por mi parte, voy a seguir luchando para que a nadie más le pase esto.
–Con respecto a la causa, trascendió que el juez a cargo, Sebastián Monelos, programó el juicio oral para noviembre. ¿Es así?
–No. Hay un plazo para elevar la causa a juicio que debe hacerse entre agosto y septiembre, pero la idea es prolongarlo, para que esos que yo siempre dije que estaban y que fueron parte (N. de la R.: además de Marcos Bazán y Marcelo Villalba), también sean juzgados. Prefiero que el juicio demore un poco más, pero que se investigue a todas las personas, como corresponde. Quiero que caigan todos y cada uno de los que tuvieron que ver con esto. En cualquier calidad: partícipes, autores, coautores, encubridores, falso testimonio... Todos.
Por Flor Illbele.
Fotos: Dave Galván y Julio César Ruíz.
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