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"Para cambiar un país, hay que tener espalda"

Publicado por
Redacción Gente

El martes 13 (fecha de mala sombra), al mediodía, después de una tensa reunión de gabinete y un breve diálogo con el presidente Fernando de la Rúa, la ex ministra de Trabajo y desde ese
momento ex de Seguridad Social, Patricia Bullrich, le dijo adiós al Gobierno. El viernes,

GENTE habló con ella en su departamento de Palermo. 

-¿Cuál es hoy su estado de ánimo? ¿Desencanto, dolor, frustración?
-Es más importante hablar de la Argentina que de mi estado de ánimo. El país necesita -¡y ya!- quebrar los statu quos. En toda su estructura política hay algún tipo de compromiso.

-¿Ese sistema es el que la expulsó del Gobierno?
-En realidad, hace meses que decidí (y ahora, con mucha más fuerza y más tiempo), crear el movimiento Ahora Argentina.

-Trabajará desde afuera hacia adentro… ¿Con qué objetivo?
-Uno -el principal- es recuperar la calidad institucional del país. Lograr una calidad distinta, transparente… Por eso, más que desencantada o decepcionada, me siento en camino hacia esa meta. 

-Una vieja copla militante dice "Después de cada combate, me siento recién nacido". Tal vez usted, al renunciar, acaba de nacer.
-(Sonríe) Puede ser…

-Lo que sí parece, a juzgar por la adhesión de los oyentes de muchos programas de radio, es que salió prestigiada. Un fenómeno casi común a todos los que dejan este Gobierno. 
-…(Largo silencio). 

-¿Cómo le cayó la imagen de los gordos, los caciques sindicales -Moyano, Barrionuevo y compañía-, festejando su renuncia y gritando:
"Compañeros, cuando el barco se hunde, ya se sabe quiénes son las primeras en
huir"

-Creo que fue la imagen de una enorme decadencia institucional. Algo, además de corporativo, casi mafioso, tratando de protegerse y diciendo:
"A nosotros nadie nos toca. Y si alguien quiere tocarnos, siempre hay un resorte más arriba, que nos
salva
".

-Festejaron su caída, señora, como se festeja una batalla ganada. ¿Realmente le ganaron?
-Consiguieron una pequeña victoria, sí. Pero ojo: las verdaderas luchas son de más largo plazo. Batallas cortas, pero guerras largas.

No estoy frustrada ni desencantada. Lo único que lamento es que el Presidente me haya convocado por mi estilo y mi capacidad de trabajo, pero que al final se impusiera la vieja política estilo 'Digo, pero no hago'."">

En su departamento de Palermo: "No estoy frustrada ni desencantada. Lo único que lamento es que el Presidente me haya convocado por mi estilo y mi capacidad de trabajo, pero que al final se impusiera la vieja política estilo 'Digo, pero no hago'."

La ex ministra en su casa con su perro Lehuel. Fundó el movimiento Ahora Argentina, y dice que dará batalla.