Murió Willy Crook, ex saxofonista de los Redonditos de Ricota: tenía 55 años – GENTE Online
 

Murió Willy Crook, ex saxofonista de los Redonditos de Ricota: tenía 55 años

El artista había sido internado el 9 de junio luego de sufrir un ACV. Durante esta jornada de domingo la noticia fue confirmada por su agente de prensa Paula Alberti.

El mundo artístico, pero sobre todo el que refiere al de la música, llora la muerte de Willy Crook. El legendario saxofonista que fue parte de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, falleció este domingo 27 luego de haber quedado internado el 9 de junio producto de un ACV. Pese al trabajo de los médicos, las fallas eran múltiples.

La triste noticia fue confirmada durante las últimas horas por Paula Alberti, su agente de prensa a través de las redes sociales: “Es de una inmensa tristeza hacerles saber que Willy Crook ha fallecido el día de hoy”.

“Les haremos llegar el lugar de descanso y despedida en cuanto su señora madre supere en parte este triste momento. Gracias a todos por el apoyo incondicional de tantos días. Un gran abrazo”, finalizó el comunicado.  

Willy, que nació el 28 de agosto de 1965 en Buenos Aires, tenía 55 años. A lo largo de su carrera, a la cual le dio comienzo en 1982, se transformó en un referente del rock argentino. Su capacidad fue reconocida por artistas de su talla.

El comunicado sobre la muerte de Willy Crook (Foto: Twitter)

Si bien su gran obra fue dentro de la banda del Indio Solari, supo colaborar con tanto otros artistas como   Charly García, Los Abuelos de la Nada, Los Fabulosos Cadillacs, Sumo, Andrés Calamaro y hasta con la Mona Jimenez, entre otros.

En el libro Fuimos Reyes. La historia completa de Los Redonditos de Ricota, contó el motivo de su alejamiento de Los Redonditos. En pleno éxito, cuando los ingresos económicos empezaban a multiplicarse, priorizó su bienestar, sus ideales y principios por sobre las imposiciones. Con esto sobre la cabeza, buscó nuevos rumbos.

“Me fui porque me hervía la cabeza de ideas musicales y con los Redonditos no podía llevarlas a cabo. Me consumían mucha energía. Todo era Lennon y McCartney, es decir, Beilinson y Solari. Yo había amagado irme bastante antes. Me acuerdo que me le planté a Skay (...) Presenté mi renuncia y nadie me dio bola. Agarré mi saxo, bajé las escaleras de la casa de Soler para irme y cuando estaba en la calle me arrepentí. Me dije: ‘No me voy un carajo’", contó.

El amago, porque no lo tomaban enserio, se dio unos años más tarde. “Después sí me fui: me bajé de la banda cuando se empezó a ganar guita en serio. Tuve ese extraño gesto artístico, que me enseñaron ellos. Igual, los quiero a los tres”.

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