La médica Marcela Morante y su historia de vida con el cannabis medicinal: "Hay que hacer todo para que una persona viva bien" – GENTE Online
 

La médica Marcela Morante y su historia de vida con el cannabis medicinal: "Hay que hacer todo para que una persona viva bien"

Mariela y Marcelo Morante-cannabis medicinal
Los beneficios de la planta milenaria, en palabras de la doctora que, con la ayuda de su hermano (también médico), se sumergió en una investigación para paliar el dolor que le generaba una enfermedad autoinmune. 
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A partir de su dura experiencia propia con neurolupus, una enfermedad autoinmune, la médica Mariela Morante (MP. 115.004) comprobó de primera mano las posibilidades del cannabis medicinal como paliativo ante el dolor. Luego de una larga investigación de su hermano, Marcelo Morante, y de su recuperación, se encargó de divulgar los alcances del cáñamo, cuya terapéutica hoy beneficia a muchas personas, incluso de la tercera edad, que cultivan en sus casas.

En septiembre del año pasado, la doctora egresada de la Universidad de La Plata, especialista en medicina interna, certificada en tratamiento del dolor y cuidados paliativos, estrenó el documental Amor, dolor y cannabis, que visibiliza el proceso de su lucha sostenida, trata sobre la investigación científica de los usos medicinales del cannabis, las leyes que lo reglamentan y los debates sobre la despenalización del consumo adulto.

A partir de la utilización del cannabis, muchos enfermos de gravedad han conseguido aliviar su dolor y tener una vida más digna, siempre complementando este tratamiento con el tradicional. En diálogo con Revista GENTE, la médica habla sobre la militancia que la llevó a ella y a su hermano a descubrir los beneficios de la planta milenaria, cuenta su historia de vida y desgrana los prejuicios aún reinantes.

–En el consultorio recibís a muchos pacientes de tercera edad que cultivan, ¿cómo es su acercamiento a este recurso? 

–Los pacientes de la tercera edad consultan por esta terapéutica por el hecho de se ha ampliado mucho la expectativa de vida pero con muy mala calidad de vida. Entonces agotan todos los recursos tradicionales y alopáticos cuando no encuentran mejoría, y ese es el motivo de consulta.

Si bien yo soy una médica paliativista, que justamente trata enfermedades que no tienen cura, creo que las personas tienen la necesidad de sentir un bienestar que los médicos desde la medicina tradicional no logramos dar respuesta. Se acercan con menos tabúes que cualquier otro grupo etario, no tienen problema alguno de consultar sobre la utilización como herramienta terapeútica dentro de sus tratamientos.

Cannabis medicinal
Además de en el alivio del dolor, el cannabis medicinal actúa "sobre el humor, sueño, apetito y hay evidencias sobre su efecto antiproliferativo en distintas neoplasias".

La historia de sanación de Mariela Morante

–Contanos cómo fue tu experiencia con tu salud allá por el 2015, cuando empezaste a tratarte con aceite de cannabis, del que aún no se hablaba.

–En el 2015, cuando yo tenía reagudizada mi condición, la situación con el cannabis era otra, legalmente hablando. No se conocían un montón de cosas que se investigaron después: al menos no habíamos aprendido sobre el sistema endocannabinoide básico. En mi caso, lo tomó mi hermano como una herramienta terapeútica para mejorar mi calidad de vida al no poder lograr compensarme con la medicina tradicional.

Obviamente que fue una experiencia buena: mejoré mucho mi condición, sobretodo en la estructura del sueño, en el ánimo… además tenía un deterioro cognitivo que, poco a poco, yo creo que mejoró, y es una experiencia que agradezco haber transitado. Es algo que me ha llevado, capitalizando ese dolor, a que ahora, hoy el cannabis medicinal esté como parte del planteo médico.

–Fue tu hermano (Marcelo Morante) quien viajó para investigar cómo podía ayudar a mejorar todos los síntomas, incluso apaciguar las convulsiones que tenías. 

–Yo ya había agotado todas las instancias de medicina tradicional, corticoides, inmunosuspensores, todo lo que se podía utilizar en un glub descompensado, medicaciones que tratan de apaciguar el sistema inmune que desconoce a mi propio cuerpo y, al atarcarme, en ese momento me generaba convulsiones.

Cannabis medicinal
"La sociedad fue la que solicitó la legalización. Fue algo que movilizó la gente hacia los médicos y el Estado. Acá hubo una inversión de la solicitud: no fue el Estado ni la medicina quien le aportó la herramienta terapéutica a los pacientes, fue al revés", asegura Mariela Morante.

Tras agotar todo eso, mi hermano intervino como médico tratante, intentando sumar el cannabis medicinal para ver si podía paliar los síntomas que parecía que no tenían reversión, y logró estabilizarme. Pero no creo que fue el cannabis solo, sino que fue la sumatoria de todo y la mejoría de mi calidad de vida.

–¿Cómo mejoró tu calidad de vida con el uso del cannabis?

–Mejoró mucho mi estado de ánimo, además en una persona cambia todo cómo se percibe, tanto el dolor, como el cotidiano. Y cualquier padecimiento o síntoma, si uno tiene buen estado de ánimo, hace que todo sea más llevadero, entonces creo que pasó por ahí.

Dormir bien y sentirme estable anímicamente hizo que yo pudiera hacer todos los tratamientos para ir mejorando mi deterioro cognitivo, volver a relacionarme y vincularme con la medicina que tanto amo. Despacito logré volver a ser la persona que era antes.

La "deconstrucción" de la medicina tradicional

–Tras la legalización, ¿cómo sentís que avanzó la mirada de la comunidad médica respecto al cannabis medicinal?

–La sociedad fue la que solicitó la legalización. Fue algo que movilizó la gente hacia los médicos y el Estado. Acá hubo una inversión de la solicitud: no fue el Estado ni la medicina quien le aportó la herramienta terapéutica a los pacientes, fue al revés.

La comunidad general siempre estuvo de acuerdo, pero quizás le costó mucho más a la comunidad científica y, de hecho, le sigue costando aceptarlo como herramienta terapéutica, porque hubo muchos años de prohibicionismo y también se formaron en la facultad sobre la parte toxilógica del cannabis, nunca desde la parte terapéutica. Entonces es obvio que no íbamos poderlo entender de otra manera. Pero gracias a Dios se ha logrado deconstruir todo eso y construir una realidad completamente diferente.

Cannabis medicinal
"El aceite de cannabis es complementario a mi tratamiento de base del neurolupus que padezco, y lo que mejoró en mí misma es la calidad de vida. Mi sueño es mucho más reparador, mejoró mi estado de ánimo, y pude dejar el antidepresivo, uno de los anticonvulsionantes y el clonazepan, que actuaba como ansiolítico y anticonvulsivo", explica Morante sobre su mejoría.

El cannabis como paliativo ante el dolor

También has señalado que los médicos necesitan tener una visión más humana. ¿Creés que por ahí puede venir un próximo cambio de paradigma, que eso es posible? 

–Con respecto a los padeceres, tengo una visión paliativista. Creo que hay que hacer todo lo necesario para que una persona viva bien, tenga buena calidad de vida y sobre todo, si le llega el final de vida, que sea en las mejores condiciones. Es una cuestión de educación: como estrategia hay que sacarle el miedo a la muerte, transitarla, vivirla como algo natural y tratar de vivir todo lo que nos suceda de la mejor manera.

Tratar de entender la enfermedad como un proceso de aprendizaje. De ese modo es más sano y hace que podamos transitarlo de una manera más positiva. Los médicos tradicionales, a los que yo pertenecía, no fuimos formados así, con esa apertura. Era como que queríamos salvar y sanar de acuerdo a lo que los libros nos indicaban y lo que la evidencia científica nos decía.

Creo que nos quedamos muy cortos: los pacientes son personas que transitan una vida, tienen hijos y trabajo, y un montón de cosas que los atraviesan y que hay que tener en cuenta para un diagnóstico preciso.

Sin dolor-Libro de Mariela y Marcelo Morante
Sin dolor, historias íntimas del cannabis medicinal (2017), el libro que escribieron Mariela y Marcelo Morante, sigue siendo un texto elemental sobre el tema. "Me ayudó mucho escribir, me motivaba a ayudar a todos aquellos que necesitan de esta sustancia para lograr estar mejor, como logré yo", señala la médica.

Una vida sin dolor: la mejoría la encontró escribiendo

En pleno ejercicio de su profesión, a Morante le diagnosticaron neurolupus. Claro que siempre junto a su medicación de base, trató su enfermedad con cannabis medicinal. En el proceso, con la premisa de que "el ser humano que sufre tiene el derecho de aliviar su dolor y nada debería impedírselo", la médica escribió un libro junto a su hermano. El camino de volcar su experiencia por escrito fue uno de sus sostenes para enfrentar su día a día.

–¿Cómo fue la repercusión con el libro que escribieron junto a tu hermano, Sin dolor, Historias íntimas del cannabis medicinal? ¿Tienen pensado hacer otro que registro de las nuevas experiencias de los pacientes tras la legalización del cultivo y uso? 

–En ese momento el libro fue la herramienta que encontró mi hermano para ayudarme al recupero de mi parte cognitiva, fue una forma de visualizar el consumo de cannabis en pacientes y el bienestar que generaba y obviamente, estaría buenísimo hacer una línea de tiempo y contar todo lo que hemos transitado, que es muchísimo.

Pero como aún queda bastante recorrido, es como que uno dice: “bueno, más adelante, cuando junte más información y experiencias”. Todas cuestiones que vienen a demostrar que esta planta ha venido a ayudar a un montón de gente y a enseñarnos muchísimo.

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