Maju Lozano anunció a fines de julio que renunciaba a Todas las Tardes, el histórico programa que conducía en El Nueve. Sin embargo, en esa última edición llamó la atención que en su despedida reveló que le habían diagnosticado autismo hacía poco tiempo.
Desde entonces, desapareció de la burbuja mediática y no se supo nada más de ella. Eso terminó en las últimas horas cuando la interceptó un móvil de Intrusos, el programa que Flor de la V conduce en América TV.
En el inicio de la conversación, el cronista le dijo: “Me sorprendió tu declaración sobre la afección que tenés, no sé si está bien dicho”. Entonces, la exconductora de televisión le contesto secamente: “Autismo, así, tranquilísimo y sencillo. Estoy bien”.
Luego, sí expresó cómo se siente. “Estoy contenta y aliviada porque tiene que ver con un montón de respuestas que necesitaba. Estoy aprendiendo, sin romantizar obviamente y con muchísimo respeto pero yo estoy feliz”, declaró.
Luego, reflexionó ante los micrófonos sobre la pregunta que le había dicho el cronista: “Hay que empezar a perderle el miedo a las situaciones y a los diagnósticos, que todos tengamos herramientas para estar lo más contenidos posible”.
Por último, acerca de su futuro laboral, le consultaron si iba a volver a la televisión y ella respondió: “Por ahora no, estoy descansando pero sigo con la radio, me sigo levantando todos los días a las cinco, pero bueno, viendo qué hacemos”, cerró Maju Lozano.
Así anunció Maju Lozano que renunciaba a la televisión
Con lágrimas en los ojos, Maju Lozano explicó por qué dejaba la televisión: "No quiero llorar porque no es algo triste, es algo que gracias a Dios trajo mucho alivio a mi vida, a la de mis amigos y mi familia. En un momento pensé que era adoptada. Desde que era muy chica sentí que era un mundo en el que yo no pertenecía, que no había grupos en los que yo me identificaba".
"Fui diagnosticada autista. Soy autista. Para mí fue volver a nacer, reconstruir 51 años de dudas, de buscar explicaciones donde no las había. No quiero explicar el autismo, es algo que todavía estoy aprendiendo. Me parece que lo más importante es que ya no estoy más rota, siempre me sentí una persona rota”, dijo sin vueltas vestida con un traje azul, color que se convirtió en símbolo del trastorno del espectro autista.
