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"Para mí el amor es un asunto serio"

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Cecilia Peckaitis en números: 25 años, 1,74 de estatura, 3 años de novia con Antonio Birabent, 2 como VJ (presentadora de videoclips, señora) de MTV. Cecilia Peckaitis en palabras: tiene apellido lituano pero nació en Adrogué. Heredó la hermosura de su madre (que fue reina de la belleza en Formosa), y es la mayor de seis hermanos, aparte de estudiante “aficionada” –según su definición– de Letras en la UBA. Cecilia Peckaitis por dentro: Capaz de emocionarse hasta las lágrimas con una canción, o de hacer el trayecto hasta Moreno para aprender agricultura orgánica. Y una consumidora voraz de cine, libros y chocolates. Todo eso es Cecilia, que hizo el recorrido a su modo: prefería los recitales al boliche, grababa compilados en casetes (“¡Piratería!”, grita), se frustró con la guitarra, trabajó como cajera junto a su padre en el Mercado Central y fue creativa de una agencia publicitaria ¡y manager de una galería de arte! Después llegó la actuación: hace un lustro que estudia teatro, de vez en cuando hace campañas publicitarias (ejemplo, hoy la vemos de campesina en una de desodorantes para hombres) y hace dos años, en un casting, se convirtió en la sucesora de Ruth Infarinato: en las tardes de MTV conduce Los 10 más pedidos, un top ten de televidentes con data y entrevistas a artistas que sale para la región sur del continente. Justo en el año en que la cadena internacional sopla –como ella– las velitas por un cuarto de siglo de vida.

–¿Mirabas MTV de chica?

–¡Puff! Me fascinaba. Cuando Ruth empezó a conducir yo tenía apenas 12 años. Lástima que todavía no la conocía.

–¿Te imaginabas llegando hasta acá?
–Planear a nivel racional no es lo mío, pero siempre tuve claro que era un laburo interesante.

–¿Te tocó entrevistar a Birabent?
–Sí, dos veces ya.

–¿Y?
–Fue raro, gracioso. Todas las preguntas las pensé yo.

–¿Lo preferís como actor o rockeando sobre un escenario?
–Soy fanática de las dos cosas.

–¿Te gustaba antes de conocerlo personalmente?
–Y sí... (baja la vista); la verdad, me encantaba.

–No se los ve juntos en muchos eventos sociales...
–Preferimos pasear solos. Agarramos el auto y vamos a pueblitos como Baradero o San Pedro. ¡Somos los reyes del miniturismo!

–¿Dejaste Adrogué para convivir con él?
–No, me vine antes por cuestiones prácticas: los castings, la facu... todo era en Capital.

–¿Llevaste vida de soltera alocada?
–¿Quién? ¿Yo? Cero descontrol. Son muy divertidos los desquiciados, pero no es mi caso.

–¿Cuándo apareció Antonio?
–Hace tres años y medio coincidimos en un restaurante, los dos comiendo solos. El se acercó muy galante a hablarme, con esa voz bonita que tuvo siempre. Después, un amigo en común le pasó mi teléfono.

–Ah, entonces en ese primer encuentro no se lo diste.
–¡Nooo! ¡Yo soy una señorita! (dice seria). Lo consiguió –como corresponde a un caballero– y un día me llamó a casa.

–¿Te dijo: “Hola, soy Antonio Birabent”?
–No, simplemente: “Soy el chico que te habló el otro día en el restaurante”.

–¿Y entonces?
–Acá estamos, todo bien. ¿Qué te voy a decir? El es mi amor y para mí el amor es un asunto serio.

La adolescente que curtía onda alternativa, se calzaba los Oxford y tarareaba las canciones de Janis Joplin ahora toma mate cocido, luce cara lavada (“¡No soporto el maquillaje!”) y un look romántico que roza lo gótico. De su cartera asoma un libro de Rousseau.

–Sabés que no das precisamente el estereotipo de chica loca y cool de los medios, ¿no?
–¿Te referís a la pose torturada? ¡Ese es un clásico! A mí no me importa. Es sólo una construcción de algunas personas vinculadas al arte.

–¿Alguna vez te sentiste obligada a hacer un personaje?
–¡No! Soy muy natural. Tampoco creas que me levanto, me miro al espejo y digo: “En el puesto número 10...” (risas). Todo lo que uno muestra tiene un fondo de verdad, está en alguna parte tuya.

–¿Te preocupa tu imagen?
–No me hago mucho rollo, pero llevo una vida saludable: dejé de fumar, salgo a patinar o a andar en bici... Al gimnasio no voy porque me aburre. También soy coqueta con la ropa. Compro todo en ferias americanas y en las liquidaciones de marcas. Armo mi estilo mezclando. No me gusta vestirme en un solo lugar.

–¿Hacés terapia?
–Hacía en la adolescencia, cuando las cosas me angustiaban más. Ahora apuesto al equilibrio. No compro la idea tan de moda de vivir en los extremos, porque creo que con tranquilidad se logran mejores cosas. Por suerte Antonio es pacífico como yo. Si no peleamos nunca…

–¿¡…!?
–Nunca.

–¿Te ves como madre?
–Quiero tener hijos, pero no es mi único proyecto. Estoy en contra de los retrógrados que piensan que la única función de la mujer es procrear. Igual, creo que disfrutaría mucho un hijo.

–¿Hablaste con Antonio del tema?
–Eso es muy íntimo.

–El tiene 36, quizá se le cruzó la idea...
–No sé. Después le preguntamos (ríe).

Antes de envolverse en su tapado color rojo cereza y zambullirse en la húmeda Buenos Aires, VJ Ceci cuenta sus planes: “Seguir con Los 10 más pedidos, y actuar”.

–¿Lo último es un deseo o ya existe algo concreto?
–Hay, hay. Pero no puedo decirlo hasta que sea un hecho.

–¿Te imaginás actuando con tu novio?
–Hmmm, sería interesante. Antonio es un gran actor. Siento que me podría enseñar mucho.

Fanática de la música, Ceci asegura que su trabajo como VJ en Los 10 más pedidos “<i>me calza justo</i>”. Y afirma respecto a su imagen: “<I>No me hago mucho rollo, pero llevo una vida saludable y soy coqueta con la ropa</i>”.

Fanática de la música, Ceci asegura que su trabajo como VJ en Los 10 más pedidos “me calza justo”. Y afirma respecto a su imagen: “No me hago mucho rollo, pero llevo una vida saludable y soy coqueta con la ropa”.

“<i>No compro eso de vivir en los extremos, porque creo que con tranquilidad se logran mejores cosas. Por suerte Antonio es pacífico como yo: en tres años y pico no nos peleamos nunca</i>”

No compro eso de vivir en los extremos, porque creo que con tranquilidad se logran mejores cosas. Por suerte Antonio es pacífico como yo: en tres años y pico no nos peleamos nunca

Antonio Birabent quedó deslumbrado apenas la vio. “<i>Después me conquistó como lo hace un caballero</i>”. Se los ve poco en la noche porteña: “<i>Preferimos pasear solitos</i>”, asegura la morocha.

Antonio Birabent quedó deslumbrado apenas la vio. “Después me conquistó como lo hace un caballero”. Se los ve poco en la noche porteña: “Preferimos pasear solitos”, asegura la morocha.

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