A 30 años de la Masacre de Flores, esta tarde Matías Bagnato, el único sobreviviente de la tragedia, fue invitado a participar del Diario de Mariana, el programa que conduce Mariana Fabbiani por la pantalla de América Tv.
En una extensa charla Matías se animó a abrir su corazón sobre lo sucedido y los traumas que le provocó a lo largo de su vida, ver a su familia morir en el incendio intencionado y que luego su ejecutor lo persiguiera desde la cárcel.
“Continué recibiendo amenazas durante toda mi vida y el año pasado fue el año más duro. Porque empecé a recibir mensajes de adentro del penal, donde él estaba cumpliendo su condena”, explicó, haciendo referencia a Fructuoso Álvarez González, conocido como "Cacho", quien días antes de provocar el incendio había amenazado a toda la familia Bagnato de muerte.
“Me decía que tenía gente siguiéndome, que si salía de mi casa me mataba. Más allá de que muchas veces se habló de una supuesta deuda que tenía mi padre para con él, yo con 16 años que podía saber sobre los negocios de mi papá para que me persiguiera toda la vida de esta forma”, continuó relatando.
“A mi lo que me torturó todos estos años es justamente que si él se había animado a prendernos fuego la casa y matar a toda mi familia, cómo no iba a poder matarme. Yo estoy convencido que a él le salió bien y por otro lado mal su jugada, porque él nunca pensó que yo iba a salir de mi casa vivo y que en mi lugar iba estar el amiguito de mi hermano. Esto fue lo que a él lo volvió completamente loco”, enfatizó angustiado.
Pero además del miedo, Matías Bagnato debió trabajar durante toda su vida la culpa de haber sido el único sobreviviente de su familia y no haber podido ayudar a sus familiares en esta tragedia. “Después de lo que pasó nunca más festejé mi cumpleaños, porque obviamente siendo el hermano mayor en ese momento fue terrible. Ya la palabra sobreviviente es terrible, te destruye todos los días. Pero imaginate cuando sos el único sobreviviente de tu propia familia”, analizó, sobre el dolor que aún sigue teniendo.
Masacre de Flores: una tragedia sin resolver que marcó la historia argentina
El 17 de febrero de 1994 el país entero se conmocionó al conocer la denominada masacre de Flores de la que fueron víctima José Bagnato y su esposa Alicia Plaza, sus hijos Fernando y Alejandro, y Nicolás Borda, amigo del menor de los chicos. Los cinco fueron asesinados en su hogar y solo Matías, el mayor de los hermanos, sobrevivió al violento ataque.
Fructuoso Álvarez González, conocido como "Cacho", había amenazado previamente a la familia de muerte. Álvarez González estaba casado con una prima de José Bagnato y había compartido momentos en fiestas familiares y hasta habían vacacionado juntos. Pero la relación entre ellos se deterioró después de que Álvarez González ofreciera ayudar a José Bagnato con sus problemas financieros.
La oferta se transformó en una demanda de pago de un interés mensual que no estaba convenido en el acuerdo de negocios entre ellos. La relación se tensó aún más cuando Álvarez González ejerció violencia física contra la madre de Bagnato en un intento de forzarla a firmar un documento reconociendo una deuda excesiva.
A su vez la violencia por parte de Álvarez González a su esposa Norma se volvió una pesadilla, por lo que ese mismo verano los hermanos de la mujer la ayudaron a trasladarse a Mar del Plata para preservar su integridad física.
Pero lo que la familia Bagnato nunca pensó es que las amenazas se volverían realidad ese verano. En la noche del 17 de febrero, Alejandro, el hermano menor de la familia invitó a un amigo a dormir, ya que la cama de su abuela estaba libre. Toda la familia vio unida el clásico de San Lorenzo vs Independiente y fueron a dormirse felices por el triunfo del Ciclón.
Según determinó la Justicia, a las 3.30 de la madrugada, Alvarez González irrumpió en el domicilio, roció toda la casa con dos bidones de combustible y la prendió fuego.
