El uso prolongado de las redes sociales puede generar distintos efectos negativos en las personas: desde ansiedad y estrés, hasta depresión e inseguridad. Es que está científicamente comprobado que el exceso de información afecta a la salud mental.
En Argentina el 90% de los usuarios se conectan a Internet todos los días y el 70% lo hace desde el celular, con un uso promedio de ocho horas y tres dedicadas exclusivamente a las redes sociales.
Un claro ejemplo que aumenta las inseguridades y presiona a los usuarios son los filtros de Instagram, que gran parte de los usuarios en general, famosos e influencers usan para mostrar sus rostros y siluetas "perfectas" y alineadas a los estereotipos imperantes. Por otro lado, los comentarios racistas, xenófobos, hirientes y de contenido sexual generan malestar y estrés.
Cómo hacer un detox digital
El detox digital consiste en que los usuarios disminuyan su exposición a las plataformas sociales, o incluso eliminen las aplicaciones de los teléfonos celulares. Los expertos en salud mental demostraron que la desintoxicación digital ayuda a mantener la mente sana, a dormir mejor, y disminuye los niveles de estrés y ansiedad.
Al hacer un detox de las redes sociales, uno podrá tener un estilo de vida más activo y sano. El tiempo que se le dedicaba a las redes sociales podría implementarse en otro tipo de actividad, como el deporte, pasear o leer, entre otros.
Además, el uso limitado de la interconexión favorece a un mejor descanso. Está comprobado que hoy en día uno de los motivos que causa insomnio es la tendencia a quedarnos viendo el celular antes de dormir.
La psicóloga Laura Jurkowski, especialista en adicciones a la tecnología explicó en diálogo con TN.com.ar: "Sherry Turkle, una psicóloga estadounidense que investigó sobre el tema, planteó que muchas veces las redes sociales por un lado generan un acercamiento y por otro lado, distancia. Porque nos conectamos con los que están en línea, de manera virtual; pero al mismo tiempo, nos estamos desconectando de nuestras relaciones cara a cara".
Qué es el síndrome FOMO
El síndrome FOMO (Fear of missing out, por sus siglas en inglés) es un trastorno de ansiedad que está vinculado a las redes y al miedo a perderse experiencias que están viviendo los demás.
En esa línea, Jurkowski aseguró que esto genera una necesidad de circular en las redes: "Se vuelve un imperativo ver lo que otros postean, pero por sobre todo, se quiere postear algo propio y lindo para que el resto lo vea. Eso es un poco el concepto 'de que me estoy quedando afuera de algo', y la necesidad de postear para mostrar 'lo bien que estoy' hace, además, que entremos en un círculo vicioso: subir una foto o un video lindo en contraposición con la envidia que nos genera lo que otros publican que están haciendo".
Acciones contra la procrastinación
La psicóloga española Gabriela Paoli, autora del libro Salud Digital, señaló a El Mundo cuáles son los signos de alarma que pueden indicarnos que es momento de descansar de las redes, para que podamos generar una acción contra la procrastinación. Léase: ese acto imparable de postergar o retrasar actividades que deben atenderse y sustituirlas por situaciones más irrelevantes o agradables.
- Incapacidad de controlar el tiempo de permanencia en redes sociales y la frecuencia con que recurrimos a ellas. Para ello recomienda chequear con el propio celular cuánto tiempo estamos conectados y haciendo qué. En ese sentido, el apartado "tiempo en pantalla" también se puede delimitar.
- Si interfiere en distintas áreas de nuestra vida, incluso a costa de nuestro descanso, lectura u otras actividades de ocio. Por "ese agujero negro" se va nuestra salud y nuestro tiempo, define Paoli.
- Si no podemos controlar su uso ni siquiera por la noche o incluso durante los microdespertares nocturnos. Cada vez más, explica Gabriela Paoli, usamos los teléfonos como despertador y, por lo tanto, saber que los tenemos próximos no beneficia nuestra a desconexión.
