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“Lo que viene va a ser muy duro”

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Las fotos en alto, un silencio profundo que torna el aire denso, un blindex que divide la histórica sala, quince imputados sentados de espaldas a los ciento cincuenta familiares de víctimas que colman el recinto. Llanto silencioso e indignación de un lado; caras serias, preocupación y expresiones irónicas, del otro. Adentro, cien policías atentos a cada movimiento, tres jueces en el centro de las miradas, cuatro cabezas de querella, un fiscal. Afuera, en cada calle que rodea el Palacio de Tribunales, la tensión se reproduce. Así, entre emociones contenidas y algunos desbordes, transcurrieron las tres primeras audiencias del juicio por la tragedia de República Cromañón.

De espaldas a los familiares de las víctimas y de frente al Tribunal, apoyados contra el vidrio que se dispuso especialmente en la sala de audiencias de la Cámara Federal (donde se realizó el Juicio a las Juntas), el martes 19 se sentaron, entremezclados, los quince acusados por el incendio del boliche de Once: Omar Chabán, Raúl Villarreal (señalado por la querella como jefe de seguridad de Cromañón), los integrantes del grupo Callejeros (Patricio Santos Fontanet, Eduardo Vázquez, Diego Argañaraz, Maximiliano Djerfy, Juan Alberto Carbone, Elio Delgado y Daniel Cardell), los tres ex funcionarios del gobierno porteño (Fabiana Fiszbin, Gustavo Torres, y Ana María Fernández), y los ex policías Miguel Angel Belay y Carlos Díaz. En el primer piso se ubicaron los acompañantes de los imputados. Detrás del blindex, los padres de los jóvenes muertos en la tragedia (divididos en grupos, e identificados con credenciales de colores, según la querella a la que pertenecen) mostraron las fotos de sus hijos pero respetaron el silencio pedido por los jueces Raúl Llanos, María Cecilia Maiza y Marcelo Alveró y el secretario, Julio Di Giorgio.

La primera audiencia comenzó a las 11.50, con casi dos horas de demora y consistió únicamente en la lectura de los requerimientos de elevación a juicio. El ex gerenciador de Cromañón, Omar Chabán, con su cabeza rapada, el semblante serio, la mirada siempre apuntando hacia el piso y la cabeza sostenida entre sus manos, escuchó los hechos que se le imputaban. Los integrantes de Callejeros hicieron lo propio, aunque fue la actitud de su cantante, Patricio Santos Fontanet, lo que indignó a los presentes. Los plasmas instalados en el recinto mostraron al líder de la banda mordiéndose los labios, bufando, haciendo comentarios y sonrisas irónicas mientras el secretario leía la acusación en su contra. El presidente del Tribunal tuvo que pedir “silencio” por primera y única vez en la jornada. Tanto Chabán como los ocho integrantes del grupo están procesados por estrago doloso seguido de muerte y cohecho activo (en el caso de los músicos, como partícipes secundarios de este último delito).

“Es muy fuerte lo que les pasa a los familiares. El comportamiento en general es bueno pero esto recién empieza, todavía no pasó nada. No declararon los sobrevivientes, ni los testigos y las madres ya están llorando en la sala. Lo que viene va a ser duro”, dice José Iglesias, abogado querellante y padre de Pedro, un joven muerto en la tragedia. Y agregó que la actitud de los músicos de Callejeros fue “provocativa”. “Fue todo una gran actuación, porque lo que le estaban leyendo a Pato tenía dos años de antigüedad. No era la primera vez que lo escuchaba”, le comentó a GENTE.


Cruces y enfrentamientos.
Era un escenario anunciado: los fanáticos y seguidores del grupo Callejeros habían convocado a un banderazo en la plaza de Tribunales para expresar su apoyo a los músicos, y allí mismo se iban a encontrar con los familiares que aguardaban el final de la primera jornada. Haciendo pogo, cantando hits de la banda y alentando, un grupo de manifestantes, en su mayoría adolescentes, copó la calle Talcahuano esperando por sus ídolos. El cruce de insultos y golpes con familiares de las víctimas, fue inevitable. “La política se metió demasiado en esto”, dijo Fontanet al abandonar la sala y se fue abrazado a sus fans, que lo “protegían” de los insultos. Los padres, le gritaban “asesino”. Los gestos de Pato durante la audiencia los habían indignado.

Durante la segunda jornada, los 15 imputados subieron al estrado, ubicado de frente al público, para responder sobre sus datos personales. El presidente del Tribunal pidió a los familiares que bajaran las fotos para garantizar que ni los imputados ni los testigos sean objeto de presión alguna. Todos se negaron a declarar y se procedió a la lectura de las indagatorias que prestó Chabán durante la instrucción. “Como abogado las había leído varias veces antes del juicio pero, cuando las indagatorias se escuchan en la sala, conmocionan mucho”, dice Iglesias.

“Te vas a pudrir en la cárcel, hijo de puta”, le dispararon a Fontanet al término del día. La salida, otra vez, fue complicada, entre insultos y empujones. “Ya solamente escucharlos dar sus datos personales, es molesto. Repiten frases armadas, como que todos ganan 1.500 pesos mensuales, es increíble”, agrega el querellante.

Cómo sigue el juicio. Hasta el momento, la ex funcionaria Ana María Fernández fue la única que rompió el silencio. Al 30 de diciembre de 2004 Fernández se desempañaba como directora adjunta de la Dirección General de Fiscalización y Control. Acusada de incumplimiento de los deberes de funcionario público, en su testimonio del lunes 25 se dedicó, básicamente, a deslindar sus responsabilidades, y acusar a su ex jefa, Fabiana Fiszbin.

Uno de los grandes interrogantes del juicio es qué pasará con el grupo Callejeros. Los ocho músicos están imputados por el mismo delito. Según expresó Iglesias en su requerimiento de elevación a juicio, esto se debe a que en todos sus testimonios, declararon que todas las decisiones las tomaban juntos y en forma horizontal. Sin embargo, el hecho de que hayan llegado al juicio con tres abogados defensores diferentes daría a entender que la unidad de la banda se romperá en algún momento.

“Nos dividimos por una cuestión operativa, pero la defensa está orientada hacia un mismo lugar. La producción de prueba es diferente, por ejemplo, en el caso de Diego Argañaraz, porque él, en su función de manager, intervino en otras situaciones”, le dijo a GENTE la abogada de Maximiliano Djerfy, Analía Fangano, quien agregó que el estado emocional de su defendido es delicado, ya que él perdió cinco familiares directos en el incendio. “Se van a terminar acusando entre ellos. No tienen todos la misma responsabilidad”, anunció una fuente del caso.

El juicio durará al menos siete meses. El abogado de seis integrantes del grupo, Martín Gutiérrez, ya anunció que sus representados no estarán presentes en todas las audiencias y que declararán cuando llegue el momento oportuno. “Ellos son tan víctimas como los que están del otro lado del blindex”, sentenció. La semana próxima comenzarán a declarar los primeros testigos. Y, una vez más, los padres de las víctimas elevaran las fotos de sus hijos para gritar con dolor: “¡Los pibes de Cromañón, presentes!”. Al comienzo de cada jornada, las imágenes de los chicos muertos colman la sala. Los familiares finalizan el día con un angustioso grito: <i>“¡Los pibes de Cromañón, presentes!”</i>.

Al comienzo de cada jornada, las imágenes de los chicos muertos colman la sala. Los familiares finalizan el día con un angustioso grito: “¡Los pibes de Cromañón, presentes!”.

El blíndex colocado en la sala separa a los imputados de los familiares.

El blíndex colocado en la sala separa a los imputados de los familiares.

En la calle hubo cruces, insultos, empujones y golpes. Los fans de la banda de Villa Celina se enfrentaron con familiares de las víctimas.

En la calle hubo cruces, insultos, empujones y golpes. Los fans de la banda de Villa Celina se enfrentaron con familiares de las víctimas.

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