La madrugada del 16 de octubre de 2024 marcó el trágico final de Liam James Payne (1993-2024), exintegrante de One Direction, quien cayó al vacío desde el balcón de su habitación (la suite 310) en el hotel argentino Casa Sur Palermo, ubicado en Buenos Aires.
Con dos imputados en prisión preventiva por venta onerosa de estupefacientes, el ex camarero Braian Paiz y el ex empleado de Casa Sur, Ezequiel Pereyra, la causa (por ahora a cargo del Tribunal en lo criminal y correccional número 30) recién tendrá novedades cuando se ponga fecha oficial para el inicio del juicio oral.
Mientras los fans de Payne homenajean al artista donde ocurrió la tragedia, en paralelo, en el Cementerio Británico de Buenos Aires, un buzón rojo recibe cartas en su memoria, dirigidas a su familia, y un emotivo memorial se agiganta en Londres, repleto de globos, mensajes y fotos. Si bien aún quedan muchas preguntas, se supo un poco más acerca de lo incomprendido que se sentía el músico.
Así como Louis Tomlinson declaró que “sólo quería ser querido”, allegados a él -que pidieron estricto off- le explicaron a GENTE que “se sentía solo” y que muchas veces, al desconfiar de todos -porque pensaba que estaban con él por puro interés-, “cada vez se encerraba más”. En ese sentido, hay quienes en su círculo apuntan a la crueldad con la que la industria “usa y tira a sus ídolos, sin importarle más que cuánto facturan”.
A 365 días de esa fatídica tarde que comenzó con un llamado al 911 (“Tenemos a un huésped que se encuentra sobrepasado de droga y alcohol y cuando está consciente rompié toda la habitación. Necesitamos que manden a alguien, por favor”), y siguió tres minutos después con el músico habiéndose arrojado desde el tercer piso, contamos el minuto a minuto de sus últimas horas y compartimos parte de los chats con el excamarero Braian Paiz, uno de los dos imputados.
Cronología de los hechos: qué pasó en la suite de Casa Sur
Como se sabe, algo que le rompió el corazón a Kate Cassidy, la novia del músico, fue enterarse que su prometido había pasado sus últimas horas con dos trabajadoras sexuales que contactó a través de WhatsApp en GemidosTV.com. Una página que no tiene mucho de VIP, sino más bien de aficionadas, repartidas en categorías “scorts”, “masajistas” y “trans”.
¿Quiénes son, qué relataron, y qué cuentan sus amigos más íntimos? Lucila Marianela Goitea y Aldana Milagros Serrano, una de Isidro Casanova y otra de San Fernando, fueron las damas de compañía elegidas por Payne. Las dos rubias de 27 y 30 años permanecieron en la habitación aproximadamente dos horas y media, tiempo en el que mantuvieron relaciones sexuales con el artista.
Al ingresar a la suite lo que más le sorprendió a Goitea era que Liam tenía consigo pequeñas botellas de whisky, como esas miniaturas de muestra. Eso apenas había sido un recurso para seguir bebiendo: ya había pedido 9 botellas del mejor destilado escocés. También detalló que el cantante estaba consumiendo una sustancia similar al crack, utilizando papeles de aluminio: “Nos pedía que le consiguiéramos más, pero no teníamos dónde sacar ni nada porque no hacemos eso”, afirmó la escort.
Al decir de Goitea, la habitación era un espacio caótico, con papeles de aluminio quemados y ropa tirada. “De él me acuerdo que tenía mucho olor a alcohol pero se lo veía bien, como una persona armoniosa. Si no te acercabas y lo olías, no te dabas cuenta de que había consumido tanto”.
Por su parte, Aldana Serrano coincidió en que Payne les pidió cocaína en reiteradas oportunidades. Y aseguró que lo vio destrozar el televisor a golpes y lanzar su reloj Rolex contra la pared. “No noté que estuviera alcoholizado ni drogado, pero sí nos pidió cocaína porque ya no tenía más”, sostuvo Serrano, aclarando que frente a ellas solo bebió whisky.
Después de beber alcohol junto a él y mantener intimidad, no consiguieron que Liam les transfiera. Ambas contaron que les daba vueltas para cerrar el servicio, y que por eso tuvo un brote cuando le dijeron que se iban. “Se enojó y le pegó tres piñas a la tele. La quiso abrir”, relató Serrano.
Tras la negativa de pago, las mujeres bajaron junto a Payne a la recepción del hotel, donde hablaron con un empleado que les aseguró que se comunicaría con el representante del artista. Payne regresó a su habitación solo, y ellas aguardaron en el lobby hasta las 16:00, cuando se retiraron en un taxi.
Pero antes, debieron regresar a la habitación porque se habían olvidado algunas pertenencias. Según reveló Serrano, cuando Liam volvió a encontrárselas cara a cara “nos pidió disculpas e incluso se arrodilló al hacerlo”.
Según un allegado de Serrano, en diálogo con este medio, su amiga jamás logró que nadie relacionado con Payne saldara lo adeudado. “Me contó que el tipo (por Payne) repetía en el lobby que tenía mucho dinero y que, si quería, podía pagarle 20 mil dólares”, sostuvo.
“Ella lo hace porque lo necesita, es una mujer trabajadora que no se merece que muestren sus fotos. Debió googlear quién era, con eso te digo todo. Tuvo mala suerte, puede pasar. Pero si se quedaba hasta más tarde, quien te dice podría haber sido fatal”, suma la citada fuente.
Las adicciones de Payne, su vulnerabilidad en las recaídas y los sobreseimientos en el caso
Desde 2015 que Payne enfrentaba adicciones a las drogas, por lo que había realizado diversos tratamientos, el último junto a Rogelio Nores -su amigo argentino- en Miami, donde permaneció diez semanas. La última gran recaída del músico había sido en marzo de 2024.
En esos diez años, el músico tuvo varios ingresos voluntarios en centros de rehabilitación tanto en Europa como en Estados Unidos. Según Nores, los esfuerzos se vieron complicados por el abandono de algunos tratamientos antes de completarlos.
Por ejemplo, en septiembre de 2023 pasó por una sobredosis grave en Milán, estuvo hospitalizado tres días, y luego ingresó a otro centro de rehabilitación en España a principios de 2024, que habría abandonado prematuramente. Según declaró Nores, más precisamente en abril de ese año, Liam sufrió una nueva sobredosis que requirió que los médicos hicieran “maniobras de resucitación”.
En la causa se adjunta un correo electrónico enviado el 16 de septiembre de 2024 por Rachel Rohaidy, psiquiatra de Payne, en el que informó que no seguiría a cargo del tratamiento de la víctima debido a su preocupación que le generaba la combinación de la medicación con alcohol que Payne estaba realizando, lo cual le provocaba "episodios de crisis incontrolables".
“Cuando recibió el primer mensaje 4.50, Rogelio no sospechaba que Liam estaba sufriendo un ataque de nervios producto de la ingesta de alcohol y drogas”, explicó el abogado del manager, Rafael Cúneo Libarona, quien subrayó que, al haberse comprobado que una hora antes de lo ocurrido no se encontraba en el lugar de los hechos, “no podría ni siquiera haber evitado lo sucedido”.
Además, del sobreseimiento de Nores, también le siguieron los de la gerenta del hotel, Gilda Agustina Martin, y el jefe de recepción, Esteban Reynaldo Grassi, debido a que tampoco habían encontrado un vínculo de causalidad directa entre su accionar y la muerte del cantante.
Qué dijo Braian Paiz en diálogo con GENTE
En junio de este año, Braian Paiz (24), uno de los dos procesados por el delito de entrega de estupefacientes, con penas de 4 a 15 años de prisión -el otro es Ezequiel Pereyra- habló por primera vez desde la cárcel en una extensa entrevista brindada a GENTE.
El joven, detenido en enero de 2025 y retenido en una alcaidía, sostuvo firmemente su inocencia, negando categóricamente haber traficado drogas o ser un dealer. Paiz aseguró que él y Payne "sólo consumimos" y "compartimos menos de dos gramos de cocaína que yo ya tenía para consumo personal”.
Paiz, quien antes de ser detenido cursaba el CBC para Diseño de Imagen y Sonido en la UBA, recalcó que no hubo ninguna transacción, y que lo que sucedió fue simplemente "un momento humano" entre dos personas que se cruzaron.
El imputado relató que conoció a Payne en el restó Cabaña Las Lilas en Puerto Madero, donde trabajaba a doble turno. El músico, a quien Paiz percibió como alguien "solitario" y en busca de amigos, se le acercó varias veces hasta que le pidió su Instagram. Paiz enfatizó la importancia de la comunicación: "Nunca usamos WhatsApp, como dijeron en la causa. Siempre fue por Instagram y luego por iCloud". Los dos encuentros que tuvieron incluyeron una gran carga creativa, con Paiz recordando que en la primera visita en el Palacio Duhau, Payne le mostró temas nuevos y juntos "remasterizamos un beat". El artista incluso le dedicó tiempo a hacerle un retrato a mano alzada.
En el segundo y último encuentro, en la suite de Casa Sur, dos días antes del fallecimiento de Payne, Paiz ofreció detalles sobre la intimidad compartida. La noche se resumió en cinco minibotellas de whisky, menos de dos gramos de cocaína compartidos y música. Sin embargo, la insistencia del músico se centró en un punto específico: "El quería que llamemos chicas para tener intimidad. Me lo pidió varias veces”. Paiz, que no estaba en desacuerdo con la idea, se negó a hacer los contactos, enfatizando: "Yo le decía que no conocía a nadie, que si quería las consiguiera él. No estaba en desacuerdo, pero no soy dealer ni proxeneta, sólo compartimos un rato".
Paiz contó que se fue del hotel a las 8 AM para ir a trabajar, a pesar de que Payne le insistió para que se quedara. El camarero aseguró que, si bien vio al músico "sentado en el inodoro, un momento en el que se quedó pensativo", no lo notó "desestabilizado" ni fuera de sí. Además, Paiz recordó un detalle que le pareció extraño: había trabado la puerta de la suite con papeles, lo que sugiere una posible paranoia.
Braian Paiz se enteró de la muerte dos días y medio después por un compañero que le dijo en shock: "'Se tiró el chabón que conociste'". El joven se considera un "chivo expiatorio", destacando la ironía de que él, que no tiene antecedentes y que colaboró con la justicia, esté detenido mientras "nadie de los que estuvo el último día fue investigado".
Pese a las duras condiciones en las que permanece hacinado con otras 15 personas -que, dice, incluyen agresiones físicas y la falta de agua caliente-, su mensaje sobre Payne fue de respeto: "Él (Liam Payne) no me gritó, no me agredió, no me obligó a nada. Me respetó. Me insistió, pero me respetó". Para cerrar, aseguró ante GENTE: "Yo sólo era un pibe laburante que se cruzó con una estrella. Y hoy estoy pagando esa coincidencia con mi libertad".
Los chats de Liam Payne y Braian Paiz
Los chats y la comunicación digital entre Braian Paiz y Liam Payne son un punto central y de controversia en la causa judicial. Paiz desmintió enfáticamente que se hayan utilizado mensajes de WhatsApp para la comunicación, a pesar de que se presentaron "chats de WhatsApp" en la causa en su contra.
Según Paiz, la comunicación entre él y el músico británico se manejó exclusivamente "por Instagram y luego por iCloud". Paiz relató que Payne, a quien conoció mientras trabajaba, le pidió su Instagram en presencia de su novia, Kate Cassidy, y que empezaron a hablar a través de una cuenta paralela que el ex One Direction había creado específicamente para ello y no tenía seguidores.
El camarero aseguró en diálogo con GENTE tener las capturas de las conversaciones, pese a que sostuvo que “en la fiscalía le borraron todas las localizaciones". En cuanto al acceso a redes, Paiz también recordó que Payne, quien poseía un iPhone 15 sin acceso a redes, intentó sin éxito ingresar a su Snapchat desde el celular de Paiz.
GENTE accedió a los chats que ambos mantuvieron vía ICloud y constan en la causa. A continuación transcribimos algunos fragmentos.
Chat 1 (Liam Payne):
* From: +156XXXXXXXX
* To: +54911XXXXXXXX
* Mensaje: 3/4gs (3, 4 gramos)
* Entregado: 14/10/2024 02:19:36 (UTC-3)
* Leído: 14/10/2024 02:19:50 (UTC-3)
Chat 2 (Braian Paiz):
* From: +156XXXXXXXX
* To: +54911XXXXXXXX
* Mensaje: If it might be bad get 5gs (si es mala pueden ser 5 gramos)
* Entregado: 14/10/2024 02:23:13 (UTC-3)
* Leído: 14/10/2024 02:23:15 (UTC-3)
Imagen 2:
* Chat 1: "Remember I'm gunna give you double in the am" (Acordate que te voy a dar el doble en la mañana)
* Chat 2: "??"
* Chat 1: "Any luck?" (¿Alguna suerte?)
* Chat 2: "No honey, nothing. I'm sorry. Tomorrow I'll buy it for safekeeping and if you accept it'll be a gift. But for now, nothing. I saw the message late and I was working. Tomorrow I'll buy it for you" (No, nada. Lo siento. Mañana lo compraré para guardarlo y, si lo aceptas, será un regalo. Pero por ahora, nada. Vi el mensaje tarde y estaba trabajando. Mañana te lo compro).
A cada uno de los acusados (tanto a Paiz como a Pereyra), el fiscal le atribuye dos entregas de cocaína a cambio de dinero para el excantante de One Direction. Según la investigación, hay cámaras, chats y testimonios que los incriminan.
Fernando Madeo Facente, el abogado de Paiz, insistió en diálogo con GENTE que su defendido “es una persona totalmente ajena a las cosas que se le están imputando” y que a partir de los chats incluidos en la causa, no es posible deducir que le vendió cocaína. Lo explica así: “Cuando se encuentran y Brian vuelve a su casa, le dice que no tiene plata para pedirse un Uber. Ese es uno de los tantos mensajes que demuestran que no hay venta”.
La jueza Laura Bruniard fundamentó el procesamiento del ex camarero al considerar probado que “la víctima le entregó 100 dólares para que le comprara drogas y que, en otra ocasión, el músico británico envió un auto a su domicilio (…) con el fin de que le llevara más estupefacientes”.
Por su parte, en el caso de Pereyra, un testigo aseguró que le dijo que iba a comprar droga a un huésped del hotel y que para ello contaba con un billete de cien dólares, que “fueron vistos en su mano”.
La muerte de Payne, los resultados de la autopsia y las dudas
Los informes forenses confirmaron que Payne tenía una concentración de alcohol etílico en sangre de 2,3g/l y 2,7g/l en orina, además de rastros de cocaína y sertralina. El perito Santiago Maffia Bizzozero explicó que la combinación de estas sustancias pudo haber provocado un cuadro de delirio, descoordinación muscular y pérdida de reflejos.
El expediente destaca que "el fallecido consumió cocaína con vía de ingreso nasal (esnifeada) e inhalatoria (fumada). La presencia en estómago de cocaína sin metabolizar sería la consecuencia de ser tragada en la acción de esnifear. Consumió alcohol etílico, el cual se combinó con la cocaína. Consumió sertralina (antidepresivo)”.
La habitación presentaba un escenario caótico: ropa desparramada, objetos rotos, restos de papel aluminio quemado y una lata con signos de combustión. El balcón desde donde cayó tenía una baranda de 1,03 metros y estaba a 11,76 metros del suelo.
Además, los peritos concluyeron que, dado el diseño del balcón y la altura de la baranda, no era razonable que Payne hubiera caído solo por una pérdida de equilibrio, aunque no se encontraron indicios de una proyección forzada en la caída.
Si bien las pericias indican que las alucinaciones producto del consumo de drogas y su interacción con antidepresivos podrían haber sido las que habrían llevado a Payne a la muerte, la causa aclara que “a merced de los informes médicos, sólo hay algunas presunciones acerca de sus condiciones mentales al caer”.
Los jueces determinaron que no hubo ningún elemento de convicción que permita aventurar que “la víctima confundió la puerta de la habitación con su ventana con balcón” y que su caída pudiera relacionarse con la imprevisión que se le enrostró de manera directa a Esteban Reynaldo Grassi (jefe de recepción) e indirecta a Gilda Agustina Martin (gerenta del hotel) “por dejar a la víctima encerrada en ese sitio”.
Aunque gran parte de los hechos ya se conoce y la familia del músico agradeció a la justicia argentina todo el proceso, todavía quedan interrogantes sobre el final de Liam Payne. Qué lo empujó a ese punto y cuánto influyeron sus últimas horas son preguntas que siguen abiertas. Aún hoy, la historia parece lejos de encontrar un cierre definitivo.
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