Matthew Perry falleció el pasado 28 de octubre del año pasado y conmovió al mundo del espectáculo. El actor de "Friends" se ahogó en el jacuzzi de su casa y, tiempo más tarde, una autopsia confirmó que en su sistema había ketamina, un fármaco muy utilizado en medicina y veterinaria por sus propiedades sedativas, que tiene efectos alucinógenos y, si se consume en demasía, provoca la muerte.
En las últimas horas, salió a la luz el testamento del actor. Lo llamativo fue que determinó que sus pertenencias quedarán a nombre de un fideicomiso que él creó y que tiene un vínculo sorprendente con Woody Allen.
El acto jurídico por el cual una persona le entrega sus activos financieros a otra fue creado con el nombre uno de sus personajes favoritos de la historia del cine: Alvy Singer Living Trust, el protagonista de "Annie Hall", el mítico clásico de Allen que le dio el premio Oscar en el año 1978 a mejor película, al mejor director, al mejor guion original y a Diane Keaton el de mejor actriz protagónica.
Los documentos fueron publicados por el medio TMZ e indican que el testamento fue creado en el año 2009. En ellos, aclara su deseo de dejar la mayoría de sus pertenencias en un fideicomiso. Ahora, todo el dinero pasará a los fiduciarios, cuyos nombres son desconocidos por el momento.
En total, los documentos señala que Perry dejó propiedades personales valoradas en poco más de un millón de dólares en el momento de su fallecimiento. Los ejecutores del testamento indicaron que hay otros activos adicionales que todavía no están en el fideicomiso privado. O sea, para ser claros, no refleja el patrimonio neto precisamente porque puede tener varios millones más.
Por último, el actor, que interpretó a Chandler Bing en la serie de los '90, dejó claro que cualquier hijo que pueda haber tenido desde 2009 no tiene derecho explícito a su fortuna. Por el momento, no tiene ningún descendiente oficial.
Lo que reveló la autopsia
Los resultados de la autopsia arrojaron que contenía “altos niveles de ketamina encontrados en sus muestras de sangre ‘post mortem’”. Los efectos de la sustancia farmacéutica, siguiendo el reporte del profesional, serían ‘’letales’’, debido a que producen ‘’tanto la sobreestimulación cardiovascular, como la depresión respiratoria’’, explicó la autoridad forense.
