A poco más de cien kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, se encuentra Azcuénaga, un pequeño pueblo de la provincia que invita a una pausa revitalizadora.
Sus pocas manzanas, salpicadas de construcciones centenarias y enmarcadas por la serenidad del paisaje pampeano, ofrecen una escapada ideal para quienes buscan desconectar del ritmo urbano.
Este destino, que en sus inicios floreció al compás del ferrocarril, hoy se presenta como un punto donde la historia y una creciente propuesta culinaria se entrelazan para brindar una experiencia singular a sus visitantes.

Durante los fines de semana, la tranquilidad habitual de sus calles de tierra se transforma con la llegada de viajeros atraídos por su encanto particular. Azcuénaga no sólo evoca un pasado significativo para la historia argentina, sino que también ha sabido reinventarse como un polo gastronómico que deleita con sabores auténticos y propuestas innovadoras.
Cuáles son los atractivos turísticos de Azcuénaga
La historia de Azcuénaga está íntimamente ligada a la llegada del primer tren a vapor, marcando la inauguración de su estación en 1880. Este edificio de dos plantas, con su característico techo de tejas francesas, fue declarado patrimonio histórico municipal en 1988.
No lejos de allí, el Club Recreativo Apolo, fundado en 1920, continúa siendo un punto de encuentro social para los habitantes, evocando épocas de bailes y espectáculos folclóricos.
Un paseo por el pueblo revela construcciones con historia, como la antigua Casa Terrén, operativa desde 1885 como un almacén general que incluso albergó el primer teléfono del área. Hoy, este edificio funciona como el restaurante Ct & Cía.

Otro sitio emblemático es la panadería artesanal "La Moderna", que desde 1917 mantiene vivo el sabor tradicional gracias a su horno de leña, siendo reconocida por su calidad en eventos gastronómicos.
Además, a unos kilómetros del centro, se encuentra la histórica Hacienda Posta de Figueroa, un lugar del siglo XVIII que hospedó a figuras clave de la historia argentina como Juan Manuel de Rosas y Facundo Quiroga, siendo escenario de su último encuentro antes del trágico destino de Quiroga.
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Aunque la estancia no está abierta al público, su importancia histórica es innegable. En la Plaza Miguel de Azcuénaga se erige la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, inaugurada en 1907 y de estilo neorrománico, destacando su altar mayor de madera artesanal traído desde Zaragoza, España. Un mural de adobe realizado por Carlos Moreyra y Cristina Terzaghi también se suma al patrimonio visual del pueblo.

Las mejores recomendaciones gastronómicas para visitar en Azcuénaga
Azcuénaga ha experimentado un notable crecimiento en su oferta gastronómica, convirtiéndose en un polo de interés para los amantes del buen comer.
Una de las propuestas destacadas es Le Four, un restaurante de impronta francesa que ocupa una antigua fonda reciclada, ofreciendo platos con el sello del chef francés Sébastien Fouillade. Su carta incluye especialidades como mejillones a la provenzal y arroz negro con chipirones, además de postres clásicos franceses. El ambiente, con toques de diseño y un patio encantador, invita a disfrutar de una experiencia culinaria singular.

En el edificio de la antigua Casa Terrén funciona el mencionado Ct & Cía, un restaurante que honra la memoria de sus fundadores y la historia del lugar.
En tanto, La Porteña, ubicada frente a la estación y en lo que fue una antigua sastrería, es otra opción familiar con tradición en el pueblo.
Además, para quienes buscan sabores italianos, Cucinadesanto ofrece un menú rotativo con pastas artesanales y mariscos frescos.
Por último para la tarde, la panadería La Moderna no sólo es un atractivo turístico por su antigüedad, sino también un lugar ideal para degustar productos de panadería tradicional elaborados en su horno de leña. Además, existen otros espacios como Sitio Azcuénaga, con propuestas para disfrutar al aire libre, y paradores como Posta Azcuénaga, orientado a ciclistas.
Cómo llegar a Azcuénaga
Para llegar a Azcuénaga desde Buenos Aires, existen diferentes alternativas. Una opción es tomar la Ruta Nacional 7 hasta la ciudad de San Andrés de Giles, y desde allí continuar por la Ruta Provincial 193 durante unos 11 kilómetros hasta alcanzar el pueblo. Por aquí, el trayecto total es de aproximadamente 108 kilómetros.
Otra ruta posible es a través del Acceso Norte, Autopista Panamericana, tomando el ramal Pilar y luego la Ruta Nacional 8 hasta el kilómetro 99. En este punto, se debe girar a la izquierda y tomar un camino mejorado por sólo 2 kilómetros hasta llegar a Azcuénaga.
La distancia aproximada desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es de unos 120 kilómetros. El acceso relativamente sencillo convierte a Azcuénaga en una escapada accesible para disfrutar de un día diferente o un fin de semana de tranquilidad y buena gastronomía.