El caso mantiene en vilo al barrio de Caballito, donde un adolescente de apenas 16 años fue detenido luego de que el FBI enviara una alerta urgente a la Policía Federal Argentina. El informe hablaba de un usuario en redes sociales que expresaba su intención de realizar un tiroteo en una escuela, y los rastreos digitales terminaron conduciendo a una vivienda sobre la avenida Juan Bautista Alberdi.
Cuando los agentes ingresaron al domicilio, se encontraron con un escenario perturbador. En el cuarto del joven había réplicas de armas de fuego, cuchillos, gas pimienta y botellas tipo molotov, además de cuadernos con anotaciones que detallaban cómo llevar adelante un ataque masivo. Según fuentes de la causa, el adolescente manifestaba admiración por el nazismo y solía compartir en redes mensajes violentos y simbología extremista.
El allanamiento fue ordenado por la jueza María Romilda Servini, quien dispuso también el secuestro de todos los dispositivos electrónicos del joven. Entre los objetos incautados se encontraba una réplica de subfusil en la que el adolescente había grabado nombres de atacantes que marcaron la historia con sus crímenes: Brenton Tarrant, Anders Breivik y Rafael Solich (“Pan Triste”), el responsable de la masacre de Carmen de Patagones.
Los escritos que revelaron su plan
Entre las pruebas más inquietantes aparecieron varios cuadernos donde el joven había esbozado lo que la investigación describe como “un plan sistemático de ataque”. Allí anotó fechas, estrategias, posibles rutas de escape y simulaciones de respuesta policial, con una precisión que sorprendió incluso a los peritos.
En esos mismos cuadernos, los investigadores encontraron una carta de despedida en la que anticipaba un suicidio posterior al ataque. Según los especialistas, el contenido refleja una personalidad obsesiva y metódica, con una fuerte carga de aislamiento y fascinación por episodios de violencia masiva. “No se trató de una amenaza impulsiva, sino de una planificación consciente”, señalaron las fuentes cercanas al caso.
Los análisis preliminares indican que el adolescente habría actuado solo, aunque no se descarta su participación en foros online donde circulan ideologías de odio. Por el momento, permanece bajo custodia judicial y será sometido a una evaluación psicológica integral.
La intervención del FBI fue decisiva para frenar a tiempo una tragedia potencial. El intercambio de información con las autoridades argentinas permitió rastrear al usuario antes de que concretara su amenaza. En el colegio señalado por el adolescente, la noticia generó un profundo impacto y se activaron protocolos de contención para la comunidad educativa.
