Con el Frente de Todos enterrado, el oficialismo no logró concretar una lista única y se potenció la interna entre el kirchnerismo y un sector del peronismo. Ahora, Unión por la Patria (UxP), la nueva coalición, que nació dividida, se enfrentará en las PASO para definir su candidato a la Presidencia.
En una esquina estará el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, que fue bendecido por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. En la otra se prepara el embajador de Brasil, Daniel Scioli, que tiene un guiño del presidente Alberto Fernández. En definitiva, en las primarias del 13 de agosto quedará zanjada la interna peronista que marcó a fuego el Gobierno de los Fernández.
Un kirchnerista que busca consensos
“Wado” supo utilizar su rol de jefe de la cartera de Interior para tejer alianzas con diferentes gobernadores, en especial con los que integran el llamado Norte Grande. Por eso lleva como compañero de lista al tucumano Juan Manzur. También cuenta con el apoyo de La Cámpora, la poderosa agrupación ultra K que fue fundada por Máximo Kirchner, Andrés “Cuervo” Larroque, Mayra Mendoza, Mariano Recalde y el mismo De Pedro.
Tiene apoyo de los gremios industriales de la CGT y del diputado Hugo Yasky, titular de la CTA de los Trabajadores también se comprometió. Pablo Moyano, secretario adjunto de Camioneros, sumó una tropa del Frente Sindical para el Modelo Nacional.
El joven y carismático ministro viene mostrándose como un moderado, toma distancia de los conflictos, apuesta a los acuerdos, a los consensos. Su primer cargo político fue en 2008 como vicepresidente en Aerolíneas Argentinas y en 2011 fue electo diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, tuvo un rol protagónico en el Consejo de la Magistratura de la Nación, y en febrero de 2015 dejó su banca cuando Cristina lo designó como Secretario General de la Presidencia. En diciembre de 2015 volvió a jurar como diputado nacional y desde diciembre de 2019 se sostiene en su actual cargo pese a los duros temporales.
El regreso del motonauta
“Pichichi” –el dulce apelativo de Scioli– tiene espaldas anchas y el cuero curtido. Los peronistas del extinto Frente de Todos que no comulgan con los kirchneristas de paladar negro se encolumnaron detrás del exgobernador de Buenos Aires y exvicepresidente del Gobierno de Néstor Kirchner. Un malón de intendentes del principal circuito electoral del país juró apoyarlo, viejos caciques dejaron el retiro para volver a dar batalla, también se unieron algunos gremios que esperan más definiciones para hacer el desembarco oficial.
Victoria Tolosa Paz es una pieza clave en la vuelta del veterano motonauta que se sumó a la política de la mano de Carlos Menem. La ministra de Desarrollo Social será su candidata en la provincia de Buenos Aires, un territorio que conoce. Ella y su marido, el empresario publicista Enrique “Pepe” Albistur, son íntimos amigos de Alberto Fernández, están en su mesa chica.
Scioli reclutó al sindicalista Hugo Moyano, que será su primer candidato en la lista de diputados nacionales y prometió arrastrar a viarios sindicalistas. Y el cómico Eugenio “Nito” Artaza se anotó en la carrera a la jefatura de Gobierno porteño, el mundo del espectáculo y las pasarelas siempre estuvo cerca a “Pichichi”.
La reserva massista
Habrá que ver que hace el ministro de Economía, Sergio Massa, que no dijo nada sobre al anuncio de la candidatura de Wado. En el kirchnerismo dicen que podría ser el primer candidato a senador. El Frente Renovador tiene un peso importante pero todavía sigue sin un rumbo fijo. El jefe de la cartera de Hacienda quería competir como precandidato a la presidencia, pero sin una desgastante interna a las puertas de un tsunami económico.
Massa contaba con el apoyo de un pelotón de mandatarios provinciales, que preferían ir con una lista única a los próximos comicios, tal como lo plantearon desde la liga de gobernadores peronistas cuando advirtieron que la unidad es necesaria para hacer frente a una “derecha argentina” que “defiende la violencia”; acorde a la postura que transmitieron este jueves el catamarqueño Raúl Jalil y el santiagueño Gerardo Zamora en una reunión que mantuvieron con Alberto Fernández.
Hasta el momento, Cristina, la mujer más fuerte del oficialismo, no dijo nada, tampoco se manifestó en sus redes sociales. Algunos especulan que la vicepresidenta se tomará su tiempo y que mantiene la línea abierta con Massa, que sigue haciendo malabares para controlar la peor inflación de las últimas dos décadas.
Tampoco dijo nada el presidente. Algunos dicen que Alberto intentó frenar a “Pichichi”, pero que no lo consiguió. Otros creen que fue él quien lo empujó al ring.
El PJ es un polvorín. Dos sectores se disputan el poder en medio de un escenario de crisis. La última interna fuerte que se jugó dentro del justicialismo fue en 1988, cuando se enfrentaron Antonio Cafiero y Carlos Menem. En aquel momento, el país también se encontraba con una economía quebrada. Pero la diferencia es que ahora es el peronismo quien gobierna.
