En las últimas horas, el nombre de Aline Pereira Ghammachi, una religiosa y economista brasileña de 41 años, trascendió en los principales titulares internacionales tras protagonizar un escándalo religioso.
Según detallaron medio italianos, la monja brasileña acusó haber sido expulsada de su cargo como abadesa de un monasterio por “ser demasiado linda”. Por lo que realizará una demanda y llevará su caso al Vaticano.
Todo lo que se sabe del escándalo religioso que protagoniza la monja brasileña Aline Pereira Ghammachi
Aline Pereira Ghammachi, originaria del municipio brasileño Macapá, considera que su salida forzada responde a prejuicios sexistas, señalando que: “Me dijeron que no encajaba con la imagen de una monja. Que era demasiado atractiva para representar a la Iglesia”.
Bajo ese marco, la religiosa presentó una apelación ante el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica y espera que el nuevo papa León XIV revise el proceso.

En 2018, Aline Pereira se convirtió en la regente más joven de su convento. El atractivo de sus ojos azules, su presencia serena y su facilidad para comunicar la transformaron en en una figura inusual, pero también tuvo problemas por incomodar a algunos superiores, según sus propias palabras.
Respecto a la decisión de su destitución, se supo que se produjo justo tras una denuncia de cuatro hermanas, quienes escribieron al papa alegando maltratos por parte de Aline.
Sin embargo, ella asegura que estas acusaciones son falsas y parte de una campaña de calumnias liderada por el abad fray Mauro Giuseppe Leporia (el mismo que le dijo que era “demasiado linda”).

El escándalo alcanzó mayor notoriedad luego de que once religiosas decidieran abandonar la congregación para apoyar a Aline Pereira.
Mientras que en 2024, el Vaticano envió un nuevo visitador apostólico al monasterio, la religiosa en cuestión aseguró que no se realizaron entrevistas formales ni se verificaron los hechos.
La visita concluyó, según sus palabras, que era una persona “desequilibrada” y que las demás religiosas le temían. “No me permitieron defenderme. Me expulsaron sin motivo. Estoy apelando”, aseguró Pereira.
Lo último que se supo de la religiosa es que se encuentra en Milán, junto a su hermana. Durante la semana del cónclave, viajó al Vaticano para pedir personalmente que se reconsidere su caso.