El reconocido periodista policial, Mauro Szeta estuvo de visita en el piso de Cortá por Lozano y se animó a repasar tanto su vida personal como la laboral. En un momento de la charla con la conductora, Vero Lozano, Szeta decidió hablar de su adolescencia y los malos hábitos que tenía.
“Yo tengo dos etapas -comenzó diciendo el periodista-. Cuando era joven, no bello, pero sí con más energía. Tenía el pelo largo al viento, como Patricia Sosa pero con una vincha, tipo ‘Flashdance’. Y me copaba la idea de pensar que el mundo se vivía al sol, cuando tengo una piel básicamente blanca polaca-rusa", comenzó contando.
"Me iba de vacaciones y me ponía un aceite y me tiraba al sol…y tengo una anécdota en la que me hice pelota. Eso motivo que me tuvieron que trasladar a un nosocomio por quemaduras porque había estado tanto al sol. Pero me copaba eso”, explicó.
Además, Mauro continuó: “Pero ahora, con el paso del tiempo, lo que me gusta en verano son los asados. Incluso los voy a invitar a ustedes a la brevedad. Yo tengo mi secretos para la preparación y además hay un antes y un después en la utilización de la leña, es un viaje total. Paulo Kablan es mi mentor como asador. Me encanta hacer asados con calor, es en el único lugar donde no tengo el celular y no le doy pelota a nada”.
La asignatura pendiente de Mauro Szeta con su mamá Felisa
A raíz del día de la madre, en Cortá por Lozano –el ciclo que conduce Vero Lozano por Telefé– realizaron un bloque conmemorativo en el que los panelistas del programa recordaron sus vivencias con sus madres.
En esa línea, fue el periodista de policiales Mauro Szeta quien emocionó a todos al recordar tanto a su madre y a su padre, quienes partieron con apenas cuatro meses de diferencia entre ellos. "Fue un día de la madre particular, atravesado por el recuerdo y la tristeza", comenzó contando el panelista, a medida que en la pantalla iban pasando fotos de su infancia junto a su mamá.
"Es raro no poder llamarla, no poder escucharla", expresó Mauro sobre la ausencia de su madre en su vida. Pensando en Felisa –así se llamaba–, reflexionó: "No sé si les pasa a ustedes, pero como que me pasa de arrepentirme. Porque cuando la vieja o el viejo viven, uno se hincha de tener que ir a hacer cosas o de los compromisos familiares, pero ahora uno piensa todo el tiempo 'por qué no me llama'... Estaría feliz si me llamara".
Asimismo, el periodista reveló el aprendizaje que tuvo tras la muerte de su madre. "Aprendí a entender que las relaciones no tienen que ser como se las presentan en general. La romantización del vínculo madre e hijo. Nosotros tuvimos una relación con mil matices. Nos pateábamos, nos enojábamos, nos dejábamos de ver", recordó con sinceridad.
Y confesó: "La tristeza más grande está en que cuando la Feli se murió, estábamos reencontrándonos. Eso es lo que me duele mucho. Que se murió mamá en el momento en que estábamos pegando mucha onda y mucha energía positiva. Me quedó esa sensación de no poder encontrarme en la adultez de ella".
Finalmente, Szeta culminó sus palabras enviándole un beso y todo su amor adonde sea que esté. Dijo: "Mamá te amo donde estés".
