Moria Casán habló, como de costumbre, sin tapujos sobre fuertes situaciones que atravesó: "Todo el mundo sabe que fui abusada por un familiar, que fui golpeada, estafada. A otra persona le hubiese causado depresión, a mi me inspiró. Fue motivacional para que yo doblara y triplicara todo".
La actriz habló de sus comienzos artísticos:"Defiendo la desnudez y el teatro de revista. Nunca permití que se me cosificara, nunca tuve ese problema. Entré al teatro y enseguida fui una figura. En mis contratos firmaba que no se me cosificaba",
"Fue una elección mía. Iba sola, me lo bancaba así. No le decía nada a nadie, ni a mis padres o amigas. Por eso no me gustan los Beatles, cuando salí de ese lugar lloraba y me tomé un taxi, que justo tenía música de la banda", recordó la vedette en diálogo con Carla Czudnowsky para Duro de Domar.
Sobre los avances y cambios que se generaron en las últimas décadas, reflexionó: "Creo que han cambiado cosas. Me impresiona la gran vaginocracia que hay en el mundo. Cada vez más mujeres en el poder, como Cristina en nuestro país".
También habló de los cambios y luchas pendientes: "Tienen que cambiar los seres humanos. Hay una violencia en el sistema. Hay que hacer un cambio en el sistema global. Cuando ven que una mujer es potente, hay una cosa de miedo. No nos tengan miedo, manéjense más con la ternura y la empatía".
Así fue la la performance de Moria Casán en el Centro Cultura Kirchner
Moria Casán fue convocada para ser parte de la cuarta edición del ciclo feminista Nosotras Movemos El Mundo (NMEM). La actriz interpretó, y formó parte del debate, fragmentos del libro Teología indecente. Perversión teológica en el sexo, el género y la política, de Marcella Althaus-Reid.
“¿Doy virgen como Wanda Nara?”, comenzó "La One" ante el auditorio lleno. Se presentó con su "lengua karateka" vestida completamente de negro mientras leía fragmentos de la obra. Casán se emocionó al punto de que se quebró su voz en varias ocasiones y se ganó la ovación del público.
