El mundo despidió este sábado al Papa Francisco en una jornada cargada de solemnidad y emoción. Tras el funeral multitudinario celebrado en la Plaza de San Pedro, donde miles de fieles y dignatarios de todo el mundo se congregaron para darle el último adiós, los restos del Sumo Pontífice fueron trasladados en una silenciosa procesión hasta la Basílica de Santa María la Mayor.
Este santuario mariano, considerado el más antiguo de Occidente y uno de los lugares más queridos por Francisco, fue el sitio elegido por el propio Papa para descansar eternamente.
El rito de la inhumación del féretro comenzó puntualmente a las 13.00 (hora de Roma) La ceremonia se desarrolló según las prescripciones del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis. Fue presidida por el Cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo del Vaticano, y contó con la presencia de las personas indicadas en la Notificación de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas, así como de los familiares del Papa difunto.
Durante los casi treinta minutos que duró el rito, hasta su conclusión a las 13.30, se vivió un momento de lágrimas, oraciones y un profundo silencio entre los presentes, que solo se vio interrumpido por aplausos.
La presencia de miles de celulares intentando capturar este momento histórico también fue notoria. Fuentes oficiales del Vaticano destacaron que esta ceremonia combinó la solemnidad del rito con la emoción de un legado inolvidable. Una parte significativa del rito de inhumación fue el momento de sellar el cajón. Cumpliendo su voluntad, los restos de Jorge Mario Bergoglio quedaron finalmente depositados en la Basílica de Santa María la Mayor.
Mirá También
Así cerraron el cajón del Papa Francisco: cómo fue la clausura del féretro, un histórico ritual
Cómo es la tumba del Papa Francisco
De acuerdo con la voluntad que el Papa Francisco dejó escrita en su testamento a mediados del año 2022, su tumba es notable por su sencillez. El espacio se encuentra al resguardo de las miradas, actualmente tapiado con maderas, aunque ya se ha viralizado una imagen del lugar. La tumba se halla al ras del suelo y está realizada con mármol de Liguria.
La característica más distintiva es que lleva una sola palabra: "Franciscus". Esta inscripción, "Franciscus", es la única que figura en la tumba de mármol. Sobre ella, se posa la cruz pectoral de plata del Buen Pastor que el Papa Francisco utilizó durante su pontificado. Esta cruz, según sitios especializados, representa a "Cristo, el Buen Pastor, guía al rebaño y carga sobre sus hombros a la oveja perdida", con el Espíritu Santo representado en la parte superior.
La ubicación de la tumba responde directamente a lo solicitado por el Papa en su testamento. Se preparó en un nicho de la nave lateral de la Basílica de Santa María la Mayor. Específicamente, se encuentra entre la Capilla Paulina (conocida también como Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza, y está junto al Altar de San Francisco. El Papa había pedido explícitamente en su testamento: "Solicito que mi tumba sea preparada en el loculo de la nave lateral, entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de dicha Basílica Papal".
Además, pidió que el sepulcro estuviera "en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus". Los gastos para la preparación de su entierro fueron cubiertos por una suma dispuesta por un benefactor y trasladada a la Basílica Papal de Santa María la Mayor, con instrucciones dadas a Mons. Rolandas Makrickas. Makrickas es un católico lituano, nombrado cardenal por Francisco en diciembre de 2024, quien se desempeña como arcipreste coadjutor de la mencionada Basílica.
Según anunció Matteo Bruni, vocero de la Santa Sede, la tumba del Papa Francisco podrá ser visitada a partir de este domingo a la mañana, un día después de su funeral.
