Durante la cuarentena, Carla Conte aprovechó para cambiar su look. A la vista, tan sólo le alcanzó con dejar de teñirse y permitir que sus canas simplemente florezcan, sin reprimirse. Sin embargo, detrás de ese paso hubo un mensaje que tiene que ver con la liberación de la mujer. Con terminar con mandatos de verse como la sociedad o su profesión lo requieren.
“La idea de dejar de teñirme la vengo amasando en mi cabeza hace mucho tiempo. El año pasado, cuando se cortó el trabajo que hacía desde hacía tres años de lunes a viernes, lo primero que pensé fue: ‘No me tiño más’. Le daba vueltas al tema porque odiaba las raíces. La obligación de tener que teñirme cada tres semanas me parecía una cárcel”, comentó Conte a través de un video que publicó en sus redes sociales.
A continuación manifestó que era algo que estaba analizando y que el año pasado, cuando se quedó sin trabajo, aprovechó el momento como el puntapié inicial: “Teñirme es algo que surgió por el trabajo. No es que odiaba mis canas. Lo tenía que hacer porque cada vez tenía más canas y estaba presa de la imagen, por estar tan expuesta. Cuando me quedé sin laburo dije ‘listo’ y no lo sufrí”.
A continuación agregó: “No lo sufrí en ningún momento. De hecho, ver el proceso y ver cómo crecían mis canas me dio felicidad. El color de las canas me daba alegría, me parecía un pelo hermoso con un color hermoso. Siempre lo disfruté y siempre me pareció que estuvo buenísimo".
Por otra parte, habló de las emociones, de todo lo que pasó hasta definir qué quería para su estética: "En el medio: procesos, ansiedad, querer cortarme (el pelo). Por eso terminé teniendo el pelo tan corto. Sueño tener un pelo largo, canoso y hermoso. Pero siempre lo viví con mucha alegría y liberación. No me siento vieja... En el espejo veo naciendo a una mujer nueva", contó.
