En esta edición del Bailando 2023 el jurado le dio el título de "revelación" a varias de las figuras que por primera vez pisaron la famosa pista del certamen de Marcelo Tinelli, pero hubo una coach que se llevó la atención de todos por su gran talento, carisma y personalidad sin filtro.
Se trata de Damasia Ochoa, la joven coreógrafa que comenzó la competencia con Flor Vigna y Jony Lazarte y que ahora lleva adelante el equipo con Noelia Marzol, el cual se perfila como uno de los que podría estar en la gran final.
Cabe recordar que Marzol y Lazarte fueron los últimos campeones del Bailando, por lo que las ganas de competir se multiplican.
Lo cierto es que Damasia es licenciada en Comunicación Social, pero ya de grande sintió que se despertaba una nueva pasión en ella, y fue así cómo descubrió que el baile la hacía vibrar.
Comenzó a tomar clases a sus 21 años, rompiendo esa idea de que podía ser tarde para arrancar en esta nueva disciplina, y se enamoró de la disciplina.
"Siempre confié en mi capacidad de trabajar... trabajo desde muy chica, me la rebusqué siempre porque le pongo mucha garra y mucha fuerza a todo lo que hago, le pongo todo de mí. El talento es importante, pero todo lo otro también es más importante todavía, tener el objetivo claro", dice y así, con esa convicción, se presenta.
En medio de su explosiva participación en el programa y los elogios del jurado, la bailarina de cabello azul y looks cancheros recibió una propuesta de Ángel de Brito, para sumarse nada más y nada menos que de LAM. Algo que en charla con la revista GENTE confiesa que no se esperaba para nada esta oportunidad, que agradece mucho y que quiere aprovechar al máximo.
"Lo de LAM me agarró de sorpresa, porque es un programa icónico de la televisión. Lo veo desde que arrancó. Ocupar una silla de angelita es un montón. Y la verdad, dudé mucho, porque no sabía cómo podía, qué lugar podía ocupar, desde dónde, qué podía aportarle yo al programa. No quiero dejar de ser yo y que tampoco se me vincule con cosas que no me siento cómoda", comienza diciendo sobre ese momento en el que recibió la oferta.
-¿Y cómo terminaste aceptando?
-Bueno, entendí que si por algo me llegó esta oportunidad era porque tenía que ser así. Además, tengo ganas de pasarla bien, de divertirme, de aprender cosas nuevas. Con Ángel, desde el momento uno, desde la foto del Bailando que lo conocí, conecté muy bien con él y cuando fui al programa como invitada la pasé súper bien. Me sentí muy cómoda en el piso, la bajada que me dieron fue: "Sé vos misma". Así que sin presiones, mostrándome tal cual soy, opinando de lo que quiero y de lo que no quiero, no opino y está bien, no pasa nada.
-¿En qué rol de angelita te ves?
-Tengo ganas de poder ser la voz de los coaches y de los bailarines del Bailando, así como todo el detrás de escena en el programa. Creo que está bueno poder visibilizar nuestro laburo y lo que eso significa, así que tengo un montón de ganas, de entusiasmo. Obviamente, con unos nervios tremendos de poder dar lo mejor de mí y estar a la altura, pero bueno voy a estar ahí con Pepe también que me va a ayudar y me va a contener... Yo creo que voy a poder de a poquito entender cuál es mi lugar.
Las miradas del "Bailando" puestas en Damasia
En cada ronda, no sólo su pareja recibe tremendos puntajes y halagos del jurado, todos voltean a aplaudir el trabajo de Damasia, porque no ha pasado desapercibida en toda la competencia. Todos los comentarios coinciden en sus ganas de traer nuevas propuesta, creatividad y toda la garra que le pone a cada performance, lo que hasta el momento la ha hecho diferenciarse del resto de los equipos.
Y aunque hoy mirar atrás la hace reconocer todo lo que ha logrado en el Bailando, al principio, no fue una decisión fácil de tomar el sumarse al famoso certamen: "Cuando Flor me convocó para estar en el programa, lo primero que pensé fue que no podía. De hecho le dije: 'déjame pensar porque no creo poder estar a la altura del programa y de ellos que habían salido campeones. Sentía que tenía que aprender muy de golpe muchas cosas y aparte llevar grandes propuestas para hacer cosas de alto nivel. Ha sido un desafío muy grande", expresa..
-¿Te acordás lo que pasaba por tu mente la primera vez que Marcelo Tinelli te anunció en el "Bailando 2023"?
-Recuerdo que cuando estábamos entre los coaches, decían que cuando Marcelo te hablaba, te ponías muy nervioso. Y en mi caso, fui yo misma, como si estuviese hablando con cualquier amigo o cualquier colega. Fui yo misma con mis formas y mi forma de ser. Y bueno, nos divertimos, tuvimos un ida y vuelta y creo que eso, lo genuino, hizo que funcione.
-¿Pero habías buscado en algún momento la oportunidad de estar en el "Bailando"?
-Como bailarina siempre tuve las ganas de formar parte del certamen... Audicioné un montón de veces en instancias de audiciones cerradas, audiciones abiertas, audición para chicas ShowMatch, virtuales, bueno, hice un montón de audiciones. Tampoco había tenido la posibilidad de que ningún coreógrafo me haga parte de los ritmos grupales. Así que siempre tenía esa deuda pendiente artística conmigo de poder bailar en la pista del Bailando. Pero como coach jamás me imaginé que era un lugar que podía ocupar. Jamás, jamás. Fue algo muy imprevisto, algo impensado, una tarea que no sabía tampoco de qué se trataba del todo. El coach hace muchas tareas 360, de muchas áreas, desde vestuario, pantalla, luces, sonido, editar la música, no sólo los pasos, la puesta. Entonces era algo que jamás pensé que podía hacer.
-Y finalmente llegaste por Flor Vigna...
-Sí, a mí esta vez me convocó Flor... O sea, yo audicioné mucho tiempo, incluso este año audicioné en unas audiciones cerradas y no quedé. No quedé como bailarina, ni chica staff, ni nada. Y un día Flor me planteó ser su coach en el Bailando con Jony Lazarte... Por eso siempre digo que ella confió más en mí que yo misma, porque yo no me creía capaz de poder hacerlo. Eso fue clave porque desde siempre fue un trabajo en equipo. Flor y Jony me dieron una mano muy grande, ellos teniendo ya mucha experiencia también en el programa, habiendo ganado. Entonces aprendí mucho de ellos y de todos. Es una experiencia de mucho aprendizaje, de mucho desafío. Siento que pude aprender, que me pude hacer mejor artista, mejor persona, porque también como coach aprendés a manejar el equipo, las energías, cuidarlos, contenerlos. Es como que sos el encargado también de la energía, de la pareja, del ensayo.
Del título de 'la revelación' a las acusaciones de acomodo
-Muchos te llaman la revelación de esta edición. ¿Cómo tomás esto? ¿Qué tanto te cambió la vida con este proyecto?
-Como dice Moria, no hay que creerse ni lo bueno ni lo malo. Así que, es re lindo las palabras que me dicen y todo. Pero mi vida sigue siendo la misma de siempre. Soy una mina que laburo hace muchos años y que laburo mucho y muy intensamente. Soy generadora de muchos proyectos y de oportunidades. Porque la verdad es que no tuve muchas oportunidades que se me hayan presentado fácil, siempre las tuve que salir a buscar. Entonces siento que este es un proyecto más de un montón de otros que en este caso se visibiliza lo que yo ya venía construyendo, con mucha disciplina porque es una profesión que necesita tener mucha disciplina, mucha constancia, mucho enfoque, mucho empuje.
-¿Cómo sos?
-Soy lo que ven, no tengo un personaje armado. No sé si me cambió la vida, sino que me reafirmó un montón de cosas, entre esas, que trabajando es como las cosas se consiguen, siendo buena compañera, buena colega, dando oportunidades a los demás, no creando competencias, sino que el otro te hace crecer y te hace mejor.
-Algunas personas tildaron a tu equipo de "acomodo" por Flor o por tu hermano Pepe, ¿cómo respondés a eso?
-Lo del acomodo es algo que un poco me afectó en este paso por el programa. Como saben a mí Flor me convocó para estar en el programa porque nosotras ya veníamos trabajando juntas en la gira de su proyecto musical y bueno, ella me eligió a mí para estar en el programa... Me eligió porque creyó en mí y el potencial que yo tenía para dar. Entonces, cuando hablan de acomodo, siento que un poco minimizan el laburo de uno, ¿viste? Y eso un poco duele.
