Mario Massaccesi habla de su secreto mejor escondido – GENTE Online
 

El costado menos conocido de Mario Massaccesi

Mario Massaccesi habla de su secreto mejor escondido
El periodista recibió a Revista GENTE en el corazón de su hogar, y se confesó sobre sus pasiones.

“Me gusta mucho ver como mis amigos, cuando hacemos alguna juntada, se vienen a esta habitación y bucean en alguna revista”, confiesa Mario Massaccesi. En uno de los cuartos sin uso, el archivo aparece como una ola de mar. Allí tiene las ediciones completas de GENTE de los setenta, casi todas las de los ochenta y ya empezó a coleccionar las de los noventa.

“Me convertí en un coleccionista porque desde chiquito veía las revistas en los kioscos y nunca me las pude comprar. Cerca de mi casa, en Río Cuarto, había un kiosco que tenía una vidriera muy grande en donde el diariero colocaba las revistas una al lado de la otra y se podía observar la tapa completa de cada una. La verdad es que no las podíamos comprar, las leía así por encima”, narra mientas se tira en el piso y saca algunos números emblemáticos que encuentra sabiendo de memoria en donde están guardados.

"Era una época en donde no había Photoshop, en donde nada se arreglaba. La foto era tal cual la sacaba el fotógrafo. Eran verdaderas obras de arte. Un día Moria Casán me dijo que la gráfica en ese entonces tenía una fuerza inmensa que nunca volvió. Para una figura, ser tapa de GENTE era 'llegar' e instalarse. Después había que trabajar para mantenerse", recuerda.
"Era una época en donde no había Photoshop, en donde nada se arreglaba. La foto era tal cual la sacaba el fotógrafo. Eran verdaderas obras de arte. Un día Moria Casán me dijo que la gráfica en ese entonces tenía una fuerza inmensa que nunca volvió. Para una figura, ser tapa de GENTE era 'llegar' e instalarse. Después había que trabajar para mantenerse", recuerda.

Y sigue: “En el año 2009 padecí una hepatitis que me dejó varios meses en cama. En medio del tiempo libre, me metí en una aplicación y busqué un ejemplar en especial que quería tener. Me di cuenta de que había un mundo en donde la gente las vende, y ahí empecé a comprar. La primera que adquirí fue la que tiene a Úrsula Andress y Graciela Borges con la cobertura titulada ‘la noche del año. Amaba eso aspiracional de la noche, el glamour y las figuras de la farándula. Eso fue como volver a la infancia desde el lugar de la posibilidad. Siempre estamos a tiempo de una infancia feliz, convirtiéndonos en niños con esas cosas que nunca pudimos hacer. Es como un juego para mí”.

-¿Es un gusto caro?

-Antes de contestarte la pregunta te digo que este mundo es una aventura. ¿Por qué? Porque hay revistas que están 50 mil pesos y después te encontras con la misma a mil que capaz está en mejores condiciones. Para mí es una inversión económica, pero pasa por la mente y el corazón. Es completar una historia que desde niño estaba incompleta. Yo quería tener todo esto. Y no es un tener por tener. Yo, entre comillas, gasto estas revistas. Las leo, busco y encuentro tesoros. Las comparto en mis redes, y revivimos el pasado con la gente.

-¿Esta curiosidad que tenías por las revistas desde chico es la que te llevó a elegir al periodismo como profesión?

-La tapa de Mónica Cahen D'Anvers quizás fue el comienzo de mi vida en el periodismo. Yo a ella la seguía y recuerdo esos informes en Uganda, y ella estaba ahí haciendo un relato que me atrapaba en Mónica presenta. Siempre recuerdo esta tapa de la odisea que pasó ella en esa cobertura. Me dije a mi mismo: “Algún día quiero hacer eso. Viajar a la incertidumbre que tiene cada nota y ser parte del periodismo argentino”. Un cachito de todo lo que soñé se está cumpliendo.

"A Ginette Reynal cada tanto le mando cosas porque no guardó nada de sus apariciones en revistas. Moria siempre que recibe algo que le mando me manda la anécdota detrás de esa imagen. Esto también le permite reconstruir a hijos de algunas de nuestras figuras que ya no están entre nosotros aquella faceta de mamá o papá famosos", dice.
"A Ginette Reynal cada tanto le mando cosas porque no guardó nada de sus apariciones en revistas. Moria siempre que recibe algo que le mando me manda la anécdota detrás de esa imagen. Esto también le permite reconstruir a hijos de algunas de nuestras figuras que ya no están entre nosotros aquella faceta de mamá o papá famosos", dice.

-¿Cuál fue la tapa que siempre quisiste tener y te costó conseguir?

-La tapa con la muerte del actor Claudio Levrino. En ese momento se agotó al instante porque generó un gran impacto.

-¿Te pasó algo raro al publicarlas en tus redes?

-Si, muchos familiares de famosos me escriben pidiéndome si tengo alguna foto de su ser querido que ya no está con vida. O hay personas que se reconocen en las fotos y me escriben. Por ejemplo, hay una tapa en donde estaba Raffaella Carrá en la puerta del hotel, es una foto que sacaron en segundos, sin poder correr a las personas que estaban caminando. Justo ahí aparece María Eva Tonini que se presentó para decirme que ella también conservaba la revista. Así que publiqué la tapa de archivo y la señora con su fisonomía actual posando con dicho ejemplar. También una que me guardo es la tapa de la investigación de por qué no llegaron los chocolates a los soldados de Malvinas.

La casa de Mario Massaccesi en Palermo.
La casa de Mario Massaccesi en Palermo.

Mario Massaccesi, un fan de los artículos antiguos

“A mi casa la armo con muchas cosas recuperadas en el Mercado de Pulgas o en ferias como la de Chacarita. Soy un fanático de los pulgueros, esos que tienen lo bueno, bonito y barato. Con todo eso hay que ser muy creativo. Hay que encontrarle y darle un valor a aquello que se convirtió en una baratija”, cuenta.

"Muy pronto planeo hacer una gran refacción y llevarme algunos de estos objetos a un nuevo espacio que estoy armando. Me encanta estar en constante movimiento", dice.
"Muy pronto planeo hacer una gran refacción y llevarme algunos de estos objetos a un nuevo espacio que estoy armando. Me encanta estar en constante movimiento", dice.
La casa de Mario Massaccesi en Palermo.
La casa de Mario Massaccesi en Palermo.

Entre risas, cuando se le pregunta cómo define la impronta de la decoración de su casa, dice: “Para mi es el túnel del tiempo”. Con un estilo chic, tonos claros y mucha luz, uno de los grandes trabajos arquitectónicos fue buscar un concepto semi abierto en el que el living es el espacio central que se conecta con el comedor y la habitación que está acompañado por detalles que evocan a la memoria.

Fotos: Alejandro Carra.

Video: Mailén Ascui.

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