Brenda Mato, modelo y activista del movimiento XL: «Los gordos estamos cansados de sentirnos ciudadanos de segunda” – GENTE Online
 

Brenda Mato, modelo y activista del movimiento XL: "Los gordos estamos cansados de sentirnos ciudadanos de segunda”

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La modelo plus size analiza por qué los argentinos somos un país gordofóbico.

Brenda Mato nos cuenta cómo sufrió en las relaciones: “Me hacían creer que me hacían un favor y que me tenía que conformar.

Un día, harta, volvió del shopping con las manos vacías, porque no había conseguido ropa de su talle. Con esas mismas manos se sacó una selfie con un cartel que decía: “No tengo qué ponerme”. Ésos fueron sus “quince minutos de fama”, reconoce Brenda Mato (29), activista y modelo plus size –así es como se define–, que no se imaginó el alcance que tendría su reclamo. “Los gordos estamos cansados de sentirnos como ciudadanos de segunda, queremos los mismos derechos que todos”, lanza, multiplicando la voz de esos cuerpos que sufren “el estigma de ser enfermos por default”. Su primer paso en el activismo a favor de la Ley de Talles y contra la gordofobia lo había dado en 2015 cuando se sumó a AnyBody Argentina y con ocho mujeres de distintos países hicieron una petición mundial contra los estados de Facebook. Lograron cuestionar a Mark Zuckerberg, quien terminó anulando el de “Me siento gorda”. “No estamos pidiendo cosas raras: sólo que nos respeten con el cuerpo que tenemos, pesando un millón o un kilo. No existe un peso máximo para tener el mínimo respeto”, dispara, a la vez que asegura que “muchos médicos, sin chequear nada, lo primero que te piden es que bajes de peso”. 

Exigirle más salud a la gente gorda, asegura, “es hipócrita. Hoy, nadie puede decir que es cien por ciento saludable: sacar el carnetcito es imposible. Además, hablemos del negocio de la salud: nos venden cosas que dicen ser saludables y son un fake”. Por eso, la modelo advierte que “no hay que dar por sentado todo lo que nos dicen”, y que la mejor vía es el cuestionamiento. “Siento que se nos señala por cosas que a un delgado no se le reclaman”, explica Brenda, quien hace pocos días se cruzó con una cuenta foodie en Instagram. “Ellos proponían algo así como el gordímetro. La imagen era de una chica tirada en una mesa, a la que le daban de comer merengue desde una manga y la leyenda era ‘si te gusta, es de gordo’. Y la gente lo festejaba, pero a mí me acusan de apología de la obsesidad. Creo que la vara está un poco corrida”, se desmarca. 

La pelea por la Ley de Talles y el amor propio: “Nos prometen que el descenso de peso es el final del arcoiris, pero es muy difícil crecer en una sociedad que nos educa para odiarnos”.

¿Las peores preguntas que recibe, incluso cuando le hacen notas? Lo primero que le preguntan es cuánto pesa. ¿Su respuesta? “El número de la balanza no define cuán buena modelo y profesional soy”, y destaca que la tendencia de nuestra sociedad a creer que “todos los cuerpos gordos están enfermos” es “patologizarlo”. 

–¿Por qué creés que somos un país tan gordofóbico?

–Primero creo que nuestra sociedad no asume lo que somos, porque nos avergüenzan nuestras raíces: siempre miramos hacia afuera y tenemos stándares eurocentristas. 

–¿Ser estrechos mentalmente cuando pensamos la belleza también es un standard argentino? 

–Exacto. Y todos estamos de acuerdo con que Nicole Neumann es hermosa, pero que se pretenda que todas seamos como ella es absurdo. Lo que debemos hacer como pueblo es empezar a abrazar nuestra realidad y a mirar a las mujeres que tenemos a nuestro alrededor. Y también es trabajo de los medios que replican un solo standard. Y es muy cruel, porque para la gran mayoría lo que no se muestra no existe. Lo cierto es que estamos educados así y crecimos con esta información. Se habla de amor propio y autoestima, ¡pero qué difícil es crecer en una sociedad que nos educa para odiarnos! Lo más grave es que te hacen creer que nunca vas a ser suficiente para lograr algo. Si no es la pareja, son los hijos, el peso, la edad; siempre te falta algo. 

–En lo personal, ¿también te costó la libertad de asumirte como sos, en lo sexual y en pareja, verdad? 

–Sí. Durante mucho tiempo creí que las personas con las que me relacionaba me hacían un favor y y yo no podía elegir. Durante la adolescencia me hirieron mucho y fue un gran proceso de atravesar incluso prejucios míos. Me decían: ¡Agarrá lo que puedas ahora!”. Ahora estoy muy lejos de eso. Me encanta saber que mi marido (Santiago, fotógrafo, en relación desde hace seis años) siente deseo por mí y no está conmigo “a pesar de”. Todo lo que sufrí valió la pena. Hoy puedo estar tranquila con una persona que me ayuda a crecer, me escucha, me acompaña, no me juzga y me hace mejor. Nadie tiene que aceptar limosnas o creer que es la sobra de alguien. 

"No pedimos cosas raras: sólo que nos respeten con el cuerpo que tenemos, pesando un millón o un kilo; no existe un peso máximo para tener el mínimo respeto", señala Brenda.

–Volviendo al tema talles, las marcas siguen sin entender que no hay un solo cuerpo. 

–Si creen que todos son talle 1, me demuestran que sólo les interesa el dinero. Poné del 1 al 10,para que la gente vea cómo les va a quedar y puedan decidir, pero es muy complicado abrir cabezas. Y la respuesta no tiene nada que ver con lo económico, porque de hecho hasta las marcas más chicas tienen opciones. 

–¿Cuál es la lectura del nuevo paradigma que estamos atravesando –y protagonizando– las mujeres? 

–El re apropiarnos de lugares que creimos que no podíamos habitar es parte de la revolución que estamos armando. 

Fotos: Diego Garcia.

Make up: Giuliana Marie Santoni (@gmariesantoni)

Agradecemos a Panni Margot, 

Carlos II Molina y Cocot. 



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