En la intersección de las calles Yatay y Avellaneda de la localidad de Guaymallén en Mendoza, Gloria Cabrera destina dos horas y media por día para recaudar dinero. Ella, una vecina de 71 años, lo cuenta con total naturalidad, pero su historia esconde un gesto solidario que conmueve.
Al momento de contar un poco sobre su vida, la mendocina recuerda uno de sus primeros trabajos: "Mi hermana me insistió para que me presente a una audición de modelo. No sabía que quería trabajar de eso. Fui y entre tantas chicas me eligieron. Así empezó esa etapa que fue muy linda, pero en un momento me llegaron propuestas que no me gustaron y tuve que abandonar".
Cobrando la jubilación mínima, la mujer decide realizar limpieza de vidrios de autos en una esquina con el fin de juntar dinero para una misión solidaria. En diálogo con revista GENTE, cuenta: "Yo trabajé, pero no me consideraron los aportes. Trabajaba haciendo terapias con chicos con capacidades diferentes. Algo así como acompañante terapéutica".
En cuanto a su vínculo con las actividades solidarias, Gloria cuenta a este medio: "Siempre fui así desde chica. Soy muy empática. Soy vegana. Cuando pasan camiones con vacas las miro a los ojos, les hablo y las bendigo. Todo lo que uno da, vuelve".

Respecto a qué fue lo que la motivó a iniciar estas salidas para recolectar dinero, revela: "Yo creo que lo sentí... Un día estaba almorzando y me puse a pensar cómo podía generar dinero sin invertir. Pensé en comprarme un limpiador de ventanas y jabón".
"Una vez que me puse a limpiar, veía en la calle a la gente que pasaba. Drogadictos, alcohólicos... Donde yo trabajo es una avenida donde duermen muchas personas en situación de calle. Es gente que no está cuidada y no están bien alimentados. A mí no me interesa qué es lo que hacen ellos con su vida si yo les puedo dar una mano", indica.
Sobre sus primeras salidas para recaudar dinero, relata: "Se arrimó gente muy bonita. Ahora que estoy saliendo en medios se arrima gente que tiene otras intenciones. Destiné días para que vengan a casa para repartir el dinero a los más necesitados que por lo general son chicos. Ojo también he encontrado gente de 85 años revolviendo tachos de basura que no tienen ni la mínima de la jubilación porque no saben cómo pedirla".

En los últimos meses Gloria se hizo conocida en su barrio y quienes pueden colaboran con ella y esta noble causa. "La gente es divina conmigo. Ahora que salí en un par de medios me gritan: '¡Sos famosa!'. Yo no quiero ser famosa, yo quiero que se sepa lo que hago con ese dinero. Puedo recaudar más para dar más", dice con alegría.
"Me da tranquilidad y alegría poder dar a los que necesitan. Ellos te re agradecen. Al principio muchas personas se sorprendían al verme haciendo esto porque se nota que no soy una persona en situación de calle. Ahora todos me colaboran porque sabe por qué lo hago. Es maravilloso...", cierra sobre esta misión solidaria que conmueve a todos.