El accidente aéreo registrado Ahmedabad, India, en las últimas horas, sepultó las esperanzas de los Joshi junto a las de otras tantas familias que se vieron afectadas por este fatal siniestro.
Vale aclarar que de momento, se registraron 269 víctimas fatales: 241 de los 242 tripulantes y pasajeros a bordo del vuelo AI‑171 y 28 muertes adicionales en tierra, entre estudiantes y residentes del edificio impactado por el avión de Air India que se estrelló este jueves.
Lo cierto es que entre tantas historias hubo una en especial que conmovió al mundo: la de Kaumi Vyas, Pratik Joshi y sus tres hijos menores de edad: Miraya, Pradyut y Nakul.
Sucede que esta familia oriunda de Rajastán se subió a ese Boeing 787‑8 Dreamliner que los llevaría a Gatwick, Londres, para comenzar una nueva vida. Y lo hizo con todas las emociones propias de aquellos que sueñan con un futuo mejor.

El reencuentro anhelado y el sacrificio de Kaumi Vyas
Según trascendió, Pratik Joshi, el padre de la familia, había formado una vida y una carrera en Londres durante los últimos seis años mientras que su esposa, Kaumi Vyas, médica radicada en Udaipur, fue quien había sostenido al hogar mientras juntaban los papeles necesarios para la reagrupación familiar en el Reino Unido.
Según fuentes cercanas a las víctimas, Kaumi renunció a su cargo en Pacific Hospital apenas dos días antes del viaje, preparándose para mudarse con sus tres hijos a Inglaterra. La familia celebraba ese pasaje como el sueño de tantos: una madre, padre y niños felices, listos para emprender juntos un nuevo capítulo de sus vidas.
Vale aclarar que el vuelo que se estrelló este jueves se dirigía al aeropuerto de Gatwick, cerca de Londres; en Reino Unido, y se precipitó sobre un barrio densamente poblado, provocando un incendio devastador y múltiples víctimas fatales.
La última imagen: un emotivo adiós
En los minutos previos al despegue, dentro del avión, Pratik tomó lo que se convertiría en la última foto de los cinco juntos: Kaumi y él sonrientes sentados uno al lado del otro y sus hijos con la misma felicidad en sus rostros agrupados en el pasillo contiguo que el de sus padres.

En otra imagen que circuló en redes, ellos también aparecieron posando en la terminal de Ahmedabad, y la emoción se veía claramente reflejada en esa selfie grupal desde el mostrador del check‑in de Air India. Ese instante se transformó en un símbolo desgarrador, una despedida captada con la inocencia que solo los niños guardan.
El vuelo y el desenlace trágico
El vuelo partió a las 13:38 (hora local) desde el aeropuerto indio Sardar Vallabhbhai Patel pero apenas logró elevarse unos metros cuando, según testigos y grabaciones, la aeronave empezó a perder altitud y las llamas aparecieron en uno de los motores.
Entonces, el avión se desplomó sobre un sector residencial, estallando en un devastador incendio que afectó incluso un albergue estudiantil médico cercano, sumando víctimas en tierra. El saldo oficial fue estremecedor: 269 víctimas fatales: 241 de los 242 tripulantes y pasajeros a bordo y 28 muertes adicionales en tierra, entre estudiantes y residentes del edificio impactado por el avión.