El relevo generacional ya es un hecho. Ferrari acaba de presentar el Ferrari Amalfi, el nuevo modelo que se convierte en la puerta de entrada a la marca de Maranello, tomando el lugar que hasta ahora ocupaba el Ferrari Roma. Lejos de tratarse de un simple restyling, este coupé de motor delantero y proporciones clásicas incorpora mejoras en todos los frentes: desde el diseño hasta la mecánica, pasando por la tecnología y el confort.

El Ferrari Amalfi toma su nombre de la idílica localidad costera del sur de Italia, situada a pocos kilómetros de Nápoles. Siguiendo la tradición del Roma, rinde homenaje a un destino emblemático de la península, en este caso con un guiño al glamour mediterráneo, la sofisticación y ese aire exclusivo que define tanto a la Costa Amalfitana como a los deportivos de la marca.
A simple vista, el Amalfi mantiene la silueta elegante y minimalista que caracterizaba al Roma, con un diseño de proporciones clásicas y líneas limpias. Las dimensiones apenas varían: mide 4,66 metros de largo, 1,97 metros de ancho, 1,30 metros de alto, con una distancia entre ejes de 2,67 metros. Respecto al Roma, la longitud crece en apenas 4 milímetros y el peso se reduce 2 kilos, hasta los 1.470 kilos en vacío.
Sin embargo, hay cambios sutiles que marcan la diferencia. El frontal abandona la parrilla clásica del Roma para ubicarla más baja, lo que libera superficie de carrocería pintada y realza el aspecto dinámico. En la zaga, el portón del maletero es completamente nuevo, con mayor verticalidad gracias al reubicado de la matrícula en el paragolpes, a la misma altura que los escapes.

Otro detalle distintivo está en el alerón trasero activo, con tres posiciones ajustables que permiten modificar el apoyo aerodinámico según las necesidades de conducción. En su modo de mayor carga, el Amalfi genera 110 kilos extra de downforce a 250 km/h, mejorando notablemente la estabilidad en altas velocidades. Las llantas de 20 pulgadas completan el conjunto, aportando ese toque clásico pero deportivo característico de la casa italiana.
Por dentro, el Amalfi también representa una evolución lógica respecto a su predecesor. Mantiene la configuración de dos plazas con un ambiente premium y minimalista, pero incorpora avances tecnológicos significativos.
El cuadro de instrumentos ahora está dominado por una pantalla curva de 15,6 pulgadas, acompañada de un sistema de infoentretenimiento central de 10,25 pulgadas, ubicado en posición horizontal, y una pantalla adicional de 8,8 pulgadas para el acompañante. Todo el sistema es compatible con Apple CarPlay y Android Auto, una muestra de cómo Ferrari sabe combinar tradición con tecnología de vanguardia.

Para los melómanos exigentes, Ferrari ofrece como opción un sistema de audio Burmester premium con 14 altavoces y 1.200 vatios de potencia, pensado para disfrutar de la música incluso al ritmo vertiginoso de este deportivo.
Bajo el capó, el Ferrari Amalfi esconde un motor V8 biturbo de 3.8 litros, capaz de entregar 640 caballos de potencia y un par máximo de 760 Nm, idéntico al del Roma pero con 20 caballos adicionales. Esta potencia se gestiona mediante una transmisión automática de doble embrague y ocho velocidades, que permite unas prestaciones a la altura de lo esperado en Maranello: acelera de 0 a 100 km/h en 3,3 segundos, alcanza los 200 km/h en apenas 9,0 segundos, y su velocidad máxima se sitúa en 320 km/h.
Las mejoras del Amalfi no se limitan al motor. El sistema de frenos ha sido completamente revisado e incorpora discos carbocerámicos de 390 milímetros en el eje delantero y 360 milímetros en el trasero, garantizando una capacidad de detención acorde a su potencia.

Pero el cambio más relevante en este apartado es la introducción del sistema brake-by-wire, que prescinde de una conexión física entre el pedal de freno y los frenos, confiándolo todo a impulsos eléctricos. Esta solución, ya presente en modelos como el 296 GTB, el Purosangue o el 12Cilindri, permite afinar la respuesta del pedal y simplifica el conjunto mecánico.
En definitiva, el Amalfi no es solo el Ferrari de acceso. Es un deportivo que combina diseño elegante, tecnología moderna, mecánica purista y prestaciones de superdeportivo, manteniendo intacta la esencia de la marca italiana.