Ayer por la noche, Adele decidió hablar a corazón abierto y compartió con sus fanáticos el momento especial que está viviendo. Es que acaban de cumplirse tres meses del día en el que dejó de beber alcohol, después de atravesar una profunda adicción.
La artista reveló que la peor etapa la experimentó cuando tenía entre 20 y 30 años, y que en varias oportunidades estuvo al “borde del alcoholismo”. Además, se metió en una polémica al decir que, desde que dejó de consumir, todo le parece “aburrido” y que, sinceramente, “extraña” la bebida.
“Es aburrido, quiero decir, estuve literalmente al borde del alcoholismo durante gran parte de mis veintes, pero lo echo de menos. Disfrutá tu whisky, yo estoy muy, muy celosa", manifestó sin vueltas en el marco de su show titulado Weekend With Adele.
"Es aburrido", la polémica definición de Adele sobre su estado de sobriedad.
"Me acuerdo de cuando vine acá en medio de la pandemia. Creo que eran las once de la mañana y me había tomado cuatro botellas de vino. Es que estábamos todos en casa, y yo estaba borracha todo el tiempo", había dicho el año pasado en una entrevista con US Vogue al recordar el momento en el que estaba el confinamiento.
I drink wine, la canción de Adele en donde habla de su predilección por el vino
Así daña el alcohol el cerebro
La mayor parte de las personas podrían describir rápidamente los efectos agudos del alcohol: falta de coordinación, desinhibición, impulsividad… Muchas menos podrían hablar de las consecuencias crónicas, que responden al mismo efecto neurotóxico del alcohol sobre el cerebro.
Los estudios neuropsicológicos y de neuroimagen muestran que hay tres redes neurales especialmente vulnerables: la red frontocerebelar, que controla la marcha y el equilibrio; la frontolímbica, implicada en la memoria, la motivación y la autoconciencia; y la frontoestriada, responsable de la regulación emocional, la inhibición, la flexibilidad cognitiva y el manejo de recompensas.
Línea 141: un servicio de contención para personas con problemas de consumo. Atiende las 24 horas, los 365 días del año.
Los personas del círculo íntimo del adicto notarán que es más lento, que se distrae fácilmente, que es más rígido, tiene mala memoria, toma decisiones sin valorar los riesgos, le cuesta regular sus emociones e interpreta peor las de los demás. Y esto, claro, afecta su vida familiar, laboral y social.
