Aida Domènech, conocida popularmente como Dulceida, es una de las creadoras de contenido más influyentes de habla hispana y una figura clave en la visibilidad del colectivo LGBTQ+. Desde que compartió públicamente su relación con una mujer, marcó un antes y un después en las redes sociales, desafiando prejuicios y convirtiéndose en referente de libertad y autenticidad.
“Recibí mucho hater”, afirma en el primero de los especiales de +GENTE bajo la conducción de Fede Popgold. Su historia no sólo inspiró a una generación que aprendió a mostrarse sin miedo, sino que también abrió un espacio para hablar del amor y la diversidad en la cultura digital.

Hoy, convertida en madre junto a su esposa Alba Paul, continúa utilizando su plataforma para normalizar las distintas formas de amar y formar familia. Con más de una década de trayectoria, ha pasado de ser pionera en los blogs de moda a construir una comunidad que la acompaña en cada etapa de su vida.
-La gente te sigue hace muchos años, tuviste que contar cosas personales… ¿Sufriste la exposición?
-Mucho. De hecho, hace como cuatro años tuve una ruptura con mi mujer… y las segundas oportunidades fueron maravillosas. En ese momento la pasé mal, estaba vulnerable y fue el peor momento de mi vida. Teníamos muchas fans de la relación que me pedían demasiadas explicaciones. Había hate y se inventaban cosas. Yo sentía que en ningún sitio estaba segura. Haciendo terapia me di cuenta de que mi manera de comunicar tenía que ser diferente. Yo mostraba todo. Todo era grabado y desde ese momento decidimos protegernos más. Lo mismo hacemos con nuestra hija, a quien no mostramos. Al final aprendes a protegerte sin dejar de comunicar o mostrarte. A mí me gusta que me vean tal cual soy.
-Hay un factor complicado en el hecho de atravesar una ruptura y encima con personas que te están exigiendo una explicación, ¿Quiénes te acompañaron en ese momento?
-Viví mi ruptura con millones de personas. Cuando pasó fui la primera en decidir explicarlo, pero tenía que ser a mi manera y sin hacerme daño. Mis mejores amigos fueron un pilar muy importante.

-¿Cómo fue contar por primera vez que estabas en una relación con una mujer?
-Llevábamos un año y me sentía muy segura. Mientras hacía el video para YouTube en el que iba a comunicarlo me sentía nerviosa, entonces tenía que cortar. Mi amigo que grababa me decía que no se entendía lo que quería decir. Me acuerdo que yo tenía miedo de la crítica y que las marcas con las que trabajaba me dejen de contratar. Eran prejuicios. Ahora que ha pasado el tiempo me doy cuenta de que no sé por qué tenía esos prejuicios en la cabeza. Si bien yo no me estaba escondiendo en mi día a día, sentía que no mostrarlo en redes era justamente esconderme, y yo no sirvo para estar escondida o mentir. Tenía la necesidad de ser libre. Era la época en donde contaba todo y cuando lo hice fue… (como una liberación)
-¿Existió algo de todo eso que pensabas que iba a pasar?
-No, en ese momento no. Con los años sí, pero no me ha importado nunca.
-¿Qué pasó?
-Cuando puse que íbamos a ser madres recibí una gran cantidad de comentarios, en un 99 por ciento de hombres, que fueron terroríficos. “Esta necesita una buena…”, “¿Dónde está el padre?”, “¡Qué niña más infeliz, porque no va a tener padre!” y así. Eran muchos. Yo sabía que la publicación iba a ser viral e iban a producirse algunos comentarios negativos, pero fueron muchísimos. A los días hice un video exponiéndolos porque me pareció increíble.

-¿Te afectó?
-Cero. Me parecen cosas absurdas de cavernícola. Sí, me daba rabia. Los insultaba en casa. Pensaba en otras parejas que lo podían tener, de esas que con más miedos o que son menos libres. No entendía cómo existían esos mensajes. Una pareja heterosexual no tiene sus comentarios en un post como éste.
-¿Te sorprendió?
-Mucho. Me imaginaban 30 ó 40, pero eran dos mil mensajes terroríficos.
-¿Creés que si lo hicieras hoy recibirías la misma cantidad de mensajes malos?
-Sí. Fue hace un año y medio. Hasta creo que recibiría más. Cuando más viral se hace algo, más comentado es. Yo vivo en una burbuja porque tengo la suerte de vivir en libertad y rodeado de amigos de todo tipo. Mi hija va a tener suerte porque se rodea de parejas de dos madres, padres o madres solteros, heteros, de todo y eso es lo normal. Va a tener suerte porque nadie le va a tener que explicar nada.

-¿Se te criticó la forma en la que eligieron la maternidad?
-No. Había mucha curiosidad por el método al que habíamos acudido. En mi caso hicimos el método ROPA, que consiste en fecundar su óvulo con el esperma de un donante y se me hace la transferencia a mí para ser la gestante. Se lo llama "maternidad compartida" porque es de los dos. Nosotras pudimos hacer este método que es más caro que una inseminación convencional. Las críticas eran “no es tuya” o “no lleva tu óvulo”. Son cosas que no me afectaron. Las críticas en sí me afectan poco, salvo que inventen algo. El problema lo tienen ellos. Cuando me dicen algo me da rabia por los demás.
-¿Sos feliz?
-Ahora sí. Tuve la suerte de ser feliz toda mi vida, pero es algo que va según el día. Hace unos pocos no me sentía feliz por cosas de mi cabeza y porque tenía mucho trabajo.
-¿Qué te acerca a ese pensamiento?
-La saturación por el trabajo. Fueron dos días en los que no podía pasar tiempo de calidad con mi hija.
-Dentro de tu profesión tenés la posibilidad de viajar por muchas partes del mundo: ¿En qué situación está España?
-Yo lo siento como un sitio seguro porque estoy rodeada por mi burbuja. Cuando sufrí actos homófonos fue viajando. Una vez ocurrió en un avión de Emirates con una azafata que todo el tiempo nos preguntaba si éramos amigas o hermanas. “Somos mujer y mujer”, le dije. Y se enfadó mucho y no nos dirigió más la palabra. En aeropuertos del exterior nos ha pasado de darnos besos o agarrarnos de la mano y sentí que todos nos estaban mirando. Eso en España no me ha pasado o quizás no me he fijado. A la hora de pensar en un viaje no sé a dónde ir porque nos pasa que no sabemos en qué lugares nos vamos a sentir como en casa.

-¿En algún momento te limitó la mirada del afuera?
-Sí. En no agarrarla de la mano o no darle besos.
-A veces uno se autolimita por miedo.
-Exacto. Ahora, con mi hija, pienso a dónde vamos. Me dijeron que acá en Argentina es fenomenal.
El gran paso que Dulceida quiere dar en su carrera
“Empecé en Fotolog, blog, Instagram y luego fui a YouTube. En cada plataforma me sentí cómoda y le di cosas diferentes a la comunidad. Cuando llegué a YouTube la gente me conoció más. Las redes evolucionaron y nosotros con ellas. Y el público también crece junto a mí, ha vivido cuando estuve super mal, mis logros y mis viajes”, cuenta.
-Hay un factor de reinversión en las redes.
-Sí. Hay muchos creadores nuevos. Yo los miro y me recuerda a la forma que tenía de comunicar a esa edad. Uno va madurando y ya no me veo grabando 24 horas un viaje. Se comunica de formas diferentes. Y hay otras herramientas.

-¿Cuál es el siguiente paso en tu carrera?
-Ahora voy a ser presentadora de un programa en Cataluña. Me da miedo, pero creo que haré bien. Cuando me llegan proyectos sé que debo tener en claro que lo voy a hacer bien... Al menos eso espero.
-¿Qué desafíos tenés ganas de emprender?
-La interpretación. Estudié, y es como una espinita. Alguna cosa he hecho, pero ojalá salga algún proyecto.
Fotos: Cande Petech
Retoque digital: Darío Alvarellos
Maquillo y peinó: Guille Parra @guilleparraa
Estilismo: Lucho Castelli Donnet @luchocastellidonnet
Asistente de estilismo: Ernie Barrera @ernie_ba
Looks: Atelier Pucheta-Paz @atelierpuchetapaz
Joyas: @bartolomejoyas
Zapatos: Puli Shoes @pulidshoes
Agradecimientos espaciales: a Max Jitric @jitic_jc - Jorge Rey @byjorgerey - Marian Saud @mariansaud.atelier

