“Casi no me maquillo, no uso anillos, cadenas ni aros”, admite Juliana Awada (51). Un detalle clave que habla por sí solo. Priorizar la comodidad va de la mano de la simpleza del “menos es más”. “Como mucho, suelo usar corrector, crema con color y rímel. Pero cuanto más natural estoy, mejor me siento”, asegura la exprimera dama de la Nación.
Juliana encarna el effortless chic de manual con su capacidad de mezclar básicos con toques de lujo sutiles. Un blazer entallado que lleva con la misma soltura que una camisa de lino abierta, sandalias planas de Hermès que podrían pasar por anónimas, o un pantalón palazzo que camina entre lo relajado y lo impecable.
¿Las claves del look effortless chic? El corte perfecto, la simplicidad y la habilidad de mezclar piezas clásicas (de esas que no pueden faltar en el fondo de placard) con toques inesperados. Entre los ítems que no fallan en estos estilismos y siempre vale la pena invertir, se encuentran desde los trenchs oversize y ballerinas a los mocasines y los bolsos de lujo. Pero Awada sabe que hay prendas comodín que jamás fallan y fiel a su estilo, repite sin problema alguno.

El tapado más trendy
Esta temporada Otoño-Invierno 2025, volvió a confirmarlo con una de sus piezas fetiche: el tapado de paño marrón chocolate de su propia marca, Awada, una prenda que resume todo su approach sartorial: sobrio, funcional y atemporal.
Cobran especial atención detalles de ese ítem que lo hacen único: casi un kimono contemporáneo, amplio, comfy y cruzado. Es que vestirse como si no se esforzara es uno de los lenguajes que Juliana mejor domina.

¿Por qué se transformó en el comodín perfecto del invierno? Hecho en una lana de alta densidad y caída impecable, con solapas amplias y lazo incluido, tiene esa silueta tipo bata que recuerda al quiet luxury de Max Mara, pero con una sensibilidad bien porteña. Además, es el tipo de prenda que sirve para un almuerzo íntimo, una reunión, un té con amigas o cualquiera de sus típicas escapadas a la Patagonia.

Confeccionado en paño 100% lana, disponible en talles XS, S, M y L, en colores negro, camel y chocolate, el tapado más trendy se convirtió en el máximo aliado de la también diseñadora y escritora.
Otros clásicos infalibles de fondo de placard
Además de chalecos, cómodas camperas cazadoras, sastreros bien net, denim con todo tipo de botamangas, sweaters oversize de cashmere color avellana y camisas blancas XL, Awada es una fan del layering sin esfuerzo.

Construir looks por capas es una de sus pasiones y si son en colores tierra, visón o humo, tantísimo mejor. Puede ponerse poleras de cashmere debajo de camisas abiertas o vestidos midi de punto acanalado, sumados a un blazer y maxi tapado.

Awada no sigue las tendencias: las refina, las filtra, las adapta a su mundo. Y su modo de llevarlas es reflejo de eso.
Juliana para armar: un repaso de los ítems más encontrados en sus looks invernales
Poleras ultrafinas: perfectas para superponer sin generar bulto visual.
Sweaters de cashmere de reminiscencia norteña.
Camisas clásicas en blanco o celeste. O bien con cuello bebé y más romántica.
Botas de punta: afinan la figura, incluso con prendas largas o oversized.
Las clásicas botas Hunter, o de lluvia en su defecto: un comodín para cualquier ocasión.
Paleta monocromática: usar diferentes tonos de un mismo color da cohesión y lujo inmediato.
Pantalones: de jeans a pinzados y babuchas.
Cazadoras, chalecos, trenchs y los imprescindibles maxitapados.
Accesorios justos: pañuelos de seda, un par de aros de perlas modernas, un bolso con estructura. Nada de más.
Más básicos by Juliana





Los tips sostenibles de Juliana Awada: la comodidad que también va por dentro
En su libro Raíces, el camino a una vida simple auténtica y natural, Juliana reveló al detalle cómo son las rutinas de skincare y autocuidado que maridan a la perfección con el estilo de "vida lenta" y hábitos saludables que encarna desde hace años.
Esos que la exprimera dama de la Nación pone en práctica y comparte en su guía: disfrutar de las pequeñas cosas, practicar la autorreflexión, valorar el bienestar emocional por sobre la productividad y el consumo desmedido. Pero, además, llevar una vida sostenible, cultivar su huerta y no generar desperdicios.

Awada precisa que hay cuidados básicos que todos conocemos, como el descanso, consumir mucha agua, y la alimentación, “aunque todo comienza por dentro”. Según cuenta, empezó a cuidarse la piel con más conciencia, pero “cuanto más joven uno comienza a prestarle atención y dedicarle un poco de tiempo, mas beneficios trae”.
Su rutina se compone de los siguientes pasos: se lava la cara con algún gel o jabón de limpieza, después aplica crema hidratante y protector solar (“sí o sí; lo llevo siempre en la cartera para retocarlo de manera regular”), y un bálsamo labial.

Al acostarse, se retira el maquillaje. Aunque no se haya puesto ningún producto, insiste, “limpio la piel”. Además, dos veces por semana se hace una exfoliación y utiliza “alguna máscara hidratante o nutritiva”.
Otras de sus rutinas favoritas son los baños de inmersión: “Elijo música tranquila, lleno la bañera, sumo alguna esencia y me quedo unos minutos en silencio, respirando”. Además, subraya, ama jugar con los aromas y las esencias. Sándalo y melisa son de sus preferidas. Otro tanto le pasa con la lavanda, fragancia con la que rocía la almohada antes de acostarse “para ayudar a la relajación y la conciliación del sueño”.

Sin dudas, eso de que "como es adentro es afuera" confirma que nada mejor que trabajarse a sí mismo internamente. Básicamente, como asegura Awada, cultivarse con la misma delicadeza que uno lo haría con un jardín.