Con una carrera en ascenso, Gastón Edul ha logrado consolidarse como una de las fuertes figuras del periodismo deportivo. En la actualidad, está al aire por TyC Sports, utiliza sus redes sociales para dar las primicias más esperadas del fútbol y es una de las revelaciones del streaming. Este 2025 lo arrancó con nuevo programa en OLGA, espacio que compate con El Pollo Álvarez, Pedro Alfonso, Coker y Ariel Senosiain.
En retrospectiva, su mirada está llena de orgullo, y también de nostalgia. Aquí, en el ambiente en el que se siente más cómodo, recuerda en charla con GENTE cómo aprovechaba el tiempo libre de su colegio para ir a su casa en Boedo a mirar los partidos, pero se centraba en cómo los narraban. O prestaba especial atención en lo que hacía su hermano Esteban, quien fue su gran inspiración.
También habla (aún emocionado) de la importante cobertura del Mundial de Qatar 2022, que marcó un antes y un después en su carrera.
"Me confirmaron que iba a cubrir mi primer mundial tres meses antes de viajar... Tenía 26 años y recuerdo que estaba en el patio de la casa de mi vieja sentado en unos escalones de mármol... ya lo veía venir porque habían charlas, pero cuando se trata de algo tan importante hasta que no esté 100% confirmado no me gusta celebrar. De hecho, hasta que no tenía el pasaje en mano", recuerda.

-¿A quién fue la primera persona que le contaste?
-Esteban tendría que haber sido el primero en enterarse, pero no... llamé a mi hermano mellizo, Guido, le conté nos emocionamos. Yo me emocioné mucho y es un recuerdo que me queda para siempre, porque al final ojalá, no se sabe me puede llegar a tocar cubrir otros mundiales uno cree que sí, pero como lo que yo sentí en esa primera vez, sé que no lo voy a volver a sentir. Por la edad que tenía y porque era la primera vez, y eso nos pasa a todos.
-¿Cuál es el mejor recuerdo que tenés de ese Mundial que te emocione hasta el día de hoy?
-Tengo varios recuerdos de ese Mundial que me sigue emocionando... En la cobertura post partido de Argentina - Francia veo venir de frente a Leo Messi, como el gran capitán argentino con la Copa del Mundo, ¡eso es inolvidable para mí! Era una especie de irrealidad, porque al final la última imagen que habíamos tenido así los argentinos era nada más y nada menos que de Armando Maradona en el Azteca en el año 86... Mirá, se me eriza la piel cuando me acuerdo de ese momento y verlo a él venir con eso me parecía irreal, y haberlo podido entrevistar.

-¿Todavía te cuesta creerlo?
-A mí lo que me pasó de ese Mundial es que ya pasó tiempo, pero te juro que no hubo un día desde aquel 18 de diciembre que por lo menos una persona que me haya cruzado, no me haya recordado ese momento. Me sigue pasando, me pasó hoy viniendo acá. Y bueno, imaginate lo que es eso para mí. Y después, como recuerdo personal el hecho de estar tan cerca de mi hermano Esteban, que él trabajaba para otra cadena de televisión y vivir esta experiencia juntos... Haber podido llevar a mi viejo, buscarlo en la tribuna, abrazarlo antes de cada partido, para mí eso es irrepetible.
-Hubo una escena que quedó para el recuerdo de todos: vos, parado al lado de Messi entrevistándolo, mientras se daba en paralelo una situación incómoda que terminó con la frase: "¿Qué mirás? Andá pa' allá bobo".
-Esa entrevista con Messi después del partido con Holanda es uno de los momentos más recordados por la gente, obviamente por mí también, aunque no es el recuerdo más lindo que tengo de Qatar. Pero sí tengo que reconocer que fue un punto de inflexión en mi carrera, porque fue tremendamente global esa entrevista. Siempre digo que no lo disfruté en ese momento, lo disfruté después.

-¿Por qué?
-Porque no había tomado noción ni magnitud de lo que estaba ocurriendo... era imposible tomarla en medio de tanto quilombo, tanto ruido, la victoria, estar concentrado en que no se escapen otros jugadores, en asimilar lo que había pasado hace dos minutos con la selección Argentina. Hice lo que pude y si bien es muy recordada esa nota, fue la nota en la que menos mérito tuve. La verdad que no hice absolutamente nada. Leo estaba tan enfrascado en lo suyo que nunca me escuchó, de hecho después si te ponés a revisar la nota, cada pregunta que le hacía me respondió otra cosa (risas). Lo único que hice fue poner el micrófono, nada más.
El periodista recordó que en medio de su cobertura del Mundial vivió un insólito momento cuando un 'jeque' se le acercó con muy buena onda y después de charlar y generar un ida y vuelta, le pidió su contacto y datos de su residencia en Argentina porque quería enviarle un regalo.
Con el correr de los días y ya de vuelta en el país, Edul recibió un paquete que contenía un total 10 túnicas negras como la que utilizó Lionel Messi cuando se alzó con la Copa del Mundo, y por supuesto no dudó en compartirla con su familia y amigos para el recuerdo.
Esa especie de capa, en realidad se llama "bisht" y es una prenda tradicional árabe que se usa en ocasiones especiales y que denota prestigio y poder.

El ida y vuelta con los jugadores de la Selección Argentina
-¿Cómo es tu ida y vuelta con los jugadores de la Selección?
-A ver... no considero que tenga una amistad con ellos, pues la palabra amistad es muy fuerte y lleva a otras cosas y otros momentos, es otro nivel de confianza, pero obvio que con muchos tengo confianza. Al final crecí con ellos también, porque son jugadores de 20, 21, 22 años... y cuando yo comencé con ellos tenía 24, así que siento que crecimos juntos. Es más, cubrí Argentinos Juniors, la cancha en la que estamos ahora cuando yo tenía 19 años, y me tocó hacerle notas a un jugador que se llamaba Alexis Mc Allister, que tenía 17... lo mismo me pasó con Nico González, Molina, Lisandro Martínez, Guido Rodríguez... Entonces saben que estoy en la misma que ellos.
-¿Hay confianza para escribirse por ejemplo en un cumpleaños o una Navidad?
-Para un cumpleaños hemos intercambiado algún mensaje... Claro, no con todos uno tiene el mismo nivel de confianza, hay algunos que quizás le guardas un poco más distancia que a otros, pero creo que hay respeto profesional con todos.

-¿Algunos periodistas deportivos antes de llegar a ese rol fueron o intentaron ser futbolistas, ¿es tu caso?
-No... Yo soy tan malo jugando al fútbol que ni lo tomé como una opción, te soy sincero (risas). Me encanta jugar a la pelota, juego dos veces por semana, pero no tengo virtudes, ni para ilusionarme. Tampoco tuve de chico esa cultura de club de barrio, que tus viejos te lleven, que te lleven de visitante, no lo tuve... Por ejemplo, en el caso de mi hermano Esteban le gusta más el fútbol que el periodismo, mira diez partidos por fin de semana, y a mí me gusta más el periodismo que el fútbol y encontré en el fútbol un lugar donde me sentía cómodo para comunicar.
-¿Si no hubieses sido periodista deportivo, a qué te dedicarías hoy?
-Estudié periodismo deportivo porque lo veía a mi hermano, pero en un momento dudé y lo hablé con él, tenía la idea de irme por el periodismo general... Algo que no todos saben, es que me gustan mucho los policiales, me gustan mucho las coberturas. Leí casi todo de Rodolfo Walsh, cuando él era un periodista policiales. Siempre me gustó, me apasiona la comunicación. Me apasiona las películas que incluyen diarios, periodistas o esos debates de cómo dar una información o cómo se recaba, cómo se llega a las fuentes...
"Me duele más que no me crean": la confesión de Edul sobre la exposición
-Hay un "secreto de Estado" que guardan los periodistas deportivos que tiene que ver con decir de qué club son hinchas ¿Vos tenés problema en decirlo?
-No lo cuento abiertamente porque creo que no me daría nada productivo en este momento de mi vida. Mucha gente sabe de qué club soy, pero estoy seguro de que aunque yo siempre fui hincha de un club y siempre laburé de la misma manera, hay gente que puede llegar a creer que laburo desde ese lugar y no, la verdad es que soy muy respetuoso de mi trabajo porque me costó llegar a donde estoy.
-¿Pero un día de partido te permitís ir a la cancha, alentar, ponerte la camiseta o tampoco?
-Obviamente llega el fin de semana y quiero que mi club gane, pero no me dejaría llevar por las emociones... No siempre voy a la cancha y no me pongo la camiseta de ningún club. Cuando puedo voy. Voy a muchas canchas. Hay veces que no voy precisamente a laburar, a hacer una cobertura, sino que voy como espectador y lo hago disfrutando. A esta cancha vengo por ejemplo, no a todos los partidos, pero vengo dos o tres veces al año a ver partidos de Argentinos Juniors.

-¿Cómo manejás la exposición?
-Este trabajo tiene un vaivén... te cuento un caso muy puntual. Hace poco di una información del mercado de pases, con respecto a lo de Paredes y Boca. Y hubo gente que se tomó a mal la información que di y yo siento que actué perfecto. Si no lo diría, soy autocrítico. Sé cuando me equivoco al comunicar algo.
-¿Es algo que sufrís?
-A mí me duele más que no me crean que no caer bien. No me molesta caer mal, porque no tengo por qué caerle bien a todo el mundo, nos pasa a todos. Ahora, que no crean cuando me tomo el laburo en serio, es algo que a mí me hiere un poco el orgullo, pero lógicamente sé que voy a tener que convivir con esto toda mi vida.
-¿Sos de ponerte a leer los comentarios que te dejan en redes?
-Sí, los veo, pero uno no puede vivir al ritmo de las redes sociales. Lo hago porque necesito el feedback y me interesa entender a la gente también y al final, si yo genero tanto con la gente o tengo esa empatía es porque los entiendo y las cosas que digo y cómo uso la comunicación es porque los entiendo.
-Ya te acostumbraste...
-La verdad es que a veces uno piensa que está curtido del todo y cuando te pasa algo así que algunos te contradicen, te das cuenta que no, que también te pueden afectar o a mí me afecta, pero no dejo que me llegue muy cerca, es decir le pongo un parámetro: listo, me afecta hasta acá, no voy a dejar que pongan dudas en mi vida, en lo que yo estudié, cómo manejo quién soy, pero considero que no es fácil. Pero yo disfruto mi trabajo y disfruto la exposición.
Fotos: Chris Beliera