El Dodge Challenger es un icónico cupé de dos puertas que compite en el mercado de los muscle cars junto a modelos como el Ford Mustang y el Chevrolet Camaro. Sin embargo, existe una versión especial y muy limitada de este vehículo llamada Black Ghost, la cual cuenta con solo 300 unidades disponibles.
Esta edición especial del Challenger forma parte de la serie Last Call de Dodge, que se refiere a aquellos modelos que tienen una fecha de cese de producción establecida, en este caso, en 2024.
Se trata de una última oportunidad para adquirir un vehículo con un potente motor de combustión antes de que su sucesor llegue al mercado, el cual estará electrificado en mayor o menor medida.
El Challenger Black Ghost se basa en el modelo SRT Hellcat Redeye Widebody, una de las versiones más potentes y extremas de la línea Challenger. Con el objetivo de otorgarle exclusividad y distinguirlo del resto, Dodge ha pintado su carrocería en un color llamado Pitch Black y ha añadido varios elementos distintivos.
Entre ellos, destacan los vinilos en el techo que simulan la piel de un cocodrilo, las llantas de 20 pulgadas con un diseño exclusivo y los pasadores para el cierre del capó de MOPAR, el departamento de personalización y accesorios de la marca.
Además, el habitáculo cuenta con detalles tapizados en Alcantara, como el volante, parte de los asientos y los paños de las puertas, y diversas placas que hacen referencia tanto a la versión Black Ghost como a la serie Last Call.
El motor de esta versión es el mismo que se encuentra en el SRT Hellcat Redeye Widebody, un poderoso V8 de 6.2 litros sobrealimentado por un compresor que desarrolla una potencia de 807 caballos. Este impulsor está acoplado a una caja de cambios automática de ocho velocidades que transmite la fuerza a las ruedas traseras. El sistema de frenos del Black Ghost es suministrado por el especialista Brembo e incluye pinzas fijas de seis pistones en el eje delantero.
Algunos detalles estéticos del Challenger Black Ghost están inspirados en el modelo Challenger RT SE de 1970, el cual pertenecía a Godfrey Qualls, un veterano de guerra y policía estadounidense que combinaba su trabajo regular con las carreras ilegales nocturnas en las calles de Detroit.
