Carolina Unrein (23) sabe que está en un momento clave de su historia. Lejos quedó su versión adolescente, creciendo en un pueblo, soportando miradas ajenas mientras se descubría a sí misma. En ese momento, intentaba plasmar en palabras lo que le estaba atravesando el cuerpo, mientras pensaba en el futuro. Si es que podía hacerlo.
“Jamás imaginé que iba a estar haciendo dos ficciones al mismo tiempo”, admite la escritora y protagonista de Buenos Chicos en diálogo con GENTE. Carolina nació en diciembre de 1999 en Neuquén, creció en Diamante, Entre Ríos, y llegó a Buenos Aires con 19 años y ganas de triunfar envuelta en glamour.
Publicó tres libros: Pendeja: Diario de una adolescente trans, Fatal y El Viaje Real. Ahora conquista el prime time de eltrece personificando a Eme en la nueva tira de Polka y también participa de la producción Magnicidios, que sale por la TV Pública.
“Es interesante, porque no me hice artista de la noche a la mañana. Antes de mudarme a Buenos Aires ya lo era. En algún punto, me resulta gracioso que recién ahora lo estén viendo y reconociendo, pero bueno, supongo que no pudieron antes”, le confía a este medio de manera despreocupada mientras se pinta las uñas en el camarín, justo antes de la producción de fotos que acompaña esta nota.
“Antes me importaba muchísimo más lo que pensaba la gente del pueblo. Pero yo tengo recuerdos de mucho dolor viviendo ahí, la verdad que fue muy difícil y en algún punto me importaba muchísimo lo que tenían para decir, o que me vean triunfando con éxito… pero hoy en día como que ya está”, asegura, resiliente.
El orgullo trans de Carolina Unrein y un deseo: "No quiero perderme en el medio"
Carolina sabe lo que significa su presencia en Buenos Chicos. Y admite: “Me daba miedo porque es una gran responsabilidad”. Sin embargo, no lo dudó: “La idea de hacer algo tan mainstream como una tira de Polka me resultó interesante desde un primer momento”.
"Me encanta porque son públicos diferentes a los que se llega de forma distinta. Me pone muy contenta, es un poco lo que siempre soñé con mi carrera: hacer las dos cosas cumpliendo tus sueños. La verdad qué es incómodo", dice mientras se ríe y se sorprende por estar reconociéndolo.
Pero hay algo que no está dispuesta a ceder en este viaje: “Intento ser yo lo más que pueda, como que no quiero perderme en el medio, no quiero ser solamente la referente de todas estas personas, también quiero ser Carolina. Vale la pena pagar el costo de la rebeldía”.
Según recapitula, fue clave en su historia crecer acompañada del unitario La viuda de Rafael, que salió por la TV Pública y contaba con la actuación de Camila Sosa Villada. “Cuatro personajes eran trans, de los cuales dos eran interpretados por mujeres trans y eso para mí fue muy importante”, marca.
Su película favorita es Amelie, porque la hace “sentir bien siempre”. En su brazo, luce un tatuaje de Cris Miró, a quien admira por el glamour que tanto la atrae. “Me gustan las historias sobre mujeres. Mujeres, rebeldes, fuertes, ver las distintas facetas de ser una mujer en este mundo y también a través de los años, porque va cambiando”, plantea.
-Teniendo la estadística que indica que una persona trans tiene 35 años de vida promedio, ¿qué visión tenés vos del futuro?
-Puntualmente en este momento tengo mucho miedo. Ante los discursos antiderechos y transfóbicos que vienen resurgiendo, no ahora, sino hace ya varios años, es importante que en la televisión abierta se esté contando esta historia. Tengo miedo, pero al mismo tiempo trato de nunca perder las esperanzas. Y creo también de que todos estos años de lucha y de militancia que viene llevando el colectivo feminista sirvieron para algo, y que las cosas no son como eran dos años atrás, ni cinco, ni diez, ni muchos años atrás, cuando todavía te podían llevar presa por ser trans en la vía pública. Entonces, trato de mantener esa esperanza y de creer que las cosas en las que venimos trabajando generan un cambio para bien. Para el futuro, sí me gustaría que las nuevas generaciones no crezcan con la urgencia de vivir pensando que su vida se puede terminar a los 35, porque es horrible crecer así. No hay vida que puedas proyectar cuando sabés que ese es tu límite o tu promedio de vida.
–¿Te acordás la primera vez que escuchaste ese dato?
-Y… habré tenido 15 o 16.
Su vínculo con la escritura
Carolina cuenta que la escritura "fue algo que se dio de forma muy natural". Asegura que no lo buscó y que simplemente fue algo que "decantó solo".
"Empecé a escribir un poco haciendo catarsis desde muy chica. Era como una de las herramientas que tenía aparte del teatro para hablar y expresarme, decir lo que me pasaba. Y así, compartiendo lo que escribía, llegó la propuesta del primer libro, Pendeja", cuenta. Un poco, lo hizo renegando: "Yo decía que no era lo que quería hacer el resto de mi vida, no era mi deseo".
"Yo soñaba mucho más con el glamour de ser una actriz de cine. Después me di cuenta de que la escritura me da muchas libertades que la actuación. Son dos herramientas de expresión distintas, pero muy similares, solo que una es contar historias solo con palabras y el otro es con el cuerpo. Y me di cuenta de que necesito las dos cosas: necesito usar el cuerpo para contar historias y necesito usar las palabras para contar historias. A veces necesito una, y a veces otra", expresa, orgullosa de haber encontrado el equilibrio.
La "sanadora" escena ballroom en Buenos Aires: "Están celebrando el hecho de que estás viva"
En los últimos años en Buenos Aires se vivió una explosión de la escena Ballroom. En sus inicios, a principios de los 70's en Nueva York, surgió como un espacio seguro para identidades y cuerpos que no podían sentirse de esa manera en la calle.
"La primera vez que fui a un ball y que participé, me sentí celebrada de una forma en la que nunca antes en mi vida había sentido. Estás ahí en el medio de la pasarela, y es tu momento y todo el mundo te está celebrando. Está celebrando tu existencia. Está celebrando el hecho de que estás viva y de que estás dándolo todo y eso fue muy sanador para mí, también porque en Ballroom encontré un grupo de amigas a quien llamo mi familia, que es House of Glorieta y que me abrazaron", confesó.
"La mayoría de las personas que habitamos Ballroom somos personas que estamos dolidas, entonces incorporamos las violencias que fueron reproducidas hacia nosotros, las llevamos a nuestros espacios", señala, con el fin de acercar el fenómeno.
Y anticipa: "Se respira mucha hostilidad del mismo modo que se respira muchísimo amor, mucho brillo y mucha oscuridad. Hay que tener paciencia y hacer un esfuerzo grande por no tomarse nada personal".
Hace un tiempo, Carolina ganó el Grand Prize Schoolgirl Realness de "La vuelta al cole" de Kiki Ball. "Con mi boletín de calificaciones y la bandera de Entre Ríos. Representando a la Glorieta High School", posteó orgullosa por su performance. "En este espacio yo puedo ser quien yo quiera, la más femenina, glamorosa, exuberante y más", apunta.
"A lxs que quieran empezar en el Ballroom, les sugiero tener mucha paciencia por dos razones: primero con una misma y con su proceso: siempre te van a celebrar, pero también no deja de ser una competencia, y hay gente que se frustra muchísimo cuando las cosas le salen bien, entonces tenerse paciencia con todo", aconseja.
Fotos: Diego García
Video Backstage: Martina Cretella
Make Up por Vero Luna
Pelo por Mauro Brito.
Agradecemos a Ryo Fondos por ser parte de la producción de Carolina Unrein en GENTE.
