Diqui James: cómo piensa y cómo siente el hombre detrás del fenómeno de Fuerza Bruta – GENTE Online
 

Una pausa con Diqui James, la mente creativa de Fuerza Bruta: “Históricamente, venimos probando que lo imposible es posible”  

Diqui James, el creador y director artístico de Fuerza Bruta
El artífice de la experiencia teatral que fascinó a Madonna a tal punto que dijo “quiero hacer esto mismo” revisita los momentos más icónicos de la compañía que llevará Aven, una fábula “sobre ser feliz”, al mítico Roundhouse de Londres. La “locura” que lo guía en el perfeccionismo y por qué el espectáculo es “ideal para tener una primera cita”.
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Su cabeza va a mil. En sus sueños (y en la realidad) nunca pierde la oportunidad. Hablar con Diqui James (58), el artífice del fenómeno de la compañía teatral experimental Fuerza Bruta (sus antecedentes son el teatro de guerrilla de los 80's con La Organización Negra y más acá, en los 90's, con De la Guarda), es algo así como la comprobación de que la palabra “imposible” no existe en sus patrones mentales.  

Puede despertarse en la noche para cambiar una escena o uno de los sistemas de la monumental puesta en escena sin que le tiemble el pulso. Y su equipo, igual de alquimistas que él, sabe que las excusas no existen. “Siempre digo que hay que ir más rápido que la cabeza del espectador que, cuando se dio cuenta, ya está emocionado sin saber bien por qué”, explica el director teatral (y padre de Louta) que invita: “Acá no hay tiempo para intelectualizar”.

Diqui James, el creador y director artístico de Fuerza Bruta
Aven se prepara para desembarcar en julio en el mítico Roundhouse de Londres, donde tocaron Jimi Hendrix, Pink Floyd y Led Zeppelin. "Todo el material, la ballena, la pelota gigante con la que juega el público, las luces y toda la escenografía viajarán en cuatro contenedores que pueden tardar hasta dos meses en llegar a destino", asegura Diqui James, director artístico de Fuerza Bruta.

–¿Crear tantas emociones en escena es algo puramente intuitivo?

–Cuando creamos esto nunca intelectualizamos. Yo siento que tal cosa está buena y simplemente tengo que confiar. Me salió así: no lo discuto conmigo mismo. Después con el tiempo, pasadas las funciones y los reportajes empezamos a tener cierto análisis intelectual sobre lo que hacemos y las diferencias con los shows anteriores.

­–Como show, Aven también conversa con los paradigmas que nos toca vivir. ¿Sentís que necesitamos parar de pensar tanto?

–Lo que tiene de lindo el teatro es que es absolutamente contemporáneo, siempre va a estar influido por la realidad actual y el pasado cercano.

–Y siempre a partir de ideas vanguardistas. ¿Las definirías así?

–Para nosotros es como un lenguaje propio, y puede que suene muy pretencioso, pero de lo que más orgulloso me siento es que puede gustarte o no cuando venís a ver el show, pero estoy seguro que es algo que no viste en ningún otro lugar. Y eso es lo que me da seguridad: está bien, puede parecer una mierda la idea pero nunca lo quiero hacer como se supone que está bien. En el arte eso no existe. Y cuando aparecen esos pensamientos de que debería hacerlo de otra manera ahí es cuando ese día no tomo decisiones. Es la forma que tenemos de hacer las cosas.

–Estas grandes maquinarias, como decís vos, estos diseños colosales de cosas bellas (N.d.R. un planeta colgante que no para de girar, un carrusel con una mariposa gigante, las icónicas peceras) que tienen que funcionar de un modo muy específico requieren de un equipo con muchísima cabeza.

–El equipo técnico que tenemos es espectacular, trabajamos juntos toda una vida. Somos una gran familia. Sabemos que nada es imposible: vamos a pelear para lograr el efecto que queremos conseguir. Y tenemos una manera clara de trabajar, que es que ninguno le puede decir que no al otro. “No me digas que no se puede… sigamos pensando”.

Diqui James, el creador y director artístico de Fuerza Bruta
Diqui James, más de veinte años al frente de Fuerza Bruta, la compañía teatral que giró por todo el mundo y que en 2022 estrenó Aven, "el show más feliz del mundo", reestrenado el año pasado. Un espectáculo que ya recorrió 56 ciudades de 28 países distintos de América, Europa y Asia.

Diqui James revisita el pasado de Fuerza Bruta: cómo surfeó el pico de la fama

–¿Es una mochila sentir la presión de lo que se supone que la gente espera a nivel creativo de ustedes?

­–Y sí, porque nosotros (junto a los históricos Gaby Kerpel, Alejandro García y Fabio D’Aquila) cuando empezamos éramos los nenes que veníamos a partir del under y estaban todos sorprendidos. Íbamos a los festivales internacionales, la gente alucinaba con lo que hacíamos y nosotros no lo podíamos creer. Nadie esperaba nada de estos pibes argentinos que nadie conocía. Pero al llegar a Londres, New York y Tokio, la expectativa ya estaba creciendo. Y ahí de repente si te comés la película de lo que se espera de vos, te perdés completamente.

–¿Cuál dirías que es el mayor desafío, en ese sentido?

–El desafío sigue siendo no comprar la idea de lo que el otro espera de vos. Se trata de seguir empujando lo que querés hacer. Pero sí, cuantas más expectativas generás lo que es difícil es seguir siendo vos mismo.

–¿Hubo algún momento en el que algo no funcionó? Digo superado el proceso creativo, cuando el show ya está montado.

–Más bien. Aparte todo el tiempo estás pensando que podés ser mejor. Es insoportable.

–¿Eso te pesa mucho?

–Hay algo que me caga la cabeza, que es cuando se me ocurre el modo de mejorar una escena. Lo primero que digo es: “¿Pero cómo no se me ocurrió antes?”. A la vez es una buena noticia, porque al estar vivo todo el tiempo, al teatro lo podés cambiar cuando quieras. Lo que más frustra es cuando no se me ocurre cómo cambiarlo.

Diqui James, el creador y director artístico de Fuerza Bruta
Siempre listos. Algunos de los técnicos que acompañan a Diqui James en sus decisiones (y caprichos de último momento), a pura acción en Sala "Sinpiso", GEBA (Julio Argentino Noble y Ramon J Cárcano, CABA), sede donde sucede la magia de Aven.

–¿Seguís siendo de los que tiene un papel en la mesita de luz, por si se despierta con alguna revelación?

–Antes tenía, porque anotaba bastante; por ahí tenía más ideas y más actividad cerebral (Risas). Pero me molestaba despertarme por una idea y desvelarme. Ahora si pasa algo así, soy feliz. Y me mando mensajes por WhatsApp. Y me grabo mil cosas. Por ahí al otro día descarto todo porque es una pelotudez. Lo que pasa es que las ideas buenas no necesitás anotarlas. No podés forzarte aunque que te sientes a escribir. Aunque yo lo hago igual. Me siento a dibujar, a escribir… pasaron cinco horas pero yo me quedé sentado ahí aunque no se me ocurriera ninguna idea. Lo complejo es que mientras un ingeniero tiene que lograr que un auto frene más eficientemente, cuando se logra, se consiguió. Acá no tenés ninguna referencia, no tenés la más puta idea; no sabés si vas a conseguir emocionar a la gente. No hay parámetros, porque las funcionalidades vamos viendo. No existen.

–Más allá de todos los logros conquistados, ¿qué tan importante es renovar la confianza en uno mismo?

–Sí, para mí la confianza es clave, y es clave no hacer nada cuando te das cuenta que estás mal. Porque ahí podés destruir todo lo que construiste en días que fueron buenos.

–Así que hay que saber quedarse quieto, también.

–Clave no accionar cuando estás negativo, cuando sentís que todo es una mierda. En esos momentos prefiero no venir. No hago nada, ni tomo ninguna decisión. Hay que esperar a tener un buen día.

–¿Y cómo es cuando das vuelta todo?

–Sí. Agarro a los chicos y le digo: “Cambié todo hoy”. Y todo el equipo con el que trabajo, que me conoce hace mucho, sabe que es así. La mayoría agradece los cambios; el teatro puede ser muy rutinario. Pero bueno, si a un actor le molesta que le cambies las cosas tal vez debería dedicarse a otra cosa. Al menos no al teatro.

Diqui James, el creador y director artístico de Fuerza Bruta
Diqui James integra la compañía teatral junto al mismo equipo (esencial) desde hace treinta años: Gaby Kerpel, Fabio D'Aquila y Alejandro García.

Las giras mundiales y el día que Madonna les “robó” a sus bailarinas más importantes

–Retomemos la época en la que triunfaron en New York, en el 2000. ¿Cuál fue el momento cumbre en el que dijiste: “Bueno, esto ya es una locura”.

–Cuando fuimos a New York por primera vez, lo que pasó es que nos dijeron: “Queremos que el show se quede acá”. Y lo primero que respondimos fue que no nos podíamos quedar a vivir ahí. “No, ustedes armen una compañía y sigan de gira”, nos replicaron. Nosotros pensábamos que era imposible, que estaban locos. “Este show lo hacemos nosotros, no lo hace nadie más”, seguíamos. Ahí fue cuando nos ofrecieron conseguir actores y dejarlo montado. En la primera audición fueron cuatro que eran unos bestias y a los dos minutos se habían aprendido todo… ¡Lo hacían mejor que nosotros!

–Ahí empezaron con su propia “franquicia”.

–Fue un salto muy grande darnos cuenta de que otras personas podían hacerlo y que sólo era cuestión de dirigirlos.

–El suceso allá implicó que entre el publico hubiera muchas celebridades, algo que les dio mucho spotlight.

–Venían todos… Leo DiCaprio, Michael Jackson, Mick Jagger y Madonna, que fue un caso. Vino y nos llevó a la mitad de la compañía.

Diqui James, el creador y director artístico de Fuerza Bruta
Diqui James asistió sólo seis mes al Conservatorio Nacional de Arte Dramático. Lo suyo fue la experimentación. En los ochenta, fue el turno del teatro de guerrilla con La Organización Negra. Llegó a lo más alto cuando al frente de De la Guarda, y en plena explosión de los 2000, se fueron de gira a New York, Londres y Tokio.

–Los usó de suerte de castinera.

–Nos robó a las cuatro mejores actrices y bailarinas que teníamos. Tiró arriba de la mesa todas las fotos de De la Guarda y a todo su equipo de producción le dijo: “Yo quiero hacer algo así”. Fue un honor para nosotros; de cualquier manera hizo algo diferente. Pero bueno, ahí tuvimos que buscar gente nueva. Después de veinte años, una de ellas sigue entrenando a Madonna hasta el día de hoy.

–¿Lo más increíble del paso de la compañía por Londres?

–Lo lindo de esa época fue que fue un descubrimiento. Estuvimos en Roundhouse, un teatro súper reconocido al que vamos a ir en julio con Aven. Ahí sentí mucho cagazo. Pero fue espectacular. Fue el lugar en el que mejores críticas tuvimos y la reacción del público fue muy emocionante.

–Una vez los fue a ver Robert Plant (ex Led Zeppelin). ¿Cómo recordás esa noche? 

–Robert Plant vino, nos sacamos una foto y me acuerdo que nos contó cosas de Trump. También estuvo Jimmy Page, muy buena onda. Pero me acuerdo que una noche se me acerca una señora con la boca violeta de tanto tomar vino. Nos dice cosas muy copadas, y con una gran visión. Para mí éramos dos borrachos hablando, pero después de que se fue, viene un tipo y me dice: “¿Vos sabés con quién estabas hablando?”. No tenía la mejor idea pero era la directora del Royal Shakespeare Theatre. Era una eminencia. Y fue un flash porque uno suponía que a alguien así como ella no le gustaría lo que hago.

Diqui James, el creador y director artístico de Fuerza Bruta
En Aven, como en todos sus espectáculos, el público forma parte intrínseca de la acción. Si en la época de De la Guarda el clima era oscuro y rupturista, el dispositivo de este show, al que ya vieron más de 250 mil expectadores, es la alegría.

Por qué Aven, el espectáculo de Fuerza Bruta, es “un lugar ideal para tener una cita”

–Time Out dijo que Aven era un lugar ideal para una primera cita. ¿Lo ves así?

–Bueno, eso yo siempre lo había pensado. Viste que es difícil una primera cita. Vas al cine y te quedás mudo mirando la película; en el teatro convencional te tenés que quedar calladito; salir a comer es una situación que puede ser tensa; también podés ir al boliche. Acá vienen, entran primero al bar, hay un Dj, toman y comen algo, charlan, pueden bailar un poco, ven el show parados; encima es ruidoso y eufórico.

–Y hay contacto físico inclusive.

–Aparte es muy gracioso, porque los actores ya saben cuáles son los momentos en los que la gente chapa. Con tanto contacto personal y tanta energía, ellos ya tienen el timing de lo que pasa entre el público. Tienen de por sí muchas oportunidades para ese primer beso. Y después del show, también se pueden quedar al post, en el que vamos a una instalación con proyecciones y música. 

–Vivir tus shows (porque históricamente la idea fue ser parte) siempre fue una propuesta súper visceral. Con De la Guarda estaba el shock de la que la acción interrumpía la escena y era todo un poco más oscuro. ¿Estamos en un momento en el que necesitamos que el mundo sea más amable?

–A mí me da mucha bronca esa frase que dice que irte a una fiesta es escapista. Que todo lo que sea música alegre, el Carnaval, por ejemplo, es escaparse de la realidad. Y yo digo: ¿de qué estaríamos escapándonos? ¿Son más reales los problemas y la amargura que la felicidad? Con los momentos de crisis que se viven, tanto en Argentina como en el mundo, si hago que vayas a un espectáculo en el que puedo demostrarte que podés ser más feliz de lo que creés, que podés emocionarte viendo cosas bellas, que podés compartir con un montón de gente un momento de euforia y de salto y baile, ¿no es algo real? Somos la prueba de que la felicidad existe, ¿entendés? Es recordarte que seguís teniendo esa capacidad como persona. Podés estar angustiado pero te vas a encontrar con todo esto.

–Necesitamos del arte para tener esos recordatorios, esas recompensas.

–Claro. Y aparte podés estar informado sobre lo que está pasando en Medio Oriente, pero es mucho más importante que tengas la noción de que podés estar contento. A lo que voy es: ¿por qué es más real todo lo que es choto en la vida? Y con el show, a partir de estas maquinarias escenográficas inspiradas en la naturaleza, vamos por el lado de que al final todos terminamos emocionándonos por un amanecer, una tormenta, una ballena, una mariposita que pasó, un pájaro, una ola que rompe en la orilla. La idea es ir a la emoción directo. Ganarle a la cabeza.

Diqui James, el creador y director artístico de Fuerza Bruta
La palabra “Aven” no tiene un significado concreto. Es abstracta, inventada: una mezcla de aventura y paraíso. "Buscamos ser libres, recrear elementos y efectos de la naturaleza. Recobrar esa belleza que ya nos es extraña, pero nos emociona hasta las lágrimas", resalta Diqui James.

De la participación de Fer Dente y Juli Poggio al reclamo del mundo de la cultura al gobierno

–En Aven convirtieron en sello propio esto de tener bailarines invitados, como Fer Dente y Juli Poggio, entre otros. ¿Cómo se pliegan al ritmo de Fuerza Bruta?

–Lo que tiene de lindo es que laburás con gente muy talentosa que no podrías tenerla fija. Tuvimos a Peter Lanzani en Wayra; vinieron Pampita, Fer Dente, Juli Poggio, Flor Vigna. Es como un lujo que nos damos. Por un lado, estas colaboraciones en vivo son como featurings, y por otro, te hace llegar a un público distinto. Nuestra inspiración básica desde siempre es el teatro callejero y logramos hacer algo para todos, que nos permitió poder ir afuera y que se convierta en algo tan universal. Pero desde siempre, desde la época con La Organización Negra (grupo teatral de guerrilla inspirado en La Fura dels Baus) nuestra intención jamás fue hacer teatro para guetos o para “gente entendida” o cierto snobismo. Cuando hicimos el desfile del Bicentenario fue un click muy grande para nosotros, porque se dieron cuenta de que Fuerza Bruta era algo que todo el mundo podía entender y que era parte de la cultura. Y nos pasó que hubiera políticos que nos dijeran que había que poner texto para que se entendiera una escena de Malvinas. Si no se entiende es porque está pésimamente interpretada, pero que no vengan a decirme cómo lo tengo que hacer. No había que explicitar nada. Pero bueno, ellos no se imaginaban cómo hacerlo sin tener que explicarlo.

Cuando Juli Poggio se sumó al cuerpo de baile de la compañía. Ph: Sophia Alexandre.

–Hablando de política, ¿qué te parece el reclamo del sector de la cultura?

–A mí me sorprendió mucho lo que está pasando. Me imaginé que dentro del ámbito económico el gobierno iba a cambiar un montón de cosas, pero nunca me imaginé que se meterían con algo que no entienden en absoluto. Las medidas reflejan que no hay ningún tipo de análisis. Le están haciendo creer a la gente que lo hacen para ahorrar, pero no es cierto; además son montos muy chiquitos. El tema del fomento a la cultura para cualquier sociedad es muy importante. Igualmente, en el fondo la ingenuidad siempre gana y espero que de marcha atrás con la idea de destruir el fomento. Sería espectacular poner en la mesa cómo se puede mejorar el funcionamiento, eso sí.

Fotos: Alejandro Carra

Video: Catalina Recalde

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