Logró transformar la cocina en un juego de ingenio y sencillez, conquistando a más de 1,8 millones de seguidores en Instagram con su estilo único y recetas simples y deliciosas. En su nuevo programa, Con pocos ingredientes, que estrenó el 3 de marzo en elGourmet, la pastelera Estefi Colombo promete seguir demostrando que en la cocina menos es más.
Con una filosofía que combina practicidad, sabor y creatividad, Estefi se ha convertido en una referente del mundo culinario, llevando su pasión desde las redes hasta la pantalla chica con su toque fresco y auténtico. En diálogo con GENTE, habla de la influencia de su abuela, su vínculo con sus hijas y cómo logró simplificar la magia de lo casero con un estilo que la define como la “Marie Kondo” de las fórmulas fáciles.

–De diseñadora de indumentaria a chef: ¿cuál fue la chispa encendió tu pasión por la cocina y te hizo cambiar de rumbo?
–En tercer año de diseño de indumentaria una profesora nos hizo una pregunta que fue determinante para mí: si nos gustaba la ropa para vestirnos a nosotros o para vestir a otros. Ahí fue que me di cuenta que a me gusta para mí, no para el otro.
Y en ese momento me percaté de que algo andaba mal, entonces ahí agarré y me replanteé si me gustaba la carrera y ya te imaginás cuál fue la respuesta.
En aquél entonces yo tenía un novio que estudiaba hostelería y me dijo “Che, por qué no probás con la cocina ya que sos tan hiperactiva?”. Imaginate, hasta ese momento yo no había hecho un huevo frito en mi vida pero le hice caso. Probé y bueno… ¡me enamoré!
–Tu abuela fue una figura clave en tu amor por la cocina. ¿Qué recetas o enseñanzas de ella siguen presentes en tus creaciones?
–Mi abuela, que era de Baradero, fue el gran referente en mi vida. Iba todos los fines de semana y cada vez que llegábamos nos recibían el olor al tuco, la tarta de manzana u otra que hacía de durazno. Todas sus recetas son lo más. De hecho, un montón de sus recetas están en mi libro 100 % dulce.
Ir a su casa cada fin de semana era el mejor plan para mí. Comer sus ñoquis y compartir con ella ese ritual era súper preciado. Yo creo que inconscientemente, cuando decidí estudiar cocina, todos esos recuerdos vinieron a mi cabeza y por eso me enamoré instantáneamente de esta profesión.

–¿Recordás alguna receta en particular que te haya enseñado tu abuela? ¿Y alguna manía suya al cocinar que aún te resistas a abandonar aunque tal vez no sea tan funcional?
–Mi abuela Lela era todo para mí, no solo en la cocina, sino en cada aspecto de su vida. Las recetas que me compartió siempre fueron un desafío de reproducir, porque sus indicaciones eran tan simples como: "Bueno, nena, un poquito más de manteca", "un poquitito de esto”, “un poquitito más de lo otro". Nunca había medidas exactas, solo intuición.
Cuando empecé a estudiar pastelería, entendí que es un oficio de precisión. Sin una balanza, "un poquito" puede significar algo totalmente distinto para cada persona. Por eso, aunque siento que logré versiones muy similares a las suyas, nunca fueron exactamente iguales.
Al final, a cada receta cada uno le imprime su propia esencia, el amor y la dedicación. Y aunque admito que jamás me quedaron idénticas, estoy contenta con el resultado porque llevan un pedacito de ella en cada bocado.
–También vi que en tu canal de You Tube tenés hasta la tarta de atún de tu suegra.
–La tarta de atún de mi suegra es mi caballito de batalla. Desde que me enseñó su receta, nunca falla. Es su clásico infalible y, la verdad, me salvó muchas comidas.
Cuando la compartimos en el canal de YouTube, muchos suscriptores me contaron que tenían sus propias versiones, mientras que otros no sabían cómo hacerla y adoptaron la receta de mi suegra, tal como lo hice yo. Y el resultado los fascinó. Es una receta sencilla, pero llena de sabor, nada desabrida y con la humedad justa, algo que no siempre es fácil de lograr en una tarta de atún.
–¿Tenés algún utensilio familiar con historia que aún conserves y con el que sigas hoy en día cocinando?
–¡Sí! Tengo el palo de amasar de mi abuela y su cuchillo, que es como la extensión de mi brazo. Son mis dos aliados que los llevo a todos lados.
Sus técnicas para aprovecharlo todo en la cocina y lograr platos gourmet pero económicos
–¿Cómo surgieron y cómo desarrollaste las técnicas para no desperdiciar nada, que volcás en Aprovechalo todo?
–A lo largo de los años, siempre intenté hacer que la cocina sea lo más fácil posible, sin desperdiciar nada y aprovechando al máximo cada ingrediente. De a poco, fui probando, investigando y aprendiendo mucho sobre cómo combinarlos.
Junto con el equipo de elGourmet, creamos cada receta con el objetivo de demostrar que cocinar con pocos ingredientes no significa hacer platos básicos, sino todo lo contrario: buscamos potenciarlos y llevarlos a otro nivel, logrando sabores que realmente sorprenden.
–Sin dudas, la recesión económica nos invita a ser cada vez más funcionales y organizados. En tu cocina, ¿qué alimento es la estrella entre los “más aprovechados”?
–El ingrediente estrella para mí siempre ha sido el huevo. Es un verdadero "caballito de batalla" porque se puede usar tanto en recetas dulces como saladas: tortas, panqueques, omelettes, de todo.
Es un ingrediente súper versátil, ya que lo podés condimentar con lo que se te ocurra e incluso hacer tortas o budines. Definitivamente, si me quedara varada en una isla, elegiría el huevo.

–¿Cómo seleccionás y adaptás tus recetas para que sean accesibles y fáciles de preparar? ¿Se puede comer “gourmet” pero económico?
–¡Claro que se puede! Todo está en jugar con la creatividad y los sabores, en abrirse a nuevas experiencias con las texturas y los aromas. Cuando cocinas una carne con verduras y hierbas, a veces creemos que ya está bien condimentada.
Un buen ejemplo es la canela, que queda increíble con la carne porque potencia mucho su sabor, aunque a menudo se la asocia solo con lo dulce. Son ingredientes que comprás una vez y luego los tenés en la despensa para usarlos en diferentes ocasiones, llevándote el plato a otro nivel. Cuando alguien prueba una carne con un sabor distinto y te pregunta qué es, y le decís que es canela, eso llama la atención, porque se sorprenden de esas combinaciones.
Volviendo a lo económico, siempre trato de dar dos versiones de una misma receta, para que se adapten a todos los públicos. Si una receta lleva un elemento un poco más complejo o caro, siempre ofrezco una opción alternativa para que quienes no puedan pagarlo no piensen que ya no pueden hacerla, sino que encuentren una manera de recrearla con lo que tengan en casa.
–¿Creés que tenés cosas en común con la filosofía de personalidades como “Marie Kondo” (la reina de la organización)?
–Sé que mucha gente me reconoce justamente por las recetas simples y funcionales. Si tuviera que ponerme en una categoría como Marie Kondo, que es la reina de la organización, yo sin dudas sería la reina de las recetas fáciles y rápidas.
–¿Qué cinco básicos resuelven de emergencia cualquier postre?
–Lo básico: huevos, azúcar, harina, esencia y un chorrito de leche, y con eso solucionás todo.

De sus innegociables a la hora de ponerse el delantal a sus recetas virales
–¿Cuáles son tus no negociables a la hora de ponerte a cocinar? ¿Esas cosas que no pueden no estar a mano y que si te faltan te volvés loca?
–El cuchillo bien afilado, la tabla de madera a mano y la zona de cocina limpia e higienizada son indispensables. A eso le sumo una colita de pelo bien tirante; son detalles que no pueden fallar.
Una vez que tengo todo listo, debo confesar que también me gusta tener música de fondo. Una vez que todo está en su lugar, me gusta empezar a cocinar lo que tenga que preparar.
–Con más de 1.8 millones de seguidores en Instagram, ¿qué creés que hace que tu contenido conecte tan bien con la gente?
–Honestamente, creo que la gente me sigue porque mis recetas son prácticas, sin ingredientes complicados o, si los hay, siempre se pueden reemplazar fácilmente. Esa soltura hace que cualquiera pueda adaptarlas con lo que tiene en casa, y creo que eso genera confianza y comodidad a la hora de cocinarlas.
Me parece que el secreto está en explicarlas de forma clara, sin tanto tecnicismo. Si bien en mis libros incluyo términos más técnicos porque me formé en esto, también me gusta acercar ese conocimiento a quienes no son profesionales.
Explicar el significado de ciertos términos, dar opciones y hablar en un lenguaje simple hace que más personas se animen a probar recetas nuevas.
–¿Qué es lo que más te piden en redes sociales?
–Recetas fáciles, prácticas, sin tantas vueltas. Hace poco compartí una que solo llevaba dos ingredientes: huevo y chocolate. Y claro, me empezaron a preguntar cómo podían sustituir alguno de esos.
Yo me río y les digo que magia no hago, que simplemente hay que poner un poco de voluntad en la cocina.
Cómo aprendió a comunicar contenido gastronómico y su derrotero de Utilísima a la actualidad
–¿Cuál es tu gran desafío a la hora de llevar tus recetas y comunicar lo que hacés desde elGourmet?
–Todo lo que hago para la señal es un desafío. Cada proyecto implica pensar recetas con condiciones distintas: a veces con una sola olla, sin pesar ingredientes, cocinando sin ensuciar demasiado… y aunque es complicado, disfruto muchísimo el reto.
Con Pocos Ingredientes es un programa súper completo, con recetas innovadoras para cualquier ocasión: familia, primera cita, lo que sea. Siempre les digo que está bueno jugar con los ingredientes y sabores, no quedarse solo con lo que "Estefi dice en la receta".

–Tiempo atrás trabajaste en Utilísima, ¿qué formas de comunicar tuviste que ir cambiando con el correr del tiempo?
–Sí, yo arranqué en Utilísima y, de hecho, en mi primer casting no quedé, pero en el segundo sí. Ahí hice varios programas, como Todo Dulce con Paula Polono, La Pastelería y Súper Express, entre otros.
Cuando el canal cerró, pasé por Cocineros Argentinos y también trabajé con Julián Weich en Mi mamá cocina mejor que la tuya. Finalmente, llegué a elGourmet, donde tuve la suerte de hacer distintos programas. Soy feliz cocinando, compartiendo mis recetas y siendo parte de este canal, que es un referente en el mundo de la gastronomía.
De cara a un nuevo gran proyecto y el fino balance entre la maternidad y la agenda completa
–¿Qué proyectos o sueños tenés en mente para seguir sorprendiendo a tus fans y expandiendo tu marca?
–Si todo sale bien y los astros me acompañan, este año voy a abrir mi propia pastelería. Es mi proyecto más importante y el que más me ilusiona. Muy pronto tendré novedades, porque la emoción siempre me gana y ya muero por contarles todo. Pero sé que cada paso tiene su momento, así que voy despacio y con paciencia.

–¿Cómo lográs combinar tu rol de madre con una carrera tan activa en medios y redes sociales?
–Súper bien. Mis hijas ya están grandes y van al colegio todo el día. Desde la mañana y, por la tarde, también cubren actividades extracurriculares.
Además, con Nahuel (su marido) somos dos padres muy presentes, así que siempre estamos buscando la manera de organizarnos para turnarnos. Por suerte, nunca tuvimos inconvenientes para estar presentes en los momentos importantes.
–¿Cómo es la relación con tus hijas, Faustina y Teodolina, y qué particularidades marca tu estilo de crianza?
–Este año, por suerte, mis hijas Faustina (13) y Teodelina (9) se interesaron mucho más por la cocina. Antes les gustaba participar un rato y después se iban, pero ahora les planteé una nueva regla: si quieren cocinar, tienen que hacer todo el proceso, desde buscar y pesar los ingredientes hasta cocinar y limpiar.
Antes era un caos, yo terminaba limpiando todo mientras ellas solo disfrutaban de la comida. Ahora están aprendiendo el proceso completo y lo disfrutan. Les entusiasma probar nuevos ingredientes y ver cómo se transforman en la receta final. Venimos muy bien en este 2025, con ellas cada vez más involucradas y sintiéndose parte de la cocina.