La campaña electoral de Sergio Massa dependerá, en buena medida, del resultado de la reunión que mantendrán la próxima semana en Washington un contingente del equipo de la cartera de Economía con los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI). El objetivo de la misión es lograr una renegociación del Programa de Facilidades Extendidas (EFF) que mantiene vigente con el organismo de crédito y un anticipo de unos 10.000 millones de dólares para aliviar las reservas.
Al frente de la misión estará el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, y el jefe de Asesores, Leonardo Madcur. No se descarta que se sumen Lisandro Cleri, por el Banco Central, y Marco Lavagna, a cargo del INDEC. Por ahora, las negociaciones parecen estar avanzando con viento en popa y lo bueno es que desde el FMI reconocen que Argentina se mantiene al día con sus obligaciones financieras.
De hecho, ayer el Gobierno pagó los vencimientos pautados para junio sin utilizar un solo dólar y con recursos propios. Se trata 2.700 millones de dólares que fueron cancelados con derechos especiales de giro (DEG) y yuanes. La deuda es parte de los 45.000 millones de dólares del crédito solicitado en 2018 durante la gestión de Mauricio Macri.
Es la primera vez que la Argentina usa la moneda china para pagarle al FMI. Los yuanes con los que se canceló el vencimiento de junio provienen del “swap” de divisas, un contrato bilateral que permite cubrir la exposición al riesgo con China. Ese colchón permite atenuar la escasez de reservas del Banco Central.
El cumplimiento de las metas da lugar a desembolsos del organismo multilateral que permiten a Argentina pagar en tiempo y forma las cuotas acordadas. Massa se ilusionan con que el Fondo adelante más de los 4.000 millones de dólares que le corresponderían por la cuota de julio, pero estaría buscando los anticipos que debería recibir hasta fin de año, casi unos 10.000 millones para aliviar las reservas.
El acuerdo que ahora se pretende renegociar fue sellado el año pasado por el presidente Alberto Fernández, incluye revisiones trimestrales sobre el nivel de cumplimiento de metas en materia de disciplina fiscal, acumulación de reservas monetarias y límites a la emisión monetaria.
Hay varios argumentos que esgrime el Gobierno para renegociar, como el complejo escenario de la economía mundial como consecuencia de la invasión rusa a Ucrania o la fuerte sequía que sufrió el país y que impactó de lleno en el sector agropecuario. Ambos puntos habrían agudizado los fuertes desequilibrios fiscales y la escasez de dólares, lo que terminó dificultado el cumplimiento de las metas del primer y segundo trimestre de este año.
Abriendo el paraguas, el pasado día 22 el Gobierno activó el “proceso de pago” de 1.900 millones de dólares al FMI, que corresponden a un nuevo vencimiento por el préstamo. Massa afirmó esta semana que trabaja para un entendimiento con el FMI sobre las metas que debe cumplir el país en el primer semestre del año y el programa para “los próximos seis meses”.
Qué dice el FMI
El directorio Ejecutivo del FMI mantuvo el jueves último una “reunión informal de rutina” sobre Argentina, las discusiones técnicas giraron “sobre un paquete de políticas para salvaguardar la estabilidad económica, en el contexto de una situación desafiante, en parte afectada por la sequía histórica”, según informó el propio organismo.
La negociación está enfocada en “fortalecer las políticas macroeconómicas para apoyar la acumulación de reservas” y en “mejorar la sostenibilidad fiscal”, al tiempo que se protege a los más vulnerables, detalló el FMI.
Un adelanto, obras y campaña
Massa aseguró el pasado martes, durante un acto organizado por la Cámara de la Construcción (Camarco), que las negociaciones técnicas estaban en su etapa final. “Estamos terminando de saldar el semestre, o los dos trimestres, con el Fondo, dejé al equipo trabajando. En las próximas horas se va a conocer públicamente cómo es el programa para los próximos seis meses”, adelantó el ministro.
En el mismo foro aclaró: “Tengo que tratar de ser aséptico en la mirada de este tema para que lo electoral no empañe la estabilización de las cuentas de la economía argentina, que juegan un papel importante y obviamente del flujo de bienes intermedios que necesitamos para llevar adelante obras”.
En el Gobierno esperan que los fondos frescos finalmente lleguen a mediados de julio, debido al proceso que demanda alrededor de dos semanas, plazo en el que el staff eleva el informe a los miembros del Directorio para luego pasar a su discusión y aprobación final.
