A casi un año del brutal asesinato de Susana Montoya, su hijo, Fernando Albareda, confesó en una nota para el diario La Voz haber perpetrado el crimen.
Desde el penal de Bouwer, donde se encuentra detenido desde el 8 de agosto del año pasado, el militante de la agrupación HIJOS asumió el asesinato de su madre y dijo muchísimas cosas más.
Es que Fernando también denunció haber recibido maltratos por parte de su progenitora a partir de la desaparición de su papá, Ricardo Fermín Albareda, un ex policía y miembro del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), secuestrado y asesinado durante la última dictadura militar.

El hombre, también denunció haber sido abusado sexualmente durante el año y medio que pasó internado en un instituto de menores por orden de su mamá, cuando a sus 14 años ella decidió alojarlo allí por su conducta.
"Abusaron de mí en reiteredas oportunidades en ese instituto hasta que me sacó un tío de mi papá, Mario, que era profesor de dibujo del Liceo Militar y vivía a unas pocas cuadras del instituto... Él era la única visita que yo recibía, jamás me visitó mi mamá", aseveró Albareda, quien también dijo que tras salir de ese lugar se hizo cargo de su crianza su abuela materna.
Lo ciesto es que este hombre, miembro de la mencionada agrupación que lucha por la identidad de los descendientes de desaparecidos durante la última dictadura militar argentina, también dijo que sospecha que su mamá haya entregado a su padre a los militares y reveló detalles escabrosos de la disputa económica que derivó el atroz crimen de la mujer.
Es que, siempre según sus dichos, su mamá le había prometido entregarle a sus hijos una parte de una indemnización de su papá desaparecido. Es decir, de Ricardo Fermín Albareda. Sin embargo, una semana antes de cobrar el dinero Susana se arrepintió y le dijo a Fernando que ese dinero no iría para sus hijos sino para su otro hermano, Ricardo Albareda.

"Agarré una soga, se la envolví en el cuello y la ahorqué, diciéndole que me había dejado sin padre, que me había hecho pasar un momento terrible de mi vida y que se estaba metiendo con mi familia", admitió Fernando en diálogo con el periodista de La Voz que fue hasta el mencionado penal de máxima seguridad para entrevistarlo.
Y aseguró: "No sé si estoy arrepentido". Además, el parricida dijo que esa indemnización estatal que Susana le había prometido a sus hijos era de $76 millones de pesos y le correspondía por la desaparición forzada de su marido, Ricardo Fermín Albareda.
“Ella me dijo que iba a comprarle un terreno, una pieza con un baño. Mi hermano tiene 46 años y nunca trabajó. Siempre vivió de ella. Yo sentí que eso era injusto”, declaró Fernando a pocos días de que la causa en su contra fuera elevada a juicio.
Y añadió: “Le pregunté si estaba segura de lo que iba a hacer, si de verdad no les iba a dar nada a mis hijos. Me lo confirmó, y yo me repetía en la cabeza ‘con mis hijos no, con mis hijos no’…”.