El hallazgo del cuerpo sin vida de un niño de 8 años, identificado como Isaiah H., conmocionó a la ciudad de Los Ángeles y a todo Estados Unidos. El menor fue encontrado dentro de una hielera en el interior de un departamento, en un caso que las autoridades locales describen como “uno de los más atroces” de los últimos años.
Todos los detalles del crimen que conmociona a Estados Unidos y que ya califican como el más "atroz" de los últimos tiempos
Según informó la Fiscalía del Condado de Los Ángeles, los padres del niño, Destiny Luckie Harrison y Daniel Alberto Monzón, ambos de 25 años, junto con la abuela paterna, Ana Cárcamo Zarceno, de 46, fueron acusados de asesinato, tortura y maltrato infantil con resultado de muerte. Además, el padre y la abuela enfrentan cargos adicionales por encubrimiento y complicidad posterior al crimen, según consignó el medio local ABC7.
Las investigaciones preliminares revelan que Isaiah habría sido víctima de un prolongado maltrato físico y psicológico a manos de sus familiares, lo que derivó en su muerte durante la madrugada del 24 de octubre. Cuatro días después, el 28, la policía encontró su cuerpo tras recibir una llamada anónima que alertó sobre el fallecimiento del menor.
El fiscal del condado, Nathan J. Hochman, expresó su indignación por el caso y aseguró que su oficina trabajará para que haya justicia: “El horrible abuso que sufrió Isaiah se ve agravado por el hecho de que, según se alega, fue a manos de las personas que debían amarlo y protegerlo”, declaró.
Y remarcó: “Nuestra oficina se compromete a garantizar que los responsables rindan cuentas por sus actos y que se haga justicia para Isaiah”.
Las tres personas implicadas permanecen detenidas bajo una fianza de dos millones de dólares cada una, y podrían enfrentar penas que van desde los 32 años hasta la cadena perpetua si son halladas culpables.
Durante el operativo, los agentes también hallaron en el lugar a otros tres menores, de 16, 13 y 9 meses, quienes fueron puestos bajo custodia del Departamento de Servicios para Niños y Familias del Condado de Los Ángeles, en resguardo de su seguridad.
El caso ha generado un fuerte impacto social y reavivó el debate sobre el funcionamiento de los sistemas de protección infantil en Estados Unidos, que en los últimos años han sido criticados por fallar en la detección temprana de situaciones de abuso extremo.
